Texto de María Paredero, apicultora y fundadora de «Con gusto de Valdavia»
Ilustración de Noa
Más allá del uso de la miel para el catarro y la carraspera, encontramos en este producto natural cientos de propiedades beneficiosas. Pero como no se puede hablar o dar consejos sin haber probado antes si realmente funciona o se mueven en el terreno de la leyenda urbana, me limitaré a tratar en este artículo los que he probado antes. Vamos ahí con la lista.
Propiedades antibacterianas
Por mi trabajo diario comparto muchas horas con mucha gente y da para hablar de todo. Una de mis compañeras vino bastante magullada un día de aventura con su hijo. Tenía una mano muy hinchada porque le había picado una avispa. Le hice ponerse miel —tenemos en la oficina para echarnos en el café— y en media hora, la hinchazón había bajado y el dolor había remitido.
La miel ayuda a cicatrizar las heridas recientes. Hidrata y desinfecta las cicatrices, dado que tiene propiedades antibacterianas. Ayuda a curar la psoriasis —descamación de la piel que provoca dolor—. Si te has hecho una rozadura o te has quemado, prueba a echarte un poquito y verás que es inmediato el alivio. Y si padeces de hemorroides o fisuras anales, con un bastoncillo impregnado trata de acceder a la parte dolorosa. Eso sí: ¡No vuelvas a meter el bastoncillo en el bote!
En general, la miel tiene efectos muy positivos con todo lo que se refiere a la salud cutánea y capilar: Yo añado una cucharada sopera en el champú y noto sus efectos en mi cabello.
Propóleo
No solo la miel tiene múltiples beneficios. En la colmena también encontramos propóleo. Es un producto que las abejas sacan de las resinas de los árboles y lo usan para tratarse ellas mismas. Para heridas abiertas es un cicatrizante infalible, los herpes labiales tan molestos no tienen nada que hacer frente a un antibiótico como este, remite en cuanto notas que te escuece, incluso sin haber salido.
Ahora que es temporada de piscinas y de hongos en los pies, una gota de propóleo cada seis horas y adiós. También lo he probado para el cuidado de plantas y oye, funciona. Así que podemos afirmar que el propóleo es un buen fungicida.
El polen
A las abejas, cuando van de una flor a otra, el cuerpo se les impregna de bolitas de polen. Lo llevan hasta la colmena donde los apicultures lo recogemos en unas cajitas cazapolen. Tras la recolecta, se deseca y es apto para el consumo humano.
Podemos tomar el polen disuelto en agua, o en una ensalada, o con yogurt. Es un complemento vitamínico y mineral: contiene, según los expertos, ácido fólico, riboflavina, tiamina, niacina, pridoxina, que son las vitaminas B. También aporta vitamina D, E, K, A y minerales: calcio, fósforo, yodo, potasio, zinc, cobre, magnesio y selenio. Por tanto, es un suplemento alimenticio natural de primera. Sirve para casi todo, y en especial, es perfecto para los problemas de anemia.
Las abejas ofrecen al ser humano decenas de productos de una calidad inmejorable. Por ejemplo, la cera de abeja es un componente de muchas cremas y productos dermoestéticos. ¡Incluso puedes hacerte tu propia cera depilatoria con cera pura de abeja!