Fran Fernández: «Tierra, mar y aire»


Entrevista de Reyes Muñoz

Fran Fernández nos presentó este disco en #ExVita en una sesión que muy pronto subiremos a nuestro canal de youtube. Sus canciones llevan sonando muchos años en las giras por España y Sudamérica. Para este disco, al característico sonido de la guitarra de doce cuerdas, añade lo que él llama elementos inorgánicos: sonidos electrónicos y samplers. Tuvimos una larga y agradable charla con el cantautor.

Fran Fernández en ExVITA

He visto en tu canal YouTube que tienes un montón de colaboraciones y en tu caso seguro que no son de discográfica. ¿Cómo se consigue todo esto?

No hay ni una sola discográfica metida. Todas mis colaboraciones son con amigos, lo que pasa que muchos de mis amigos tienen discográfica. Hay tantas porque llevo veintidós años cantando y youtube creo que tiene quince años o así. Pues claro, desde hace quince años yo he colaborado mucho con amigos y también he estado en conciertos en directo. De pronto, un amigo te dice: “vente a cantar a mi concierto”. Estamos allí y cantamos una canción y eso se graba.
Hace unos meses me puse a mirar qué colaboraciones tenía en youtube. Pues tenía casi cien. Todas mis colaboraciones nacen de manera espontánea, por una admiración mutua y un querer que se te pegue el talento de los demás.

He visto que está por ahí Javier Álvarez. Es que no son amiguetes como los míos. Hay de todo por ahí. No sé si has hecho ya la colaboración soñada o eso nunca se llega.

Pues no sé. Nunca fui muy fanático de las personas y soy fanático de algunas canciones, pero sé que las canciones son una parte del que las escribe… En todas las canciones hay una parte, que puede ser muy pequeña, de quien las escribe. Siempre hay algo de avaricia en querer cantar con alguien. Son colaboraciones naturales, más que soñadas. Pero bueno, siempre que te enfrentas a una colaboración sientes una ilusión muy grande, y podríamos decir que es una colaboración soñada.
Supongo que si pienso en colaboraciones soñadas, se me ocurre que cuando tenía veintidos años, estuve con Ismael Serrano. Ismael es alguien más cercano ahora y lo veo de otra forma.
También soñaba con cantar con Carlos Goñi, de Revolver. Y ocurrió. Recuerdo ese momento cuando me mandó el audio. Lo recuerdo como uno de los momentos más felices de mi vida. Yo salía contento de otro concierto. Iba caminando a mi casa solo, por el Paseo del Prado. Además tenía unos auriculares nuevos que había comprado y los estaba probando. Y justo en ese momento, me envió el email y escuché mi canción en su voz. Fue un momento increíble. Me tumbé en un banco a escucharlo y fui súper feliz.

«La de tierra sería más pop. El mar sería algo más indescriptible o más oculto».

Vamos a hablar de tu disco “Tierra, Mar y Aire”. Es un título que esconce mucho más que la frase hecha. Tiene un significado en contextual ¿no?

Tiene muchos significados. El disco tiene tres partes está la parte de la tierra, la del mar y la del aire. La de tierra sería más pop. El mar sería algo más indescriptible o más oculto. Ahí he metido las canciones que son metafóricas… quizá más personales. Y en el aire estarían canciones que situo en otro lugar, en otra dimensión y con otro tipo de arreglos… más esféricos, más novedosos y más modernos también.
Además, el disco nace con una gira bajo el brazo, como todos los discos. Es una gira que va por tierra, mar y aire, que es por donde quiero que vayan todas las canciones siempre.

¿Son temas que ya están grabados y que recopilas en un CD?

El disco está en los conciertos. Desde que se grabó ya empecé a girar con él, pero se está publicando poco a poco porque cada canción, en estos tiempos, debe tener un vídeo, debe tener un impulso especial… Y si sacas un disco, en un mes ya es antiguo, así que más vale ir sacando cada canción. Cada canción es como un disparo nuevo, es un impulso y permite que te conozca más gente.
En este caso he sacado dos canciones muy cerca en el tiempo, porque son los dos extremos del disco. El extremo de la tierra es “Alguien que conocí”, que es más pop y más amoroso y el extremo del mar, que es “Toda humanidad”, que es una canción que habla sobre los refugiados y sobre la gente que viene del mar. Al fin y al cabo, la gente que hace canciones, también es portavoz del tiempo que le toca vivir. Intento hacer una fotografía musical de lo que te parece injusto.

