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Entrevista de Covadonga Carrasco
Foto [c] cortesía Histrión Teatro
Nevenka, el primer caso del #metoo en España
La particularidad del caso Nevenka es que la justicia le dio la razón y, sin embargo, la sociedad se puso del lado del condenado, haciéndole la vida imposible hasta tener que abandonar su casa y marcharse muy lejos para poder comenzar de nuevo, mientras su agresor sigue paseándose tranquilo por el mismo lugar donde la hizo tanto daño. Esta historia, 22 años después, llega al teatro y hemos hablado con su directora, María Goiricelaya.
María Goiricelaya —Altsasu, Yerma o El patio de mi casa— llegó a Nevenka cuando Germa Matarránz e Inés Abascal, de Histrión Teatro se pusieron en contacto con Rocío Pindado, de Portal 71. Buscaban a alguien que escribiera una obra que contara la historia de Nevenka Fernández, la primera mujer en España que ganó un juicio por acoso sexual contra un político. María Goiricelaya se enamoró de la historia, se documentó, la escribió y la dirige. La obra, ya en gira, antes de su estreno, tenía cerradas más de veinte funciones, algo poco frecuente en el teatro documental.
Es muy valiente hacer una obra de teatro con este caso, por todo lo que supone. ¿De dónde surge la necesidad? ¿Cómo se plantea el montaje?
María Goiricelaya: Pues lo cierto es que mi distribuidora, Portal 71, Rocío Pindado me emplaza a una reunión con Histrión Teatro porque Gema Matarránz e Inés Carrascal, que son las que llevan la compañía, estaban buscando a alguien para escribir y dirigir su próximo montaje. Rocío pensó que podría haber muy buen feeling entre nosotras por la forma de trabajar y por los proyectos que estábamos haciendo y en esa reunión me proponen el tema. Cuando les digo ¿qué queréis contar?, ¿qué os mueve?, ¿hay algo que tengáis encima de la mesa o en un cajón que queráis rescatar para abordar la próxima creación? Ellas me comentan que siempre las ha inquietado mucho el caso Nevenka.
Y la verdad es que aunque había oído hablar de ello, no estaba lo suficientemente informada del caso, era algo que sí recordaba, sobre una concejala y tal, pero no lo tenía muy interiorizado. Así que me dijeron que le diese una vuelta y viese si podía tener espíritu, enjundia, y sobre todo algo que contar sobre el escenario.
A partir de ese momento empiezo a buscar información sobre Nevenka. Veo el documental, me leo el libro de Millás, millones de artículos y me pongo a ver los vídeos y les digo que sí. Me doy cuenta de que me seduce mucho esa historia y que me parece crucial ponerla sobre las tablas. Este fue un poco el germen de la pieza. Fue Histrión quien tenía esta idea ya sobrevolando su cabeza. Y cuando me lo proponen, pues me enamoré del proyecto.
«A mí no deja de resultarme curioso que el caso se llame Nevenka en lugar del caso Ismael Álvarez, cuando él fue quien perdió este juicio»
Es para enamorarse. Un caso en el que la sentencia, el momento en el que se produce todo y las consecuencias que tuvo… Porque curiosamente una sentencia que era positiva y que ponía sobre la mesa un abuso de poder, un abuso sexual y un maltrato absoluto sobre una mujer, se vuelve en contra de ella.
Sí, bueno, es una cuestión también de la España de aquel momento. No en vano fue el primer caso de #metoo en España. La sociedad no estaba preparada para respaldar a una mujer en aquellas circunstancias, creo que la venda que tenía en los ojos era muy grande y aquel hombre tenía mucho poder en Ponferrada y era un alcalde muy querido. Entonces la credibilidad que en aquel momento podía tener una mujer tan joven y con unas cualidades físicas tan peculiares, generaban mucho recelo entre la sociedad en general y entre las mujeres en particular.
Nevenka tuvo esta dualidad, las asociaciones de mujeres feministas que salieron a la calle para apoyarla, las menos, en un territorio donde este hombre era muy admirado. Y por otro lado, también hubo toda esa revuelta de mujeres que hemos visto gritando en el documental y que recordamos: «A mí nadie me acosa si yo no me dejo», «Nunca hemos tenido un alcalde tan bueno como es este», todo este tipo de comentarios.
Hay una cosa que dices que es muy curiosa, porque es algo que se sigue repitiendo, en función de determinadas características que tengas como mujer, si eres joven, eres atractiva y tal, tienes menos credibilidad.
Si ella además tiene una anécdota maravillosa, en un encuentro con el Rey Emérito, él le dijo: «Eres muy guapa» y ella le respondió, «Majestad, también soy lista». Yo creo que Nevenka se enfrentaba constantemente a estos prejuicios sobre su físico, donde una mujer que físicamente es atractiva, se presupone que no tiene la inteligencia necesaria o que tiene que demostrar que es inteligente.
Creo que en esa sociedad y aquellas mujeres que tanto apoyaban al alcalde, había una mirada muy retorcida en relación a su físico, en relación a sus capacidades, en relación a esa poca sororidad que eran capaces de demostrar.
