Elena de Hierro


Tania LOBATO
Fotos cortesía de Paramount Pictures

Si pensamos en el lugar más remoto del mundo quizás se nos venga a la cabeza una isla… una isla extraña y desconcertante envuelta en una atmósfera irreal. Puede ser un paraíso. Pero también puede ser la peor pesadilla de nuestras vidas y, el agua que la rodea, un oxidante que poco a poco nos va corroyendo el férreo armazón que nos protege de la locura. «Hierro» es el primer largometraje del Gabe Ibáñez y Elena Anaya, su mejor embajadora.

¿Cómo ha sido meterte en el papel de un personaje tan difícil y solitario como María?

María es una bióloga marina muy profesional, con responsabilidades y muy ilusionada con el proyecto de investigación que están llevando a cabo. Pero además es una «madre sin fronteras» porque ha decidido tener un hijo ella sola. Un buen día decide marcharse de vacaciones con su hijo porque hace mucho tiempo que no tienen la oportunidad de irse los dos a disfrutar de unos días de paz y de tranquilidad a solas… y de repente ocurre algo horrible. María se queda destruida, incluso desarrolla una fobia al agua terrible, y poco a poco, empieza a perder la cabeza. Es un personaje lleno de vida, luz y vitalidad que se oxida, se pudre. Entonces hay que empezar a crear un personaje al que todo su mundo se le cae.

Según Gabe Ibáñez tu personaje está presente en el 95% de los planos. ¿Cuánto tiempo estuviste rodando y como te preparaste el papel?

Primero tuve cuatro semanas muy intensivas de preparación. En cuanto al rodaje, fueron ocho semanas y solo hubo un día en el que no grabé.

¿Notaste más este ritmo que con cualquier otro personaje?

Hombre sí, ya no sólo por el tiempo. Por ejemplo, en Habitación en Roma, la de Julio [Medem], las protagonistas somos dos y el peso se reparte. Aquí es más intenso porque todo el peso recae en María y eso hace que cada día tengas que enfrentarte a un reto bastante complicado. Teníamos muchos días para rodar pero cada día había que hacerlo muy bien porque requería mucha exigencia por mi parte. Yo me siento muy satisfecha, pero más que por el trabajo en sí, por haber participado en una película que es un reto y que me ha dejado muy buen sabor de boca. He aprendido mucho con Gabe y siento que tengo muchos más conocimientos de los que tenía antes de trabajar con él.

¿Qué has aprendido?

Es una manera nueva de rodar. Visualmente es una película nueva en España. Antes no había hecho una película así pero es que creo que tampoco la he visto. Para que una película salga así, Gabe se tiene que rodear de un equipo técnico que asuma la manera que tiene de contar una historia y en ese equipo técnico también estaba yo: técnicamente me atreví a hacer cosas como actriz que nunca antes había hecho… como algunos trucos para la cámara.

¿Qué tipo de trucos?

…en el momento ese en el que las olas, en lugar de llegar de mar adentro hacia la orilla, van al revés: lo hice andando hacia atrás.

¿Cómo ha sido trabajar a las órdenes de Gabe Ibáñez, un cineasta que a priori no tiene mucha experiencia?

He trabajado con directores con mucha experiencia, con muchas películas a sus espaldas y con mucho nombre y eso es maravilloso. Pero Gabe Ibáñez le tiene mucho respeto al oficio y reconoce y asume que hacer una película es muy difícil y que hay que poner más del 100% porque no llegas. Es prácticamente imposible dar un buen resultado si no te rodeas de un equipo casi perfecto que va a dar lo máximo. Por eso trabajar con él me ha enseñado un poco a exprimir… es como un ejercicio de resistencia, de dar muchísimo en cada plano y de aguantar todo el día durante ocho semanas sin parar ni un segundo.

¿Has sentido en algún momento demasiada responsabilidad?

