La honestidad musical de Vetusta Morla


Entrevista de Covadonga Carrasco
Fotografías [c], incluida portada, de Jerónimo Álvarez

Tras la primera escucha de Mismo sitio, distinto lugar, la sensación fue una mezcla de desconcierto, satisfacción y curiosidad. Teníamos muchas ganas de hablar con Vetusta Morla porque percibíamos que algo había cambiado, para bien, para muy bien.

Es como si de pronto «nuestros» chicos se hubiesen hecho mayores y nos sintiéramos orgullosos de ello. Y es que sí, siempre los hemos sentido un poco «nuestros». Este disco es un punto y seguido en una carrera en la que además del sonido y las letras, lo que prima es la honestidad. Hablamos con Juanma.

Tenía ganas de hacer esta entrevista. El disco es desconcertante. Tiene vuestro sello, pero habéis saltado un escalón. Es más internacional. ¿Es premeditado?

Es premeditado la verdad, la culpa de ello es de Dave Fridmann, que es un productor que nos encanta y que tiene una trayectoria internacional importante. Ha trabajado con Tame Impala y lo que nos interesaba era que combinaba eso con una filosofía y una manera de trabajar que nos resultaban muy cercanas y muy apropiadas para lo que estábamos manejando. Además la guinda fue que en el plano personal también nos sentimos muy bien con él. Pero sí, eso que tú comentas está presente y de manera absolutamente intencionada.

Mismo sitio, distinto lugar es un disco serpenteante, no solo entre las diferentes canciones, sino que en cada una de ellas los cambios de ritmo son tremendos.

Eso no ha sido premeditado. Yo lo siento igual que tú, incluso hemos pensado que nos hemos pasado. Igual son demasiadas cosas pasando a la vez. Quizá por eso decidimos que fuese un disco corto, de diez canciones para no saturar demasiado con tantas cosas. Pero nos ha salido así, teníamos muchas ganas de experimentar con cosas diferentes. Muchas se han quedado fuera porque era imposible meter todo lo que habíamos grabado. Y a pesar de que hayamos hecho mucha limpia y mucha poda, sí es verdad que ha salido algo diferente.

«…un disco que parecía ser introspectivo y sobre nosotros como personas y como banda, tiene una insospechada proyección que resulta cuanto menos curiosa…»

En vuestras publicaciones en redes sociales habéis comentado que es un disco que os ha salido de dentro. Creíamos que sonaría a introspección, más oscuro… El disco es todo lo contrario, tiene mucha más luminosidad que anteriores trabajos.

De eso nos hemos dado cuenta cuando los que habéis escuchado el disco nos lo habéis dicho. Hasta ese momento teníamos la idea de que nos había quedado un disco introspectivo e incluso un poquito oscuro. Es un retrato de un proceso de transformación y en este proceso ha habido un poco de todo: luces, sombras… Nosotros mientras estábamos en ese proceso, como estábamos dentro, no teníamos perspectiva. Esa perspectiva nos la habéis dado vosotros ahora que lo habéis escuchado. Pensábamos que era un disco muy «para adentro» y muy oscuro y descubrimos que a la gente que lo escucha, le aporta otras cosas. Igual alguno puede pensar «pues vaya castaña, han fallado»… pero a nosotros nos da alegría, se amplía lo que significa el disco.

Es la eterna lucha del artista, ofrecéis un regalo que al final cada persona hace suyo y le da su significado.

Efectivamente, pero eso no solo es lo bonito sino lo inevitable. Tú no puedes obcecarte en él: «esto es lo que significa y el que no lo entienda es tonto». Mal asunto si vas por ahí.

«Nosotros como personas no somos los mismos, como grupo no somos los mismos, el local de ensayo no representa lo mismo para nosotros, el lugar en el que nos relacionamos con la gente ya no es el mismo».

