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Textos de Sandra Sánchez
Espacio Fundación Telefónica [Madrid]. Hasta septiembre de 2025.
Más información: https://espacio.fundaciontelefonica.com/evento/ecos-del-oceano/
Los científicos del Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas de la Universitat Politècnica de Catalunya se pusieron a trabajar con los artistas del colectivo británico Marshmallow Laser Feas para crear arte (documental) a partir de la investigación del océano y la importancia del sonido para los habitantes de los mares.
La pieza central de la exposición se llama Viendo ecos en la mente de la ballena. Se trata de una gran instalación audiovisual envolvente, compuesta de doce pantallas, que nos sumerge en la forma en la que los cetáceos perciben su entorno.
El espacio se convierte en un dispositivo de escucha que nos invita a entender y empatizar con la vida en un entorno amenazado. La tecnología es el medio para mostrarlo, pero también la causa del ruido que intimida la vida marina, provocado por herramientas digitales, drones, satélites, balizas, micrófonos submarinos, y un largo etcétera de herramientas que el ser humano pone ahí.
El fondo de la exposición
José Luis de Vicente es el comisario de la muestra, y suponemos que quien hizo una reflexión en torno a la crisis climática, la ecología marina y la manera en la que el sonido y los ruidos interfieren en las vidas de los seres vivos. El mensaje de fondo, por tanto, tiene mucho de concienciación en torno a cómo el ser humano está generando peligros —a veces hasta de buena fe— que pueden tener consecuencias en los ciclos vitales de los seres que habitan los océanos.
Algunos de los sonidos son grabaciones del Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas de la Universitat Politècnica de Catalunya, que liderado por Michel André, estudia desde hace dos décadas el impacto de la contaminación por ruido de los mares. Por tanto, también en el fondo de esta exposición encontramos la intención de reconocer el trabajo que, desde hace mucho tiempo, realizan esta y otras entidades.
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La forma
La primera de las instalaciones —que también podría ser la última— se llama Meditation Room. Se trata de una experiencia sensorial en la que la espectadora es guiada a una suerte de meditación mediante sonidos y las vibraciones de delfines mulares, ballenas jorobadas, cachalotes y ballenas grises.
La siguiente instalación es aquella de la que hablábamos en la introducción. Conviene fijarse en el título Viendo ecos en la mente de la ballena, porque es eso lo que hacemos, «ver ecos». La pieza trata de explicar cómo las ballenas perciben el mundo por los sentidos, mostrándonos su movimiento desde la superficie del océano hasta las profundidades.
Templo de plancton es una preciosidad, una instalación lumínica y sonora que recrea, artísticamente, la migración del plancton. En las siguientes salas encontramos materiales de investigaciones científicas, que nos ayudan a entender la manera en la que los humanos, con nuestros ruidos, les estamos haciendo la vida imposible a los seres marinos.
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