Texto de Vicente Martín
Alguien me dijo hace un par de años que Los Planetas estaban preparando el mejor disco de la historia del rock español. Después del soporífero Contra la Ley de la Gravedad (2004), el comentario tenía gracia.
Cuando salieron las primeras imágenes de la grabación del disco, con un Jota en trance, con los ojos como los del emperador de Star Wars, cantando «Alegrías del Incendio» (primer single), se vislumbraron unos rayos de luz, albergando esperanza donde ya no había más que recuerdos de lo que fueron.
Los Planetas afirman que este disco fusiona flamenco y rock bajo su prisma, algo que ya se puso de manifiesto en «Santos que Yo te Pinté» (Unidad de Desplazamiento, 2000), una de las canciones más oscuras, estremecedoras y brillantes jamás escritas en España.
Desde luego, no es un disco con el que, tras una primera escucha, se puedan sacar conclusiones. «El Canto del Bute» ya nos anuncia crudeza, dolor y oscuridad, guitarras con saturación extrema pero que no llegan al noise; la guitarra de Florent suena amenazante en «Negras las Intenciones» a base de efectos delay y chorus, sobre una voz de Jota que logra transmitir la esencia del dolor. Todos estos componentes nos trasladan a una única e inquietante atmósfera difícil de recrear por otro grupo que no sean ellos.
La Leyenda del Espacio es la continuación natural de Unidad de Desplazamiento, «Alegrías del Incendio», es el «¿Qué Voy a Hacer?» del disco, el single estrella que nos retrotrae al sonido puro de lo que han vuelto a ser Los Planetas. «Tendrá que Haber un Camino», con la colaboración de Enrique Morente, es sin duda la mejor forma de cerrar este disco, que por su brillantez no nos dejará indiferentes.
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