Texto de Sandra Sánchez
Imágenes:
Cabecera: Project EGG. Michiel Van der Kley.
Primera de abajo: EOS en colaboración con Airbus Group Innovations. Bisagra para la cubierta del motor de un Airbus A320.
Segunda de abajo: EOS. Implante de cadera ligero
Hasta 22/10 – Espacio Fundación Telefónica
Del mismo modo que muy pocas personas se imprimen un libro en casa, es muy probable que en el futuro, aun existiendo la tecnología para hacerlo, nadie sacará las piezas de un coche en 3D para armarlo en su patio. Aunque podrá hacerlo. Así lo descubrimos en el Espacio Fundación Telefónica en una muestra que se adentra en el presente de estos procesos para indagar en el futuro de lo que parece el inicio de una gran revolución.
¿Qué consecuencias tendrá la impresión 3D en disciplinas tan variadas como la medicina, la moda, el arte, la industria, la gastronomía o la arquitectura? ¿Cómo incidirá todo eso en la vida cotidiana? ¿Podrá el ciudadano fabricar cualquier cosa en su casa? ¿Cómo repercute eso en la productividad o en el medio ambiente? ¿Y en la accesibilidad a bienes y servicios? Estas son algunas preguntas a las que intenta enfrentarse esta muestra pionera, comisariada por los diseñadores Carmen Baselga y Héctor Serrano, que reúne casi cien piezas de un total de ochenta y siete autores.
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Desde un punto de vista estético, lo más monumental es la pieza «Project EGG», una propuesta liderada por el diseñador Michiel Van der Kley. Se trata de un huevo gigante compuesto de casi cinco mil piezas impresas por personas de todo el mundo y de manera colaborativa. Este proyecto es el símbolo de la que se nos viene encima, que nos hace pensar que incluso las casas puedan estar construidas así.
Descubrimos que ya se utiliza la cerámica, el vidrio o el titanio, y que ya se investiga la impresión de tejido humano o hueso. Se trata de un camino largo y que depende tanto de la herramienta como de los materiales aptos para utilizarla. Así, en el apartado de lo que ya se hace, nos encontramos proyectos como el desarrollado por el productor de cine y filántropo, Mick Ebeling, que inspirado por Daniel Omar, un niño de 14 años que perdió los brazos por una bomba, creó en Sudán el primer laboratorio y escuela-taller de prótesis de impresión en 3D. Piezas aeronáuticas o ropa para imprimir en casa son puertas abiertas a un mundo que podemos intuir pero no abarcar… por el momento.
Más información: https://espacio.fundaciontelefonica.com/evento/3d-imprimir-el-mundo/
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Este artículo aparece en el ExPERPENTO de septiembre-octubre de 2017:
Link: https://issuu.com/experpento/docs/experpento_septoct2017/24
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