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Entrevista de BiPaul
Imágenes cortesía de Promosapiens
Esther Méndez nos propone en «Túnel» un viaje de la oscuridad a la luz. Son cinco temas que cobran todo el sentido cuando llegas al final, que es el principio del todo. La artista escribió las canciones en medio de una tormenta cuyo poder de incapacitación parece que solo conocen quienes han pasado por un trastorno de ansiedad. Quiso una pandemia global que el disco hablara al oído de cada uno de sus oyentes, expresando, paso a paso, las fases hacia la nueva normalidad.
BambiKina no pierde la ocasión para hablar del realismo mágico que tanto la inspira. Y Borges nos viene muy bien para entender por qué, tras dos años de parón, Esther Méndez vuelve al ruedo con un EP y no con un LP. Borges decía que no escribía una novela porque “uno puede vigilar un cuento casi con la misma precisión con que uno puede vigilar un soneto: uno puede verlo como un todo”. Criticaba a los escritores que se decían novelistas y presentaban cuentos recargados de detalles para que fueran más largos.
«Túnel» es un disco perfecto, contundente, emocionante y que te deja saciado. El mensaje es preciso, controlado, en su melodía y en sus letras. Por eso, al menos la primera vez que lo escuches, no lo hagas en aleatorio, por favor. Y presta atención, mucha atención. Si te permites bucear en su atmósfera, al final hallarás un aleph.
¿Cómo estás?
Pues mira, yo vivo habitualmente en Madrid, vine unos días a mi pueblo y justo me pilló todo aquí. O sea, que lo he pasado todo con la familia, en Extremadura.
¿Cómo estás viviendo la desescalada? La gente creativa o bien ha desconectado o bien ha recibido la visita de las musas en confinamiento.
Pues yo, lejos de tener el boom creativo que ha tenido mucha gente, y que ha compartido por redes y tal, me encontré con el disco recién terminado y con el proceso compositivo soltado. Me lo he tomado de relax. He disfrutado de la familia.
Y sí que he tocado bastante, pero no he sido especialmente productiva en este confinamiento. He hecho tres o cuatro conciertos en streaming por Instagram. Nunca había hecho directos y ha sido una experiencia extraña. Tocas para gente que no ves, no hay aplausos, pero las experiencias han sido muy chulas. Se creó una atmósfera muy guay, con gente comentando, congregué a bastantes personas.
Los 360 grados de BambiKina
Tu música, desde que nos conocemos, ha dado un giro y no de 180 grados, sino de 360. Es decir, has vuelto al mismo lugar pero con un camino recorrido. Lo vemos en este EP.
El último disco es el resultado de una evolución musical y personal. Yo estaba acostumbrada a que las canciones contaran las historias de otros. Ahora he contado la historia en primera persona. «Túnel» surge a raíz de una experiencia personal bastante dolorosa. Afronté un proceso de ansiedad que me obligó a retirarme de los escenarios. Hice dos años de parón. Durante este tiempo surgieron un puñado de canciones, casi terapéuticas para mí. Las canciones surgieron en medio de la oscuridad. Me parecía bonito que ahora vieran la luz y por eso el disco se llama “Túnel”. Cuenta todo el proceso oscuro hasta que por fin he salido y he visto la luz.
Siempre se dice que las mejores terapias, para gente creativa, pasan por hacer lo que más gusta… Pintar, escribir, componer… Ahora hablas de las canciones, del disco… Ahí están, para ser escuchadas por todos. No sé si así permitimos que las heridas se cierren. No sé si es positivo.
En mi caso es muy positivo. Cuando sufrí aquello, me di cuenta de que hay un tabú sobre las enfermedades mentales, que además son muy frecuentes. Me di cuenta de que nadie hablaba de ello abiertamente. Esas canciones fueron una forma de soltar lastre, de quitarme un peso de encima. Y también ha sido una forma de aportar mi granito de arena a la causa, de ayudar a esa gente que sufre de enfermedades invisibles que no se comprenden si no estás ahí.
Mucha gente me ha escrito a raíz de escuchar mis canciones, de escuchar mi historia y me cuentan su proceso, o el proceso de su hija, o el de su hermana. Quiero creer que he aportado algo a personas que escuchan las canciones y sienten que hay luz, que se puede salir. Para mí eso es muy gratificante.
Es un disco que cobra un significado distinto en confinamiento. Supongo que eres consciente.
Sí, es que ha sido premonitorio. La canción que canto con Depedro, que se llama “Fe” y habla de encontrar la luz en la oscuridad. Tiene una frase que dice: “Cuando la tristeza se te clave en los huesos, recuerda que la luz siempre encuentra su hueco”. Mucha gente me ha preguntado si escribimos la canción por el confinamiento. Para nada, la escribí el año pasado. La escribí cuando estaba pasando por un túnel personal y comenzó a sonar en el momento en el que todos estábamos pasando por un túnel colectivo.