«La música no es un negocio y no debe serlo, debe ser algo emocional».

He leído que te sientes más músico que poeta. Estas vacaciones he viajado con una adolescente y he escuchado mucha radio fórmula en el coche. ¿Qué piensas de las letras actuales? Esta mañana escuchaba tus canciones y me venía eso a la cabeza… ¿Qué piensas del panorama actual de la música? ¿De lo que se supone que funciona?

La música se ha convertido en solo ocio y se aleja del arte, del arte del artesano. Pienso que hay canciones que se escriben como en un laboratorio para que funcionen, para que suenen en la radio. Para mí eso no tiene que ver con la música. Sería como comparar una hamburguesa mal hecha con un plato de lentejas de buena olla, de pueblo.
Personalmente creo que las letras deben ser cuidadas. Para mi no tiene sentido escribir una letra que dice cosas que ya se han dicho de muchas maneras, para que suene en la radio durante un mes y que luego se va a olvidar. Creo que hacer música así es como el que construye casas, las vende y se olvida. Yo creo que la música debe ser algo más profunda y más emocional. Leí por ahí una cosa. Si Metallica saliera ahora, ¿qué radio le haría caso? ¿Qué radio descubriría a Queen, una banda que hace música coral en «Bohemian Rhapsody»? Sería una locura. Y creo que se lo están cargando. Cuando alguien de quince años busque sus referentes, serán esos. Que probablemente hay gente que sí, que investiga y que descubre las otras canciones, pero hay mucha otra que no sabe ni que existe esta música artesana.
Y estoy pensando que también hay mucha gente que solo se interesa de lo que le interesa a los demás. Hay una ausencia de criterio, que no es nueva, que existe en todo el mundo y es de toda la vida.
Entonces me parece una pena que no se cuiden las canciones. Yo no digo que un medio deba cuidar más las mías, ni nada de eso. Cuando yo como oyente escucho canciones en la radio, me da pena. Como músico me pregunto qué necesidad tiene el manager de esa discográfica de hacer famoso a alguien con ese tipo de letras. Bueno, sí, es una necesidad económica, es un negocio… pero para mí esas decisiones se alejan de lo que es la música.
La música no es un negocio y no debe serlo, debe ser algo emocional. Para ser escuchado necesito de la infraestructura de las discográficas. Pero bueno, también es verdad que ahora los músicos tenemos redes sociales y podemos ser escuchados y organizarnos también de una forma independiente… Así que seguiremos adelante y confiaremos en que siempre haya gente que con criterio, que elija lo que quiere escuchar, más allá de lo que le ofrezcan las radiofórmulas.

«Latinoamérica es una gran casa que acepta toda la música que hay, porque son muchos y porque tienen mucha pasión por el arte».

De hecho, tú has logrado montar un disco con un crowfunding. Háblanos de tu éxito en Iberoamérica, porque tengo entendido que lanzaste la noticia del disco y te salieron  50 conciertos por allí.

En Latinoamérica hay mucho más margen, hay muchos más lugares para dar conciertos. Solo México es enorme. En México puedo estar tocando un año entero. El año pasado, antes de la pandemia, yo me iba a vivir a México seis meses. Ya tenía una gira por allí organizada. Probablemente vaya pronto por allí.
También es que en Latinoamérica hay mucho interés por la trova y por los cantautores. Hay mucha pasión por eso, también porque hay mucha más población y más público para todo. He ido a Perú, a Argentina, a Chile, a Colombia y en todos esos lugares me encuentro gente que escucha mis canciones y que va a los conciertos gracias a las redes. Eso es muy valioso. Latinoamérica es una gran casa que acepta toda la música que hay, porque son muchos y porque tienen mucha pasión por el arte.

No sé si sientes un poquito que eres profeta en tu tierra.

