«Festen» en el Valle-Inclán


Texto de BiPaul

En 1998, hace casi veinte años, el danés Thomas Vinterberg estrenaba La celebración, la película con la que quedaba inaugurado el movimiento Dogma 95, del que él mismo junto a Lars von Trier, era cofundador.

Vinterberg escribió y dirigió La celebración, como decíamos, en 1998. Para muchos es su mejor película. En ella, el espectador se sumía en la falsa tranquilidad de una fiesta de alta sociedad en la que todo lo idílico desprende un profundo aroma a putrefacción. Christian, el hijo del patriarca, aprovecha el brindis para desvelar el secreto: una historia de incesto y pedofilia. La bomba explotaba en las butacas de la sala y se convertía en campo de minas anti persona en la historia, generando dos discursos paralelos, uno en la cabeza de quien veía la película y otro en el propio proceso argumental.

Magüi Mira retoma Festen y transforma la película en una obra de teatro. Las dos décadas que han pasado desde su estreno hasta este instante, nos hacen dudar de la auténtica evolución de la sociedad, quizás beligerante en la superficie, pero hipócrita en el interior. Sentimos que los asuntos nos escandalizan sin peros, cuando nos afanamos en demostrar que nada tienen que ver con nosotros mismos, con nuestro género, con nuestra familia, con nuestra casa. Según la directora, Magüi Mira, Festen es: “Un análisis lúcido del fascismo latente en la sociedad clasista y patriarcal en la que vivimos. Festen no solo habla sobre el incesto y la pedofilia, es ante todo un texto que nos habla de la brutal cohesión de la hipocresía social”.

Gabriel Garbisu da vida a Christian y Roberto Álvarez al patriarca Helge. Junto a ellos, Carolina África, Carmen Conesa, Manu Cuevas, Karina Garantivá, David Lorente, Jesús Noguero, Clara Sanchis e Isabelle Stoffel, dan vida al entrono incrédulo, o que prefiere no creer, pero cuya historia cambia cuando son conocedores de un secreto que, a pesar de todo, los atraviesa. Sin saber se vive mejor que sin querer saber, porque saber y no actuar te convierte en un hipócrita. Cuando sabemos, tal y como escribe Magüi Mira: “Aparecen las palabras en los silencios, los gritos del alma y los choques brutales y violentos”.

Más información: http://cdn.mcu.es/espectaculo/festen/

ExCENA en la edición papel de ExPERPENTO de marzo-abril 2017:

Anterior Amparanoia: 20 años después
Siguiente Ignasi Vidal, en la piel de Petronio