Entrevista R. Muñoz
Curtocircuíto existe desde hace casi dos décadas. Nació como un pequeño festival de cortos y poco a poco, se ha ido convirtiendo en un referente de la experimentación, no solo en cine, también en la música y en el resto de las artes.
Se celebra del 1 al 9 de octubre en diferentes sedes de Santiago de Compostela y en esta edición tan especial ofrece una programación más propia de la prepandemia. Llega con fuerzas y ganas. Entre los autores que participan en sus diferentes categorías tenemos nombres como los videocreadores Pedro Maia, Ben Russell, Peter Tscherkassky, Andrew Norman Wilson, Marta Valverde y artistas de renombre como Ryoichi Kurokawa.
Hemos tenido la oportunidad de preguntar a su director artístico, Pela del Álamo, sobre cuestiones que van más allá de la programación. Para saber todo lo que se va a hacer, os dejamos al final el enlace al evento.
«Curtocircuíto se mantiene fiel a sus ejes de acción principales, el cine de autor y los lenguajes contemporáneos, y al mismo tiempo apuesta con determinación por las artes vivas»
Diecinueve años son muchos años… ¿Sientes que el Cortocircuíto está consolidado o cada año exige nuevos retos?
Sin duda el trabajo de estos diecinueve años no ha sido en vano y el festival tiene mucho trabajo hecho en relación al público pero acomodarse sería el mayor error. Un evento cultural debe de estar siempre alerta, evolucionando, observando a su alrededor las demandas sociales y la actualidad.
Nuestra programación debe responder a esa inquietud, a ese movimiento. Cada edición es un reto. Estaríamos obsoletos si mantuviéramos el modelo de 2013, año en el que yo me incorporé a la dirección del festival.
Empezó siendo un festival de cortos y actualmente es un festival multidisciplinar… ¿Cómo llegáis a este punto? ¿Nos explicas el nexo de toda la propuesta de este año?
Como decía, el festival tiene que adaptarse a los tiempos. Los festivales de cortometrajes vivieron un boom entorno al año 2000. En aquel momento era importante poner en valor ese formato frente a otros más industriales. Hoy en día no tiene sentido ceñirse a ese modelo.
La realidad es que el perfil de artista ha cambiado mucho: ya casi nadie es pintor o escultor sin más. Ahora un arquitecto o un ingeniero pueden crear una obra sobre el espacio urbano trabajando con la imagen digital como dispositivo, por ejemplo. De la misma manera Curto trabaja en esa multidisciplinariedad.
Este año Curtocircuíto vuelve a la senda previa a la pandemia. Recuperamos el modelo de festival en el que la escena local y el underground dialogan con grandes talentos internacionales; un modelo que quiere preservar la calidez de los festivales pequeños mientras sigue creciendo en calidad. Un festival de cine lleno de artes vivas y experiencias intensas.
Curtocircuíto se mantiene fiel a sus ejes de acción principales, el cine de autor y los lenguajes contemporáneos, y al mismo tiempo apuesta con determinación por las artes vivas. Prueba de ello es el programa específico live A\V, conciertos y performances que aglutina música y espectáculos de artes visuales creados al margen de la industria, prestando una especial atención a la creación underground. Los shows A\V de Ryoichi Kurokawa, Awkward Moments, o el concierto de Lorenzo Senni destacan entre las actuaciones más esperadas.
Quien quiera ver todo lo que vais a hacer puede visitar la página web… ¿De qué actividad o de qué visita te sientes más orgulloso porque nunca pensaste que fuera a ser posible?
Obviamente todo el programa está hecho con mucho cariño y atención, pero sin duda, Ryoichi Kurokawa o Todd Solondz son nombres con los que quizá no contaba cuando me incorporé hace diez años.
¿Y desde que te incorporaste? ¿Quién ha supuesto para ti personalmente, un sueño cumplido?
Sin duda, Blixa Bargeld, de Einstürzende Neubauten y de los Bad Seeds. Pero también Abel Ferrara, Aki Kaurismäki, Peter Greenaway o Ulrich Seidl… Ninguno de ellos fue un invitado fácil. Ni en la previa ni durante el festival.
«Me preocupa que el público se sature con propuestas de poca calidad y que luego pierda la energía y el interés para otras más consistentes»
Actualmente hay mucha polémica con el videoarte, con las videocreaciones y demás, porque algunos tenemos la sensación de que hay mucho de suflé en todo esto… ¿Te preocupa?
Se vende humo en todas partes, sobre todo en los mercados de futuros como Wall Street. También en la teletienda, en los concesionarios de coches y, por supuesto, en el mundo del arte. Me preocupa que el público se sature con propuestas de poca calidad y que luego pierda la energía y el interés para otras más consistentes, pero todo lo que podemos hacer en ese sentido es un trabajo esmerado de comisariado y un trabajo, igual o más riguroso, de comunicación y pedagogía. Las propuestas sólidas y de calidad, siempre terminan por abrirse paso entre la niebla.
«La pandemia ha provocado un destrozo sin igual en las dinámicas del público»
Este es el año de las ganas. Todo se hace con ganas porque todo ha estado pendiente de un hilo. Ya el año pasado se retomaron cosas, pero la sensación es que este es el momento del verdadero reinicio de la vida. ¿Cómo afrontas esta nueva edición?
Con muchas ganas y mucha incertidumbre. La pandemia ha provocado un destrozo sin igual en las dinámicas del público. Ha habido una aceleración en los cambios de hábitos y el cine en concreto ha sufrido muchísimo. La gente tiene aun fobia a meterse dos horas en un espacio cerrrado cuando podría estar de paseo por un parque o la playa.
A eso hay que sumarle la burbuja de festivales, sobre todo de los grandes. Somos muchos y la gente no tiene dinero –y diría que casi ni tiempo– para asistir a todo. Pronto sabremos como funciona todo este año.