¿Cómo un economista decide, tras diez años como contable, dedicarse a la fotografía? Esta es la historia de Hector Martín Moreno, que tuvo que viajar a Uganda, con una pequeña ONG, para descubrir que la fotografía sería su obsesión y su forma de vida. Actualmente trabaja en Bruselas para la revista de tendencias Up-Front… al tiempo que investiga en torno a la fotografía con el colectivo Caravane.
www.hectormartinmoreno.com
www.collectif-caravane.com
Fotos pertenecientes al reportaje Camping City
¿Desde cuándo te dedicas a la fotografía?
Empezé a interesarme por la fotografía en 2004, gracias a un viaje a Uganda con la asociación Maison des Enfants du Monde que creamos un grupo de amigos en Bruselas en 2002. Hice las fotos del proyecto que estábamos empezando en la capital, Kampala, y a la vuelta del viaje decidí inscribirme en un curso. A partir de ahí empezé a apasionarme y en 2007 dejé mi trabajo de contable.
Formación… ¿Reglada o autodidacta?
Un poco las dos. Por un lado el curso que hice me permitió entender un poco de qué iba esto: el laboratorio, la construcción de un tema, etc…, pero como realmente se aprende fotografía es pulsando el disparador. La técnica se coge con el uso, pero lo más importante y difícil es pensar, llegar al fondo del tema y lograr adquirir un estilo personal bien definido. Todo esto requiere un proceso de constante desafío con uno mismo.
¿Qué te sirve de inspiración?
Ver muchas expos y trabajos de otros fotógrafos y artistas. Esto te enseña a apreciar otros puntos de vista y te da pistas. Te ayuda a evolucionar. Pero la mejor fuente de inspiración es el mundo que te rodea, tener siempre los ojos bien abiertos, observar lo que sucede a tu alrededor.
Artista de oficio… ¿sale a cuenta?
Yo me considero ante todo fotógrafo. Lo de artista… prefiero que sean los que ven mis fotos quienes opinen. Como fotógrafo o como artista… es igual de difícil ganarse la vida. ¡Y más con la que está cayendo!
Deseos, ambiciones, proyectos…
Hemos creado un colectivo de fotos entre seis antiguos alumnos de la academia. Todos estamos en el mismo momento de cambio, con la ilusión y la incertidumbre que eso conlleva, y nos interesamos en la fotografía de reportaje y en el comportamiento humano. El colectivo se llama Caravane, un nombre que nos sugiere movimiento, encuentros, que invita a descubrir nuevos horizontes…
¿Cómo definirías tu trabajo?
Creo que mis fotos reflejan la influencia que he recibido de la fotografía humanista y documental.