Hasta 19/10. Conde Duque (Madrid)
Texto de Arantxa Hernández
Estamos cansados de que nos mientan, pero este sentimiento no es exclusivo de nuestra generación. Ya lo dejó escrito Federico García Lorca en 1936 cuando empezó a incubar Comedia sin título, sin saber todavía que no llegaría a acabarla. En ella era el director y autor de una compañía de teatro, el que alzaba la voz delante de su público para evitar que les siguieran mintiendo. Porque para él, la representación tenía unos artificios que la alejaban de la realidad y eso solo podía ser una mentira.
Arantxa.- Esta idea la rescata el Teatro de la Reunión, los antiguos alumnos de la escuela de Juan Carlos Corazza que, dirigidos por su maestro, añaden algo más a la obra inacabada del poeta. Y ese algo no es otra cosa que uno de los textos más conocidos y representados de Shakespeare: Sueño de una noche de verano. Introduciendo escenas concretas de las historias que recogía en su obra el inglés como contexto a las palabras de Lorca, ambas van mezclándose como realidad y ficción. Las dos conviven durante unos minutos, sobre todo cuando la compañía ve interrumpido su ensayo por un hecho que no espera a que le abran la puerta y se cuela hasta el centro de la sala sin permiso.
De esta forma, las mentiras se diluyen incluso para los intérpretes dispuestos a poner en pie los personajes de Shakespeare, dejando que la realidad se cebe con ellos. Pero también con los espectadores, que parecen separados por una cuarta pared que nunca se ha hecho más invisible. Porque además son ellos los que se convierten en el centro de atención al ser increpados por el director, que no comprende su actitud frente al teatro. Porque ¿cómo pueden evitar las puertas de un lugar así que suba la realidad al escenario? Y si esta no tiene espacio en las tablas, ¿para qué vale seguir escuchando mentiras?
En cualquier caso, ya sean mentiras, verdades a medias o la realidad más cruda, todo tiene cabida en esta fusión sobre dos maneras de entender y escribir teatro. Y dependerá de cada persona lo que decida llevarse de Comedia y Sueño, la mentira más hermosa. Nadie manda en eso, ni siquiera el mismísimo García Lorca porque ¿y si queremos que nos mientan de esta forma?
Más info en: http://www.teatrocorazza.com/index.asp?id=62&ar=33&op=4
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