ROBBIE WILLIAMS. Intensive Care


Iván Moreno

Nueva entrega, octava, del “ángel y demonio” del pop británico –tal y como se presenta en la portada de éste Intensive Care–.

El disco viene precedido de una intensa campaña de promoción que comenzó con un concierto en Berlín, emitido simultáneamente en 10 países, entre ellos España, y que continúa con artificios varios como los contratos multimillonarios del artista con compañías de telecomunicaciones, moda e incluso desnudos que publicitan su página web.

En cuanto al aspecto meramente musical, hay que decir que estamos ante un disco irregular por el afán de sobreponer un exceso en la producción del álbum en detrimento de unas mejores y sencillas composiciones. Esto hace que el trabajo se diluya y pierda interés, en gran medida, por querer recargar los temas con el abuso de determinados arreglos orquestales, coros gospel, etc. que dan a los temas un toque demasiado artificial y complejo, teniendo todo ello poco que ver con la fuerza y efectividad demostrada en anteriores entregas del artista. Sin embargo, esto no quiere decir que no encontremos chispazos en forma de medios tiempos como Spread Your Wings o Ghosts, temas que nos recuerdan a grupos de los 80 como Prebab Sprout o Human League. Entre las baladas destacan Make me Pure y Please don´t Die” en cuyas letras se puede apreciar el lado más espiritual y místico del artista. Una canción que sorprende es el single, Tripping, con arreglos “reggae” y un magistral registro de voz que nos recuerda a la mejor época de Sting al frente de The Police, y se convierte en la nota más reseñable del álbum.

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