The Subjecters – Thomas Hirschhorn


HASTA 05/01- LA CASA ENCENDIDA- MADRID- www.lacasaencendida.es

Esta es una de esas muestras en las que las palabras se quedan cortas. Creo que es porque no tenemos referencias.

Hablar de una muestra de las pinturas de Soroya, por ejemplo, es muy sencillo, porque todos tenemos su obra en la cabeza. Sin embargo, si decimos algo así como que en esta muestra se exponen vitrinas con maniquíes en su interior que son reflexiones en torno al mundo actual… quizás no apetezca nada ir a verla. Parece un asunto demasiado manido, fácil, vulgar. El contexto es muy distinto y es aquí donde intervienen los factores subjetivos y por tanto, poco periodísticos. La obra que Thomas Hirschhorn comparte en The Subjecters se presta a explicar muchas sensaciones, algunas positi-vas, otras desagradables y todas muy personales. Por tanto, y a fin de no meter la pata, nos ceñiremos a lo que el mismo ha expresado «El maniquí (o las partes de maniquíes) no es el Subject (tema), es un Subjecter. El Subjecter es una invención mía –basada en lo que no puedo dar un nombre pero a lo que si puedo dar forma– (mi obligación como artista es dar forma) y lo resuelvo a través de los maniquíes cuya utilización no es algo nuevo en la historia del arte, pero es una forma de expresar lo más cercano, alejado de mi mismo».

Thomas Hirschhorn utiliza en su obra maniquíes, bandas adhesivas, papel de aluminio, trozos de revistas, imágenes de cuerpos rotos como representación de lo universal, de la destrucción, o de la autodestrucción: «Cada herida es mi herida, cada muerte es mi muerte, cada pena es mi pena. Soy yo el verdugo y la víctima, soy yo nadie más, el único responsable». Decir al expectador lo que se va a encontrar, explicar lo que hay en cada vitrina y por qué, es una forma muy gratuita de empobrecer la muestra. Id y vivid la experiencia. Yo creo que merece la pena.

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