Texto de BiPaul
12/09/2015 – CAMPUS DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
Por fin llega mi festival preferido desde el año pasado. Varios motivos. En el DCODE no tengo miedo de morir de una lipotimia. En el DCODE no me siento como si hubiera llegado a Manchester o a Liverpool. Y en DCODE hacen un programa delicatessen, que no se basa ni en la obsesión por el indie, ni en fobias hacia lo mainstream. Vamos, que tras unos inicios sin foco fijo, a día de hoy, cartel en mano, consiguen hacer lo que a otros les encantaría hacer. Música buena. Sin etiquetas. Con valentía.
Y lo digo enfadado, tras pasar un veranito festivalero de los de ni fu ni fa, con una extraña sensación de déjà vu. Dos meses sin grandes ataques rollo Stendhal, de no ser por el “efecto Woodstock” de las lluvias torrenciales. Los gordos, festivales de poco riesgo, los que van de alternativos, de mucho grupo que paga por tocar, toca gratis o casi gratis. Que me parece fatal. No porque toquen, sino porque tengan que pagar o tocar gratis o casi gratis.
Por no hablar del asunto de los pases de prensa. Que sí, que algunos pedimos el pase para ahorrar, pero cuando lo tenemos, vamos para trabajar. Moraleja: he ido a cuatro, me lo he pagado yo y no he informado. Ni siquiera he colgado fotos en mi facebook. Animo al resto de colaboradores de medios medianos y pequeños a hacer lo mismo. El que quiera peces, que se moje el culo.
Me centro en DCODE. Lo que más me gusta es que parece un cartel creado por el equipo editorial de esta revista, en la que colaboro (gratis) porque no capto complejos musicales. No se anda con pacaterías modernitas ni historias de postureo. Son grupos de regusto clásico. La calidad del directo, parece por tanto, la razón de ser del DCODE.
Algunos de los artistas son sobradamente conocidos (Crystal Fighters, Sam Smith -único concierto en España–, Suede…), a otros los conozco gracias a ExPERPENTO y supongo que serán sobradamente conocidos por especímenes de menor edad que yo (Supersubmarina, L.A.…). Otros forman parte de los deseos, comentados en petit comité pero aún no cumplidos, de esta revista (Izal, The vacinnes…). Otros me los he encontrado en algún sitio como el Mondo Sonoro, y no sé si son superventas (Polock, Natalia Lafourcade…). Y de otros, seguro que por pura inadaptación al spotify –qué feliz me hacía a mi el myspace–, no había oído hablar jamás. Me apetece mucho, mucho, mucho este DCODE.
Voy sin pase. Como individuo. Pero es que tampoco lo he pedido. Eso sí, me comprometí con la revista a escribir una previa. Al DCODE iré a divertirme, no ha trabajar. A veces es mejor pagar la entrada. (Y otro motivo por el que DCODE es mi festival favorito es que no necesito camping. Con cuarenta tacos, odio «dormir» en un camping… o en el coche).
PD: Solo si se puede: ¿Ponéis este vídeo al final?
Más información: http://dcodefest.com