Texto de Raquel Carrillo
Guion y dirección de Halina Rejin
Con Nicole Kidman, Harris Dickinson y Antonio Banderas
Coproducción Estados Unidos y Holanda. 2024
Tras la contención de Romy hay una criatura canina en celo con heridas supurantes, esperando que alguien venga a rescatarla. Algo que su marido, ni siquiera imagina, limitándose a acariciarle el lomo. Ella se esfuerza en reprimir sus aullidos nocturnos y defiende como una loba una exitosa empresa de robots, que lo son casi tanto como ella. Pero algo se rompe en ella cuando su nuevo becario la lee de lejos.
Dos caras de la misma moneda, que se entienden con la mirada, en la que adivinamos el colmillo del abuso infantil. Una mordida emocional que con el tiempo siempre sale, dando paso a relaciones insanas. Paradójicamente, y esto es lo más interesante del film, esta relación de sexo animal, llevará a Romy a una deseada liberación. A volver a sentirse como un cachorrillo para así poder lamerse las heridas y volver a empezar.
Babygirl es un drama erótico. Con tintes de las pelis de Adrian Lyne de los 80, recuerda a Atracción fatal y Nueve semanas y media, y en ella suenan temazos de Inxs y George Michael. Con la diferencia de que aquí existe un serio conflicto en cuanto a los roles de poder: la que manda es ella, aunque ojo, sólo lo hará en la empresa.
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Nicole Kidman impresionante, como siempre, ya se ha alzado con la Copa Volpi del Festival de Cine de Venecia, está nominada a los Globos de Oro, y apunta maneras para las nominaciones a los Óscar. A su lado, el joven Harris Dickinson, que ya nos deslumbró en El triángulo de la tristeza; y nuestro grande Antonio Banderas.
La directora, la holandesa Halina Rejin, se suma al nuevo (y celebrado) cine hecho por mujeres que explora y explota la sexualidad femenina. Ya era hora.