¿Es una huida de vosotros mismos? Con lo que habéis vivido en los últimos años y con la cantidad de sonido que ha surgido intentando imitaros…

Bueno, sí es verdad que hemos huido de nosotros mismos y de manera consciente además. Era una necesidad para hacerlo, pero no ha tenido nada que ver con que otros hayan intentado hacer cosas similares. Ha sido más una cuestión interna, sentimos que tenemos que hacer otras cosas, no porque sí, porque sea la moda, porque otros lo hayan copiado…

Tenemos que hacer otras cosas porque hemos cambiado. Nosotros como personas no somos los mismos, como grupo no somos los mismos, el local de ensayo no representa lo mismo para nosotros, el lugar en el que nos relacionamos con la gente ya no es el mismo. Ya no es un pequeño bar sino un montón de gente que viene a vernos a sitios más grandes, los conciertos tienen una mayor mediación técnica…

Mantenerte siendo el mismo cuando todo cambia, no es posible si tú no cambias también. Hemos descubierto esa paradoja, que es un poco rara. Pero si te quedas anclado, haciendo las cosas como las hacías, componiendo y haciendo música de la misma manera, aunque pienses que estás siendo fiel a ti mismo, en nuestra opinión, lo que estás haciendo es perder de vista que tú ya no eres el mismo.

Te gustan otras cosas, tienes otros conocimientos, como banda y como individuo. A nosotros nos interesa mucho que nuestras canciones reflejen lo que sentimos de verdad, sin máscaras. Para ser honestos era necesario cambiar, incluso las cosas que nos habían funcionado bien.

Sois viscerales en las letras y en la música, pero cubierto todo con un manto de delicadeza. Sois poéticos, con mucho uso de las metáforas que luego cada uno interpreta a su manera, pero siempre con un mensaje mucho más profundo de lo que pudiese parecer…

Para mí el tema de la poética y las metáforas es un modo de hacer más accesible lo que estás contando, pero no más accesible de comprensible. Si yo cuento lo que siento o lo que pienso sin esas metáforas, es probable que no le interese a nadie. A nadie le interesa cómo se siente el guitarrista de Vetusta Morla con respecto a ciertas cosas del mundo. Pero si yo cuento lo que siento de una manera en la que pueda empatizar y encontrar los elementos comunes a otras personas, y los presento de una forma sugerente, ahí es cuando creo que puedo conectar con los demás. Esa poética, esas metáforas y esa delicadeza de la que hablas no responde más que al intento, o incluso al pudor, de contar las cosas que yo siento.

¿Sois conscientes de que en la situación en la que está este país, con el tracklist del disco, Ferreras se hace la escaleta para un especial?

Es verdad, eso lo hemos comentado también. Nos empieza a asustar ese punto Rappel y de adivinación que tenemos últimamente… Las canciones no tienen nada que ver, pero sí. Hemos descubierto que esos procesos de transformación, de búsqueda de nuevas identidades, todos esos roces que se producen en las transformaciones, los sentimientos que se despiertan, nuevas ilusiones, rabia, incertidumbre… Todo eso está sucediendo a nivel social y global y un disco que parecía ser introspectivo y sobre nosotros como personas y como banda, tiene una insospechada proyección que resulta cuanto menos curiosa… Y con respecto al tema de Cataluña y las canciones… Resulta casi chistosa la coincidencia.

La respuesta del público al anuncio de que sacabais disco fue una locura…

Es una locura que crece cada día y que no nos terminamos de creer desde que empezamos. Ha ido poco a poco in crescendo y la verdad es que yo agradezco mucho porque detrás de esa respuesta lo que hay es mucho cariño y muchas ganas de escuchar lo que hemos hecho. Mientras no piense mucho en ello y no me entre el canguelo lo llevo bien…

«Te lo digo a ti» no es una canción fácil, es muy diferente a todo. Con el videoclip la gente decía: «Me ha sorprendido, seguro que cuando la escuche varias veces me encanta»…

Sí, tenemos un público muy generoso desde siempre. El que nos conociera de antes sabe que realmente las canciones son de digestión lenta. Esta última más todavía. En realidad nuestra música ha sido siempre de varias escuchas, de percibir los detalles… La gente se acuerda de la primera vez que escucharon algunas canciones. Igual cuando oyeron la primera vez «La deriva» también les pareció un poco raruna.

