Nancho Novo, «Más nancho que largo»


Entrevista y fotografías de David García

A partir del 17 de Junio, Nancho Novo regresa al escenario del Teatro Alfil con la obra Sobre flores y cerdos, más nancho que largo. Un montaje escrito, dirigido e interpretado por el polifacético actor y músico gallego, en el que aborda con su peculiar sentido del humor, denominado «guarromántico», el mundo del amor y la pareja.

Tu espectáculo se llama, Sobre flores y cerdos, más nancho que largo. ¿Qué relación tienen las flores y los cerdos en el mundo de la pareja del que habla la obra? ¿Identificas mujeres y flores, y cerdos con los hombres?

La obra, más que de la pareja, habla del amor, algo que desgraciadamente muchas veces no tiene nada que ver con la pareja. Generalmente, en la pareja siempre hay uno que ejerce el papel de flor, y otro que ejerce el papel de cerdo, que es lo que provoca que las parejas no funcionen casi nunca. No tiene nada que ver con identificar al cerdo con el hombre, y a la mujer con la flor, como se suele hacer.
En la obra hablo de que el amor y la pareja no tienen nada que ver. Estamos confundidos. La pareja tiene que ver con las pasiones, con las feromonas, y con momentos determinados de tu vida, de los que luego posteriormente te arrepientes. El amor es un sentimiento mucho más grande y amplio que todo eso.

¿Cómo definirías el concepto de «guarromántico» del amor?

A bote pronto, una frase para definirlo sería «lo cortés no quita lo caliente». Es todo aquello que es romántico y no cae en la ñoñería, no cae en la languidez, en la cursilería. Y a veces cae en lo políticamente incorrecto, y hasta en la ironía hacia ese romanticismo. Es un romanticismo que se ríe de sí mismo.

¿Es didáctica la obra o meramente humorística? ¿Sirve de terapia?

Pues el otro día un concejal en Getafe me dijo que mi obra era didáctica. Hasta últimamente me dicen que es cultura, cuando lo que yo hago es entretenimiento. Sí, es didáctica, pero no sólo en el sentido de la reflexión que hago en relación a nuestros sentimientos, sino porque hablo de poesía, de lo que es poesía, de la literatura, hablo con la gente, repasamos la lengua, que es muy importante para el amor.

¿Es puramente autobiográfica o te has servido de las experiencias que los demás te han contado?

Ésta es la obra más sincera que he hecho. Es el primer monólogo que he escrito de principio a fin, quitando algunos poemas de Lope, de Quevedo o algún cuento tradicional. En este espectáculo lo firmo todo. Es un espectáculo muy sincero, tanto a nivel de ideología moral, como política y social. Me desnudo ante el público y digo las cosas tal como las pienso, sabiendo que me pringo y que habrá mucha gente que no esté de acuerdo conmigo.

¿Hay que tomarse el amor con humor?

Evidentemente, todo en la vida hay que tomárselo con humor. Tenemos tendencia a montarnos tremendas tormentas en chupitos de whisky, y pensamos que nuestro ombligo es el centro del universo. Agrandamos nuestros problemas, cuando hay cosas más importantes en el mundo y de los que pasamos de largo.

¿Se aprende de los errores?

No. En el amor somos capaces de tropezar 200 veces en la misma piedra. De lo que uno aprende de los enamoramientos, es a desarrollar defensas y corazas, y generalmente, cosas chungas. A volverte más desconfiado, más taimado.

Un consejo para un desenamorado y para un enamorado…

Para un desenamorado: el despecho es el sentimiento más chungo que tenemos, la gente es capaz de matar por ello. Por eso, yo le recomendaría que se la machaque, que se la «casque» directamente. Y al enamorado, que se deje llevar por el amor, que disfrute, que está muy bien pringarse y volver a caer.

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