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Ilustración (c) de Rubén Rodríguez Risquez
Texto de BiPaul
Esa niña sí, no. Esa no soy yo.
«Cuando canta, los tigres lloran, los ángeles sonríen, los ciegos ven». Gloria Fuertes dedicó un poema a Mari Trini, uno de sus amores no correspondidos y amiga eterna. Mari Trini la acompañó en el hospital en sus últimos días y le cantaba canciones con su guitarra.
No soy la persona más apropiada para escribir un homenaje a Mari Trini. Solo la reivindico desde que una marca de cervezas usó «Una estrella en mi jardín» para su campaña publicitaria hará una década. Tengo excusa: crecí con Mari Trini en la tele y me aburría, como me aburrían Dyango, José Luis Perales o Martirio. Era demasiado pequeño para entender nada, así que… como para entender a Mari Trini.
María Trinidad Pérez de Miravete-Mille nació en Murcia. Expongo una teoría. Quizás si se hubiera presentado como Trinidad, a lo Jeanette o Cecilia, o como Trinidad Mille, a lo Chavela Vargas o Edith Piaf, los gobiernos españoles hubieran hecho más bandera de la cantautora. Será por eso. No creo que el olvido sea porque fuera mujer y lesbiana. Porque ojo con Mari Trini, ojo con su vida, con sus canciones y con su voz. En Francia o Bélgica tendrían «La ruta Mari Trini». Aquí hasta lo de nombrarla «Hija predilecta de Murcia» fue póstumo.
Nació en 1947 y era de familia bien. Estuvo postrada en la cama desde los seis años hasta los catorce, aquejada de una enfermedad de riñón. El dolor formó parte de su vida y los corticoides le deformaron la cara. Pero cuando puso el pie en el suelo, echó a correr. A Madrid llegó en los sesenta. Se dedicaba a tocar de bar en bar hasta que Nicholas Ray se la llevó a Londres donde conoció a Paul McCartney y a Roman Polanski. Y desde Londres viajó a París donde grabó dos EP de versiones. Por aquí decimos que es la Edith Piaf española, pero ella era más sofisticada, ella quería ser como Juliette Gréco, «la musa de los existencialistas». Incluso versionó «Ne me quitte pas».
Amores fue un bombazo. Lo publicó en 1969 y se convirtió en estrella internacional. A lo largo de su vida vendió más de diez millones de discos. Antes, en el 71, lanzó «Yo no soy esa», feminismo del de hoy a cucharadas y con la bestia deambulando por El Pardo. Mari Trini respondía a la copla «Yo soy esa» y se reivindicaba como mujer libre e independiente.
Mari Trini fue la primera mujer que apareció en vaqueros en la tele. Por no usar minifalda se ganó el mote de «Patapalo». Respondió a las zafiedades en 1984 y lo hizo a lo Rigoberta. Su portada de Interviú es emblemática y en los interiores lucía piernas. También la llamaban «Marimacho» y a eso no respondió nunca y todo son teorías: que si tuvo miedo, por su trabajo y por su vida. Que si se protegía y protegía. Dicen que de haber reivindicado su lesbianismo, no hubiera triunfado y que quizás habría terminado presa. No se sabe, Chavela Vargas nunca lo ocultó. Si Mari Trini no lo admitió, tendría sus motivos. Murió a los 61 años. Estaba enferma y preparaba su despedida. La familia pidió que no se facilitara ninguna información sobre sus últimos días.
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