El directo es otro universo. Si ya con temas que eran más pausados los niveles de energía estaban disparados en los conciertos, con este disco tendréis que repartir lexatines a la salida…

Ahora lo estamos preparando. El álbum tiene mucha manipulación y mucha investigación de audio y no sabíamos muy bien cómo iba a quedar eso en el directo. Y estamos muy contentos de cómo está yendo la cosa. No estamos recreando el disco, las canciones están creciendo. A la hora de grabarlo tuvimos que olvidarnos de algunas cosas para poder ir un poco más allá.

Cuando nos enfrentamos a ciertos problemas que surgen cuando compones y grabas una canción, hay siempre una parte que no funciona. Antes sabíamos lo que teníamos que hacer y ahora hay que buscar otras soluciones. Hay un ingrediente fundamental que tiene que ver con la interpretación en vivo y con la energía más roquera que en el disco no está.

Ahora al añadir a esa experimentación esa otra manera que hemos tenido de construir, las canciones están yendo incluso más allá. Hemos pasado de la preocupación a estar súper motivados, con muchísima ilusión y muchas ganas de presentarlo aunque todavía queda mucho.

“Cuando nos enfrentamos a ciertos problemas que surgen cuando compones y grabas una canción, hay siempre una parte que no funciona. Antes sabíamos lo que teníamos que hacer y ahora hay que buscar otras soluciones”

Sois muy meticulosos y entiendo que eso también tiene que ser muy complicado con tanta gente en el grupo.

Sí, en ocasiones roza lo enfermizo… Yo el primero, no me disculpo a mí mismo. Soy un coñazo. Pero tratar de encontrar ese equilibrio entre el exceso de meticulosidad y el pragmatismo es lo que se busca: a veces lo perfecto es enemigo de lo bueno. Pero sí, nos gusta intentar hacer las cosas bien siempre, es un ejercicio difícil a la hora de encontrar el equilibrio que cuando no encontramos, tenemos tendencia a dirigirnos al de «demasiado meticulosos». Pero lo llevamos bien…

¿Os habéis sentido bandera de algo? ¿Os sentís bandera del indie?

No. Nosotros siempre hemos estado un poco al margen de todas esas cosas y entendemos que las etiquetas a veces son necesarias y las toleramos, pero no somos bandera de nada. Tenemos nuestro propio camino que tratamos de seguir con la máxima honestidad posible a veces con más gusto y otras con menos, conociendo nuestras fortalezas y debilidades.

Para vuestros seguidores Vetusta Morla es suyo. Mirándolo con un poco de perspectiva después de los años, ¿hubierais cambiado algo?

No hubiéramos cambiado ni una coma. Nuestro caso es muy particular, hoy lo hablaba con Guille: es algo extraordinario. Se han juntado en la coctelera un montón de cosas y de personas que nos han ayudado cada día, mucha gente que ha remado y trabajado por nosotros de manera muy generosa.

El público también lo ha sido y como decías, cuando recomienda nuestra música lo hace como si fuera suya. Es increíble. Tenemos mucha suerte de contar con un público así y con un entorno que nos ha aupado y ojalá que sea así por muchos años. Yo tengo esa esperanza, porque algo tan profundo no se pasa de la noche a la mañana. Eso nos permite también a nosotros sobrevivir en un momento tan terrible para la música. A ver, no hay que dramatizar tampoco, no para la música en general, pero sí para las bandas. Y nosotros nos sostenemos en medio de la tormenta gracias a toda esa gente.

Lee la entrevista de portada en la edición online de ExPERPENTO Octubre-Noviembre 2017:

Enlace directo: https://issuu.com/experpento/docs/experpento_octubrenoviembre2017/4

Anterior The Rebels: “Mafia”
Siguiente Barbados, etcétera