Tampoco es eso. Yo he estado en Granada muchos años y muy feliz, y me he sentido muy bien con la gente que venía a los conciertos. Llegó un momento en el que tenía que salir de Granada y me vine a Madrid, que era el lugar que me comunicaba con todas las ciudades de España. Luego México me comunica con todos los países de Latinoamérica. No siento que sea profeta en mi tierra. Hay gente que escucha estas canciones y eso es algo valioso y me siento afortunado.

«Los artistas más escuchados en el mundo, la mayoría son cantautores y cantautoras. Por ejemplo, Lady Gaga no deja de ser cantautora, de hacer sus canciones. Bruce Springsteen es cantautor».

Eres joven.

Bueno, un amigo cuenta un chiste. Dice “Quiero morir joven” y otro le responde “ya no puedes”.

Bueno, pues eres de la generación que creció en el boom de los cantautores: Javier Álvarez, Goñi… con toda esta gente. Ahora parece que hasta los cantautores dicen que no lo son. ¿No sé tú cómo te sientes dentro de esa palabra?

No creo que digan que no lo son, sino que dicen que no son lo que la gente cree que es un cantautor. Hay un prejuicio con la idea de cantautor. Hay gente que cree que un cantautor es alguien aburrido, con su guitarra, contando sus penas y no se trata de eso. Estás una hora y media en un concierto de un cantautor y te hace reír y te hace llorar y te emociona. Y es muy divertido y también muy emocionante. Ibas a un concierto de Serrat con su guitarra, y también te hacía reír. Simplemente existe ese prejuicio, como el que hay con que los heavys son brutos, por ejemplo, o que los rockeros son arrogantes.
Entonces, cuando en alguna entrevista algún cantautor dice que no lo es, se refiere al prejuicio, no a la realidad: un cantautor es alguien que canta su propia canción. Es como decir que no soy ser humano porque hay humanos que matan. Bueno, pero lo eres, ¿no? Otra cosa es que no quieras identificarte con la etiqueta. Por eso creo que lo que tenemos que hacer es, precisamente, reivindicar que esa etiqueta es falsa. Hay muchos cantautores que funcionan y que son superventas. Los artistas más escuchados en el mundo, la mayoría son cantautores y cantautoras. Por ejemplo, Lady Gaga no deja de ser cantautora, de hacer sus canciones. Bruce Springsteen es cantautor. Si te fijas, te das cuenta de que las personas que más venden en el mundo son las que componen sus propias canciones. Es decir, son cantautores. Otra cosa es que no las produzcan, las arreglen… que desarrollen su concepto musical con más gente, pero no dejan de ser cantautores.

Pues tienes razón. Quizás es porque defienden lo suyo. Aunque no sé, también puede pasar lo contrario… Por ejemplo, a mí me cuesta mucho defender mis propios trabajos, mucho más que el trabajo de otros redactores de la revista… Hablar bien de lo mío me da coraje.

También tiene que ver con la autoconfianza, o la exposición. Sí, es cierto eso que dices. A mí me costaría mucho ser manager mío, pero no me costaría, o me resultaría más fácil ser el manager de algún amiguete que me guste. También es cierto que a nivel de credibilidad… Si es el propio artista el que te llega y te cuenta, tiene menos credibilidad que si te llega un manager o alguien de prensa y te cuenta lo mismo. Cuando la gente ve que otra gente te ayuda, se abre más.

«Si tu discurso es “yo no tengo la culpa de la realidad de los refugiados, no tengo por qué implicarme”. Bueno, pues yo pienso que tú no tienes humanidad».

He escuchado “Toda la humanidad”, hablabas antes de ella. Y te habrán dicho muchas veces que es una pasada. Dinos lo que te dicen, para que los que nos leen nos crean.

Sí, hay gente que me lo ha dicho. Supongo habrá gente que tendrá otra opinión. Pero esas no me llegan. Pero sí que creo que es una canción que en algún momento va a servir de algo. En algún momento va, va a funcionar y va, va a servir para que haya gente que se conciencie. Y antes de sacarla me puse en contacto con ACNUR y todos se ha hecho eco. Confío en que esa canción tenga un gran futuro y me acompañe muchos años.

