Atenas, encanto de ayer y de hoy


Texto de Janire Martinez
Fotografías de Julen Encinas

Atenas vegeta entre historia y modernidad. También conocida como la cuna de la democracia, es ciudad desde hace 3.500 años y vivió su mejor momento durante la época clásica de la antigua Grecia, periodo del que podemos encontrar numerosos objetos y edificios. Durante el imperio bizantino y bajo el dominio otomano, Atenas tuvo un papel más secundario. En el año 1834 volvió a la palestra tras convertirse en capital de Grecia. Ahora es una gran urbe ajetreada que no para ni un momento.

El eje central de la capital es la Plaza Sintagma, situada en frente del Parlamento, desde aquí se accede a todo el centro histórico en menos de una hora andando. Existen unos bonos de metro ilimitados para uno, dos o tres días, pero como la zona turística se encuentra bastante cerca; yo recomiendo ir caminando, porque después de todo, es de esta forma como se conoce realmente la cultura de una ciudad. Si necesitas usar el transporte público, en los períptera (kioscos de prensa) que se encuentran en la mayoría de las plazas y calles principales, venden bonos de un viaje que sirven para metro, autobús y trolley. Valen un euro y sirven para viajar durante una hora. Para visitar los principales puntos históricos existe un bono de doce euros que permite ver todos los restos arqueológicos de la zona centro.
Un poquito de historia
La visita imprescindible para el viajero es la Acrópolis, situada en lo alto de la colina donde está el majestuoso Partenón, el Erection, que era el templo más sagrado de la antigüedad, y el templo de Atenea-Nike. Todo ello está dentro de este recinto arqueológico con una única entrada. Es el ejemplo más claro del esplendor de la época clásica griega, construido bajo el mando de Pericles durante el primer siglo a.C., su emplazamiento totalmente estratégico en una colina elevada a 156 metros del nivel del mar.

Hasta hace poco, el Museo de la Acrópolis estaba allí, pero ahora ha pasado a otro emplazamiento en la falda de la colina, con mucha más capacidad y totalmente remodelado. Esta construcción vino dada porque el Gobierno inglés se negaba a devolver los restos de la Acrópolis situados en el British Museum, por no tener unas instalaciones adecuadas para albergarlos. Años después, el Nuevo Museo, aún espera estas obras de arte de la antigüedad. Es gratuito para estudiantes presentando un carnet que lo verifique.

Frente a la Acrópolis, en un lado de la colina, se encuentra un montículo de piedra desde donde, si el tiempo acompaña, se ven unos estupendos atardeceres con vistas a la zona norte de la ciudad y a los propileos iluminados al sur. Muchos jóvenes se reúnen allí para tomar unas cervezas al son de las guitarras de los músicos; es un buen lugar para pasar un buen rato.

En la falda de la Acrópolis encontramos el recinto del Ágora, o mercado, que data del 600 a.C. Albergaba los principales edificios políticos, que se mezclaban con teatros, colegios y estoas de tiendas. En otras palabras, era el centro social del imperio helénico. La vía Panatenáica cruza todo el recinto, deja a un lado la biblioteca Panatainos, el Bouleuterión, edificio de tribunales y reuniones sociales, y el Hefesteión, el mejor conservado; y al otro lado encontramos los templos de Apolo Patroos y el de Ares. Todo ello decorado con imágenes de deidades, como el altar a Zeus o el de los doce dioses.

Salimos y pasamos directamente al barrio de Monastiráki, donde se respira la esencia de la verdadera Atenas; esta zona recibe este nombre por el monasterio situado en la Plaza Monastiraklou. Entre sus calles encontramos la torre de los vientos, construida en mármol en el siglo ii a.C. Lleva representados en sus frisos los ocho tipos de vientos, de ahí su forma octogonal. Según se pensó en la Edad Media, sirvió de prisión para Sócrates. En esta zona encontramos también la Biblioteca de Adriano del año 132 d.C. que albergaba salas más pequeñas y zona de piscinas. Se encuentran varias iglesias por la zona. La verdadera recomendación es perderse paseando por sus calles mientras se come un pita, que es una torta de maíz rellena de carne, tomate, cebolla y tzatziki, una salsa hecha a base de pepino y yogurt, recomendable para aquellos que realizan un viaje low-cost.

