Texto de Raquel Carrillo
Belfast, 1971. Un joven soldado británico, interpretado por el actor de moda, Jack O´Connell, es abandonado accidentalmente allí por su unidad durante unos disturbios.
Incapaz de distinguir entre amigos y enemigos, y cada vez más desconfiado de sus propios compañeros, el inexperto recluta deberá intentar sobrevivir toda la noche solo y encontrar su camino de vuelta a través de un paisaje desconcertante, extraño y mortal, en el que ni él, ni el público, sabe a ciencia cierta quién está de su parte y quién no. Porque, para complicar las cosas, el movimiento nacionalista está en guerra entre sí: el IRA (Ejército Republicano Irlandés) “oficial” contra los más jóvenes y radicales de la calle – el IRA “provisional”. Una noche tan intensa como peligrosa para Hook, que deberá hacer lo imposible por sobrevivir, sin saber nunca quién es realmente amigo o enemigo.
El multipremiado primer largometraje de Yann Demange, llegó el 23 de enero a las pantallas españolas, distribuida por Vértigo Films. Con un brillante reparto, destacan la fotografía y los movimientos de cámara, tan opresivos como la película. Un certero retrato de la barbarie y lo absurdo de la guerra, en el que lo esencial del ser humano queda corrompido, pero no muerto. Muy conmovedora la intepretación de O´Connell, en la que se ven patentes la inocencia, confusión, inexperiencia, y finalmente la decepción del soldado, ante la destrucción humana que se manifiesta de pleno ante sus ojos, haciéndole el centro de todas sus miradas.