¿Cuál es tu relación con la canción? ¿Que te has dejado ahí?

Es una relación de empatía como ser humano. En cualquier momento nosotros podemos ser refugiados también, por tanto, pienso que es un problema que nos incumbe a todos. Me une a esa canción que he colaborado en causas de refugiados, que he estado con ONG y he hecho viajes para ver el trabajo que hacen… Pero sobre todo me une algo humano, sentir que hay gente que necesita nuestra ayuda y que si muere alguien en el mar, no podemos pensar que no es cosa nuestra, que no tenemos la culpa, que no son nuestra responsabilidad. Tenemos que ayudar. Y si ayudamos, dejamos muy claro de qué lado estás, incluso político.
Si tu discurso es “yo no tengo la culpa de la realidad de los refugiados, no tengo por qué implicarme”. Bueno, pues yo pienso que tú no tienes humanidad. Por eso en la canción digo que está en juego la humanidad.

¿Has visto una serie que se llama “Years and years”?
Sí, sí la he visto.

«Creo que toda persona que crea, debe también reinventarse e ir hacia caminos y frecuencias que le parezcan interesantes».

Me fascina el sonido de tu guitarra de doce cuerdas. ¿Cómo llegas a ella y por qué llegas a ella?

En la búsqueda de un sonido propio, vi esa guitarra en mi tienda de confianza en Granada y la compré. Anduve ahorrando un tiempo hasta que me hice con ella. Una guitarra de doce cuerdas, en su origen, es como una guitarra de seis, pero con las cuerdas dobles, algunas octavas y otras iguales. Pero yo fui más allá y la afiné en re y luego la afiné más grave todavía… Y es un sonido que me interesa mucho, sobre todo amplificado, porque genera una sensación mucho más envolvente y más grande. Entonces, llegué hasta ella por mi espíritu de búsqueda, al igual que llegué a la guitarra eléctrica que tengo, o a los efectos de la distorsión, o a los loops. Creo que toda persona que crea, debe también reinventarse e ir hacia caminos y frecuencias que le parezcan interesantes.

Es, creo, el sonido de los Doors. Siempre me preguntaba de dónde salía eso y por qué no se investigaba más, o no lo volvían a usar…

También de Pink Floyd. Hay muchas canciones legendarias que usan este tipo de guitarra.

«Una canción, cualquier canción dramática que cuenta algo real que te ha tocado… no lo revive constantemente».

¿Tus canciones tienen nombres y apellidos?

Las canciones tienen nombres y apellidos, pero con el tiempo, se van disipando los nombres y los apellidos y empiezan a ser otras cosas. Yo recuerdo a quien escribí “Alguien que conocí” ahora, porque lo estamos hablando. Cuando la canto no. Sí que siento las cosas que sentía cuando la escribí, pero sin personalizarla. Busqué la belleza. Las canciones te llevan a esa sensación y es algo más contigo mismo que con una persona. Y gracias a Dios, porque imagínate, no las tocarías nunca. Una canción, cualquier canción dramática que cuenta algo real que te ha tocado… no lo revive constantemente. Alguna vez sí, porque estás especialmente sensible, pero normalmente no lo revives. Al revés, te reconcilia con esa sensación y para eso nacen las canciones, para reconciliarte.

Quizás las canciones dramáticas sí, te reconcilian. Pero imagínate que haces un canto al amor por alguien y se hace un hit. Y esa relación no funciona y todo el mundo te pide que la toques en los conciertos… Yo creo que eso debe ser el infierno en tierra.

Precisamente un amigo de México tuiteaba: “te fuiste sin decir adiós. Y en silencio”. Y yo le respondí “Si hubo silencio. Eso es un adiós”. Otra cosa es que no te guste, que sea un adiós cobarde. Pero el silencio es un adiós. Entonces lo que yo haría sería escribirle una canción para que nunca la escuchara. Y así ganas. Ganas porque te reconcilias. Y además es algo tuyo que tienes para siempre.

Descargar ExPERPENTO 100 / Visualizar ExPERPENTO 100

Anterior 5+1= Pelis raras
Siguiente ExPERPENTO: Otoño de 2021