Texto de Andrea REINOSO
Este es un grupo joven que desprende alegría y buenas vibraciones. Su tercer disco No hay fronteras conserva ese estilo desenfadado que caracteriza a los sapos de Guadalajara.
Su pop fresco, suave y divertido, invita a pasear por su charca y conocer las historias del caracol Rogelio y otros personajes. Letras sencillas, que no simples, que hablan claro y directo de temas sociales, bailables o sentimentales. Hay temas variopintos con diversidad instrumental y mucho cachondeo.Quizás es el mejor de sus trabajos, más rico musicalmente y reivindicando la calidad de lo natural. Es difícil escoger, aunque destacan «Tarzán ha vuelto», «Queridos Reyes Magos», «No hay fronteras», «Rogelio el Caracol» y el bonus «Un erizo como yo» en colaboración con Chelo Vivares, la voz de Espinete. Aliños de funk, blues o rock and roll ponen la guinda a un pastel que gusta a niños y no tan niños. Si se puede, mejor verlos en directo.
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