«Lo último que pretendíamos era que fuera un espectáculo panfletario, aleccionador o que tuviera ya como una misión muy clara de lo que había que transmitir al público».
Al final el teatro es pasión, emocionalidad, una experiencia sensorial desde todos los vértices posibles. Dirigir algo así, que ya tiene un punto extra de sensibilidad. ¿Cómo se hace? ¿Cómo te lo planteas?
Dirigir un caso como Nevenka es muy complejo porque todo el mundo tiene un bagaje y una opinión y unos prejuicios y unas certezas establecidas. Antes de entrar al teatro todo el mundo va con la mirada puesta en un lugar y el reto en este caso para mí era intentar volver a generar reflexión y debate sobre lo que ocurrió. Por eso lo que he hecho es dar voz a ambos protagonistas, tanto a ella como a él.
Lo último que pretendíamos era que fuera un espectáculo panfletario, aleccionador o que tuviera ya como una misión muy clara de lo que había que transmitir al público. Nada más lejos de nuestro deseo. Quería poner sobre las tablas unos sucesos y dejar al público que revisase qué pasó entonces, qué sucede a día de hoy y si hemos avanzado algo o no. Eso era lo más interesante. Y bueno, así lo hemos planteado a nivel de juego escénico.
Hay un personaje troncal que es Nevenka, interpretado por Gema Matarranz, y después hay un actor y una actriz que van componiendo el resto de personajes que orbitan alrededor de la protagonista. Ales Furundarena en este caso hace del padre de ella, hace de Ismael Álvarez, de su abogado y de su novio en aquella época. Y Marta Megías, que es la otra actriz, hace de la fiscal, la psiquiatra, de su madre y todos los personajes van de alguna manera jugando alrededor de Nevenka, para también fomentar esa soledad que ella sufrió en una sociedad que no la comprendía.
Precisamente esto que comentas, es verdad que ponemos el foco cuando suceden este tipo de cosas en la víctima y quizá deberíamos plantearnos ponerlo en el agresor, ya no tanto para acusarlo, sino para entender qué es lo que estamos haciendo mal en la educación o en otros aspectos, para que haya personas que sean capaces de tener este tipo de comportamientos.
A mí no deja de resultarme curioso que el caso se llame Nevenka en lugar del caso Ismael Álvarez, cuando él fue quien perdió este juicio. En el espectáculo se reflexiona de alguna manera, lo que palpita dentro de la pieza, es que ella ganó un juicio moral, pero perdió un juicio social. En definitiva, tuvo que exiliarse una vez de que todo esto pasó para poder sobrevivir y seguir con su vida adelante, mientras que este señor sigue paseando por las calles de Ponferrada. Así que sí, estoy de acuerdo contigo, Covadonga, hay mucho que revisar para ver dónde nacen este tipo de machismos, estos abusos, y cómo a día de hoy, a pesar de que tenemos todos muy integrado el discurso, se siguen produciendo y, como digo yo, en las mejores casas, en las mejores familias y en las mejores empresas.
«Ismael es un claro ejemplo de lo que pasa hoy en día cuando quien abusa es tu amigo ¿no?»
Vosotros mismos presentáis la obra diciendo «Una mujer, un juicio histórico y el reflejo de una sociedad que ha cambiado, o quizás no tanto». En ese punto, como dices, tenemos muy interiorizado el discurso, pero no hemos profundizado en él. Todo el mundo sabe que está mal pero, ¿de dónde viene? ¿cómo lo solucionamos? Ahí está el quid de la cuestión.
Y también está el apoyo de esa sociedad en ese momento. Ismael es un claro ejemplo de lo que pasa hoy en día cuando quien abusa es tu amigo ¿no? O que a quien acusan es a tu conocido, Todo el mundo sale muy en defensa de esa persona que quiere. Pero es que las personas que queremos a veces no son buenas personas y eso también hay que revisarlo.
Ahora estamos repitiendo otra vez el mismo patrón. En el caso de Dani Alves, un tipo poderoso que, sin estar juzgado, todas las pruebas apuntan a su culpabilidad, y no paran de salir voces a defenderlo, porque es muy querido, especialmente por el sector masculino, con lo cual eso también es un punto extra.
Claro, es verdad que la fraternidad que surge entre los hombres es muy peligrosa. Ellos son muy, pero que muy buenos a la hora de tenderse la mano y de hacerse fuertes, de proteger lo que ha sido su estatus hasta ahora, que para ellos está muy en riesgo en los últimos años. Creo que las mujeres hace tiempo que hemos despertado y seguimos en este camino, pero ellos todavía son muy tercos y muy rápidos a la hora de blindarse cuando pasan estas cosas.
Últimamente, no sé si en este caso lo consideras como tal, se está haciendo mucho teatro documental. Tocando casos basados en realidades actuales que puede ser una manera de educar y trasladar determinados mensajes.