No escuchar en aleatorio
“Testamento” es una canción muy desnuda. Es tan descarnada que nos la podemos imaginar en repertorios muy intensos, como los que cantaba Chavela Vargas. Y también tiene eso tan particular de decir cosas muy duras, pero con una especie de media sonrisa…
¡Sí! Todas las canciones son muy oscuras pero tienen una beta de esperanza o de… no sé. Sí, todas tienen eso y la verdad, que me compares con Chavela Vargas es un honor porque es un referente en mi música. Es lo que decías antes de volver al inicio, de hacer un disco circular. Eran canciones muy circulares y decidimos, el productor del disco, Santi Martín y yo, que fueran muy descarnadas, muy directas, con poca instrumentación, con una producción muy simple.
“Testamento” tiene esa cadencia flamenca andaluza y por eso decidí meter la trompeta. Lo único que hay ahí es mi voz, mi guitarra, la trompeta, un bombo electrónico que metimos en el estribillo y ya está. El timbre de la trompeta nos llevaba a ese punto de saeta.
Es muy guay que interpretes eso de la media sonrisa. Todas las canciones son oscuras pero contienen un punto irónico, un punto de luz al final.
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“Todos los pájaros negros” es extrañamente luminosa. Tu voz y la melodía avalan esa luz, y es extrañamente luminosa por la letra, que encoge a uno. ¿Ese contraste está dentro de ti o una vez compuesta la canción dices: “voy a meter eso y aquello”?
Jo, qué interesante. Es verdad que también ha habido días para todo. Había días en los que me levantaba derrumbada, pero con ese punto de esperanza de “voy a acabar saliendo”. La canción dice: “Un pájaro negro viene a verme todos los días”. Esto no es una historia inventada, de verdad venía a verme un pájaro negro y empecé a verlo como algo premonitorio. Como si dijera: la enfermedad, la depresión me van a acompañar, están ahí. Al final digo que cambia el paisaje y los pájaros se marchan.
Yo la compuse así. Mezclé esa letra dura y la melodía. Los acordes mayores son bastante alegres, recuerdan a la anterior BambiKina. No salgo de ese cauce de rock americano que estaba en los trabajos anteriores, hago guiños a Brian Adams o a Wilko… No quería perder el punto ese e invité a toda la banda para que fuera más instrumentalizada.
Ese contraste es muy interesante y ha estado también en mi ánimo. Estaba cuando componía la canción y también es un contraste buscado. Busqué esa mezcla de luz y oscuridad.
«Empiezo oscura, con ‘Testamento’ despidiéndome de mis familiares. ‘Todos los pájaros negros’ representa que la oscuridad se ha instalado en mi vida. Y luego ‘Hazme llorar un río’, que está en un punto de redención, de abrazar lo que me está pasando»
El dibujo que hace “Hazme llorar un río” es muy gráfico. Empieza a sonar, suave. Sube, vuelve a subir y despides bien arriba. Yo me imagino a todo el equipo de grabación con los pelos de punta, llorando emocionados. Ahí creo que hay mucha sapiencia musical. Un tener muy claro qué es lo que hay que hacer para emocionar.
Es una canción que buscaba la emoción, porque yo estaba en un proceso emocionante. El orden de las canciones en el disco no es casual. Esta es la tercera. Empiezo oscura, despidiéndome de mis familiares. “Todos los pájaros negros” representa que la oscuridad se ha instalado en mi vida. Y luego “Hazme llorar un río”, que está en un punto de redención, de abrazar lo que me está pasando. Era un momento emocionante conmigo misma. Cuando te encuentras tan mal, no sabes por qué lo rechazas. Escribí esa canción en un momento de aceptación.
La compuse pensando en Club del Río, aunque a ellos no se lo había dicho ni ellos me habían dicho nada. Pero tenemos muy buena relación, yo había colaborado con ellos en conciertos y por eso le puse ese título. La forma de grabarla influyó en el punto de emoción y cercanía que tiene. Los chicos de Club del Río llegaron a las siete al estudio y acabamos hacia las tres de la madrugada. Lo hicimos del tirón, la gente estaba dormida, las luces de las casas estaban apagadas. Se creó un clima mágico, casi místico. Y el reflejo de ello es el final de la canción, con percusiones, con voces… muy tribal.
El resultado me encanta. Tiene un espíritu muy acústico. Creo que la canción llega al alma.
¿Y cómo acabasteis ese día a las tres de la madrugada?
¡Pues reventados! Con los ojillos rojos, muy satisfechos. Fue una experiencia casi mística, ya te digo. Son esos momentos que recuerdas siempre. Hay imágenes porque me llevé a una amiga para grabar en el estudio, para preparar un videoclip. Lo de videoclip entre comillas, porque son imágenes reales de esa noche.