Cada domingo en este barrio se celebra un mercadillo que atrae a lugareños y turistas, donde se pueden encontrar desde viejas antigüedades y bisutería artesana a mesas de trileros rodeadas de gente apostando. Si no quieres los típicos souvenir, compra aquí tus regalos. Recorre la vía entre plaza Monastiraklou y plaza Avyssinías, y las calles que se cruzan.

El otro barrio de la falda de la Acrópolis es Plaka, que fue construido en el siglo XIX y que recoge la mayor parte del comercio tradicional de la ciudad. En sus establecimientos encontramos reproducciones de cerámica griega, joyas de plata, bordados, tapices, etc., pero lo más característico es el cuero, sobre todo las sandalias. Regatea, ya que puedes sacar los productos por la mitad del precio marcado. En el 89 de la calle Pandrosson se encuentra el taller del artesano y poeta Stavros Melissinos, que vende desde los años setenta a celebridades como John Lennon y Barbra Streisand.

Cabe destacar el Arco de Adriano y el Templo de Zeus Olímpico que llegó a ser el más grande de toda Grecia. Ahora solo quedan algunos restos arqueológicos, pero sirven para ver la magnificencia de lo que fue en la época helénica y romana. Y tras ello, volvemos al punto de partida, la plaza Sintagma, donde encontramos el Parlamento Griego y la Tumba del soldado desconocido. Día y noche dos soldados vigilan la entrada, y los domingos a las 11.15 de la mañana realizan un cambio de guardia solemne donde los evzones desfilan con el traje nacional griego.

El auténtico Atenas
Si después de hacer las típicas visitas turísticas tienes ganas de adentrarte en el ambiente de fiesta griego también existen varias opciones: por una parte tenemos el barrio de Gazi, donde encontramos discotecas en un ambiente chic; ofrecen fiestas todos los días de la semana y las consumiciones rondan los 10 euros. También es una gran zona para los paladares más exquisitos, ya que cuenta con geniales restaurantes donde probar las mejores creaciones culinarias, donde mezclan tradición y modernidad.

Si quieres un ambiente algo más alternativo y relajado, buscas es Exarchia. Aquí están las principales casas ocupadas de cultura gestionadas por jóvenes que ofrecen planes de ocio como conciertos, exposiciones, etc. Hace años las guías turísticas aconsejaban evitar la zona, pero ahora es un barrio de moda transitado por estudiantes, artistas y gente extravagante que llena las terrazas de los cafés de la Plaza Exarchia. Si tienes ganas de fiesta, sus pubs ofrecen conciertos en vivo de rock o de rebético, que es como conocen allí al blues; sin embargo, si prefieres relajarte, es recomendable entrar en uno de sus cafés y pasar un buen rato fumando shisa mientras se disfruta de una taza de té.

Si visitas la ciudad en verano, te recomendamos el Vox, uno de los cines al aire libre más antiguos de Atenas. También es una zona excelente para comer bien y barato, en las tabernas situadas en las típicas casas griegas con zona ajardinada y mesas al aire libre.
Otro de los placeres de Grecia son sus licores, y una zona estupenda para probarlos es el barrio Thissío con vistas a la Acrópolis. Los bares que recorren la calle Iraklidon, consiguen un ambiente nocturno peculiar con sus luces y colores. Puedes pasar allí un gran rato saboreando un vaso Ouzo, Rákomelo o de Retsina, las bebidas más típicas de Atenas. Si se cuenta con un presupuesto más limitado, llega hasta la parte baja de la calle donde están las tabernas transitadas por estudiantes, con precios más asequibles. Un buen plan sería pedir varios chupitos para probar las distintas bebidas y mientras «picotear» algunos de los aperitivos propios de la región.

Las mejores vistas de la ciudad están en el monte Likavitos que es, con sus 227 metros, el pico más alto. Sube a su cima para ver el atardecer mientras cenas o tomas algo en el restaurante situado en la cumbre. También hay una pastelería y una pequeña capilla, la de Agios Georgios, junto a la cual hay un mirador desde donde se pueden hacer unas geniales panorámicas.

Si quieres puedes realizar viajes complementarios: Islas Griegas, la zona del Peloponeso o visitas a ciudades cercanas en excursiones de un día. Ese es uno de los encantos de Grecia, es un país de gran importancia histórica y esto se refleja en todo su territorio.

Anterior Entrevista con CYAN por "Historias para no romperse"
Siguiente Un viaje con Pastora