Sí, sí, me identifico mucho con la parte documental en los espectáculos que hago, porque en mi caso, me parece que al público lo aterrizan en otro lugar. Puedes contar lo mismo ficcionándolo, hablando de no sé, la diversidad, sin ir a un caso concreto, haciendo que a ese niño o niña, yo que sé, le crezca una lenteja en la oreja, por ejemplo. Pero creo que cuando vas a un caso real, voy a hablar de la diversidad, donde ha habido a lo mejor un niño acosado por bullying o cuando hablamos de la justicia con ese otro caso de Nevenka, donde lo que ha pasado es que ha habido una desproporción judicial. Al hablar del acoso no desde la ficción, sino desde el teatro documental, esto ayuda a poner carne a esas personas, a esos personajes, y creo que ahí es donde el público muchas veces se identifica y engancha más rápido.
También soy súper defensora de la ficción y de todo lo que tiene que ver con la fantasía, pero sí creo que el público responde mucho mejor a algo que de repente conoce o que le suena o a algo que ha visto. Hay cosas que se mueven a nivel interno que son poderosas.
¿Tenéis pensado girar? ¿Hay ya planteados lugares a los que ir? ¿Dónde vamos a poder ver este montaje?
Pues hasta el momento, que yo sepa, el espectáculo la semana después del estreno ya tenía 20 o 25 compromisos en diferentes comunidades y en teatros importantes. Espero que gire mucho y espero que se vea en muchos sitios, la verdad. Es un espectáculo que ha generado mucho interés porque es muy raro que te contraten antes de verte y eso ha pasado. Se están arriesgando y están apostando por esta pieza.
«…ojalá que se perciba como un homenaje, como un homenaje a las mujeres, como un homenaje a esta mujer que abrió camino en España, que era muy difícil y que sigue siendo muy difícil».
No sé si habéis tenido posibilidad de hablar con ella, con Nevenka o si ella tiene pensado acudir en algún momento o igual ya está un poco cansada de todo esto.
No, no hemos tenido oportunidad de acceder a ella, imagino que con la acogida que está teniendo la pieza, estará al tanto, supongo. Yo estaré encantada si en algún momento le apetece acercarse al proyecto, a la compañía. Estaré feliz, evidentemente. Ojalá que, si no ella, porque me imagino que seguirá viviendo fuera, pues que haya mucha gente de su entorno que se lo pueda contar y le llegue el feedback en relación a la pieza.
Qué duro debe ser haber sufrido algo así. Y que encima el foco se ponga sobre ti como responsable de todo. Esta historia es tremenda, no solo por todo lo que sucedió, sino porque encima, después de haber conseguido que la justicia te diese la razón, te sientas observada, señalada y acusada, teniendo que marcharte. ¿Se habla en la obra de ese después?
La obra habla un poco de ese después. Hace un alegato desde el presente. Que ya no necesita que haya reparación pública, no, que lo que no quiere es que ninguna chica joven vea su vida destruida por miedo al sufrimiento, por miedo al dolor, por miedo al silencio. Y reivindica eso, que eso es lo que le importa a ella, que ninguna mujer tenga que pasar por esto. Es lo reivindicativo que tiene la propuesta y ojalá que se perciba como un homenaje, como un homenaje a las mujeres, como un homenaje a esta mujer que abrió camino en España, que era muy difícil y que sigue siendo muy difícil.
Si ella no tuvo el apoyo, el respaldo o la comprensión que en aquel momento era necesaria para poder afrontar esto con mucha menos soledad, porque creo que ella estuvo muy sola, pues ojalá que, a día de hoy, podamos tender manos y puentes, abrazarnos mejor y caminar mejor juntas si un caso de estos se da. Porque se dan cada día y muchas veces no son tan visibles porque no estamos hablando de un político, pero en mucha menor escala esto pasa un día sí y otro también.
En las noticias aparecen y bueno… “Otra mujer que ha sido violada, otra mujer que ha sufrido acoso, otra mujer que ha sido asesinada”. Se produce cierta deshumanización y una sensación de que pasa, es horrible, pero pasa. Y hay una especie de contador con cifras, que es como si al final estas cosas solo fuesen una cuestión numérica.
Son cifras que pasan desapercibidas porque estamos acostumbrados a escuchar lo mismo y a no aterrizarlo o a no querer aterrizarlo por el impacto y el dolor que supone. La trascendencia que tienen dentro de los medios de comunicación es mínima. Yo sí creo que en este caso, Nevenka trasciende de la persona, cuando pienso en la pieza sé que es este caso y la vida de esta mujer, pero en realidad podría ser la vida de cualquier mujer, podría llamarse Rosa y este caso estaría contando exactamente lo mismo y se denunciaría exactamente lo mismo en otro contexto. Es una de esas piezas donde el mensaje es más grande que la persona que lo cuenta.
Nevenka está funcionando muy bien y es muy emocionante, porque creo que cumple su función, la de humanizarnos un poco más, darnos otro espacio de encuentro, como decías antes, de que esa experiencia dentro del teatro sea también transformadora y que podamos compartir, que creo que es de lo que se trata.
Para conocer las fechas y lugares donde ver Nevenka, sigue a Histrión Teatro en redes:
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