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La luz
“Fe” es una canción en la que sale la sonrisa desde el primer acorde. Os juntáis ahí dos voces limpísimas, la tuya y la de Depedro. Esos colores contribuyen al mensaje de la canción. Suena al tema que cualquiera querría hacer…
Sí. Recoge los cánones de una canción: coros pegadizos y la letra es muy bonita y evocadora. Yo quería aprovechar la oportunidad para crear imágenes. Habla de estirar las alas o de la luz que se cuela por el hueco. Hay imágenes evocadoras. Y luego está el regalo de colaborar con Jairo, con Depedro, que es un músico al que admiro desde el principio. Tenemos en común el gusto por el sonido fronterizo mexicano. Cuando le propuse grabar la canción, esa historia, y me dijo que sí, fue una pasada.
Es la canción pop típica, con ese punto de emoción. Estoy muy orgullosa de haberla escrito y creo que cuando pasen los años y la vuelva a escuchar, se volverá a sentir esa emoción e intensidad. Es de esas canciones atemporales.
Depedro tiene fama de ser un artista muy generoso.
Es un tío fantástico. Ha colaborado con nuestros discos desde 2014, pero no podíamos contarlo nunca por cosas burocráticas del sello discográfico. Pero siempre hemos tenido algo de instrumentación o alguna guitarra suya. Nunca habíamos tenido su voz. Cuando le conté que quería volver, que había pasado por ese proceso, que este trabajo tenía un peso emocional especial para mí y que quería que colaborara con su voz, no dudó ni un segundo en decir que sí. Además, que él ha crecido muchísimo, está ahora en un momento genial y podría haberse negado, porque nosotros somos muy pequeños. Y eso es muestra de su generosidad. Estaré eternamente agradecida.
«El aprendizaje que he sacado del proceso de dolor también es emocionante: querer convertirme en alguien mejor, poner en práctica la teoría, es emocionante».
Decía Thomas Woolf algo así como que la literatura debe tratar de uno mismo si lo que busca es emocionar. Tus trabajos anteriores eran estampas, contabas momentos, en tercera persona. Llegamos a “Cartón cometa” y esta demuestra la teoría de los 360 grados. Cuentas una estampa pero es una metáfora personal. Ahí está la mezcla de BambiKina y la BambiKina actual…
Quizás sí, es curioso. Qué bonito lo que decía Thomas Woolf. La BambiKina de antes, es verdad que hablaba con referencias del realismo mágico de Cortázar y Gabo, hablaba de las pelis de Tarantino y de ese universo icónico del western. Al hablar en primera persona, las canciones llegan más directas, son más viscerales y la gente empatiza de una manera más intensa. “Cartón cometa” es esa fusión de dos BambiKinas. Me gusta mucho el análisis que has hecho.
Al final, “Cartón cometa” habla de una historia personal. Es una metáfora. La canción habla de un fragmento de canción que quiere convertirse en cometa. La puse al final del disco porque representa el final de mi túnel. El aprendizaje que he sacado del proceso de dolor también es emocionante: querer convertirme en alguien mejor, poner en práctica la teoría, es emocionante. Así que a pesar de estar contada en tercera persona, también es una metáfora de una experiencia.
En esta canción iba a estar acompañada por la banda en la parte en la que hay un cambio de ritmo. Pero al final decidimos dejarla así, porque al productor le encantó la toma de voz. Vio que había mucha verdad en la manera de contar la historia y la dejamos con la guitarra y la voz. Además, es un cuento: la historia se escucha mejor así, sin un montón de capas instrumentales.
Un túnel a corto plazo
Hemos hablado de las canciones y ahora hacemos la pregunta rara. ¿Cómo afrontas el verano? Sé que igual todo cambia en unos días, pero nos gustaría conocer tus inquietudes.
Al principio de todo esto, he estado muy frustrada. Acabábamos de empezar la gira, ya estaba la maquinaria en marcha después de dos años de parón. Y de pronto, nos vemos obligados a parar otra vez. Yo lo recibí como un palo. Teníamos pendiente la gira GPS, teníamos bastantes fechas y anularlas fue muy doloroso. Pero poco a poco, te haces a la idea y yo este verano lo doy por perdido.
Teníamos el concierto de presentación en abril y lo cancelamos. Siempre presentamos en Madrid, porque aunque soy de Extremadura, siento que Madrid es mi casa. La fecha de abril se ha trasladado a noviembre, y tampoco sé si se podrá hacer, por el tema de los rebrotes. Y la incertidumbre es grandísima aunque la banda está deseando tocar cuanto antes. Los conciertos son el culmen del trabajo.
Pero hay noticias con cierta esperanza. Ya están anunciando la reapertura de algunas salas con un aforo más limitado.
¡Sí! Winzink por ejemplo, he leído que ya abre y por el norte, están haciendo conciertos con sillitas… Parece que va habiendo un poquillo de esperanza. Estamos a la espera de que nos reubiquen las fechas de la gira GPS. Pero como te digo, mis expectativas están puestas en otoño, de noviembre en adelante.
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