No, no he sentido que la película o el personaje pudiesen conmigo. Creo que estoy en un momento muy bueno; me encuentro fuerte y con un recorrido en mi carrera que me permite estar en un sitio desde donde puedo contar esta película.

Aparte de la referencia a la isla de El Hierro en el título, ¿hay algún otro significado de la palabra «hierro» que se me escape?

En ningún momento se dice que estemos en El Hierro. Estamos en El Hierro porque la isla es perfecta para rodar, es un personaje más en la película y la atmósfera irreal que hay en ese lugar era fantástica para contar esta historia; pero sí, sí que se te escapa otro: el óxido, el proceso de descomposición del personaje…

El agua lo oxida, ¿no?

El agua lo oxida, el agua lo corroe… imagínate lo que saca de un hierro perfecto y pulido.

¿Crees que se ha conseguido mantener la ansiedad?

Pues de momento mi sensación es que sí, que la película ha cumplido su propósito porque llega profundamente a la gente que la ha visto y la recibe como el director planteaba en un principio. Y soy muy objetiva. Hemos estado en varios festivales como Cannes, Helsinki, Sitges… y por la gente que vuelve a mí y que se queda a los coloquios, veo que ha llegado.

¿Y tú crees que el público en España, en general, conoce bien los thrillers que se hacen aquí?

Pues yo creo que sí, pero hay público de todo tipo. ¿Te refieres a que si se entienden?, ¿o que si la gente va a verlos?

Me refiero a que si los thrillers exitosos son la punta del iceberg de todo lo que hay debajo.

Mira, yo te puedo hablar de esta película, te puedo hablar de Gabe Ibáñez, te puedo hablar de lo que yo creo que hay detrás de este director. Ésta es su primera película, una película sin guión propio… pero creo que cuando ruede una película escrita por él, más personal, más suya, hará algo aún mejor. Será mucho más interesante todavía.

Y tú que estás labrándote una carrera importante en el extranjero, ¿qué crees que hay fuera que falte aquí?

Yo creo que en España hay futuro en el cine y que hay gente que está llegando con unas propuestas fascinantes y con una nueva manera de hacer cine. Me parece que se están haciendo cada vez películas mejores y que ahora llega una nueva generación muy potente. En cuanto a nivel técnico, España no tiene nada que envidiar a otros países donde yo he tenido la oportunidad de trabajar. Yo creo que lo que pasa en España es que falta más apoyo a la hora de estrenarse las películas, como el que tienen las películas francesas en su país.

¿Crees que es un problema de la industria más que de la creatividad?

Sí, creo que es un problema de la industria… aunque tampoco llega a ser un problema. A mí me parece que la industria española funciona fenomenal. Lo que se está haciendo aquí cada vez tiene mejor pinta y eso se nota en la taquilla.

Lucía y el Sexo fue un punto de inflexión en tu carrera, pero me gustaría saber si no te ha resultado incómodo ser bastante recordada por ese tipo de papel tan sexual.

Para mí Lucía y el Sexo es una de las películas más bonitas que se han hecho en el cine español. Esa película me parece un regalo; un regalo para cualquier actriz valiente que adore su trabajo como yo. Cualquier actriz sueña con un tipo de personaje así y para mí es un honor y un privilegio que la gente respondiera a esa película de una manera tan grata, no solamente en España, sino prácticamente en todo el mundo. Ojalá el recuerdo de esa película siga así durante muchos años porque tuve muy buen reconocimiento por parte del público y de mis compañeros, y eso es muy bonito; es un regalo. Algo a lo que todos los actores y las actrices aspiramos.

Elena Anaya ha pasado de ser una niña inocente de gustos pervertidos en Lucía y el Sexo a una madre coraje que es capaz de irse hasta el rincón más olvidado del mundo para descubrir el paradero de su hijo en Hierro. Además, este año vamos a poder disfrutarla en tres películas más: Habitación en Roma, de Julio Medem, que co-protagoniza junto a Natasha Yarovenko, Cairo Time (Canadá) y Enemigo Público Nº1 (Francia).

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