Texto de Miriam Ortega
Fotografías (cc) de www.flickr.com/photos/zurichtourism y http://commons.wikimedia.org/wiki/User:Roland_zh
Ciudad mágica para pasear, descubrir iglesias austeras, edificios emblemáticos por su arquitectura, disfrutar de la ópera y obras de arte pero sobre todo… ¡del chocolate! Esto es Zúrich. La ciudad de Hansel y Grettel, en la que todo, como en los cuentos, es perfecto: civismo, limpieza y orden.
Todos aquellos amantes de las ciudades de cuento deben visitar, como mínimo una vez en la vida, ciudades como Praga pero, sobre todo y sin lugar a dudas, Zúrich, la ciudad de Hansel y Grettel, o de Heidi, para mitómanos de dibujos infantiles. Esta pequeña ciudad de Suiza tiene un encanto especial gracias a la elegancia y la limpieza –impoluta– de sus calles y de sus monumentos.
Además, es la ciudad perfecta para realizar una escapada en fin de semana ya que un par de días son suficientes para visitar los diferentes lugares más destacados de esta singular ciudad.
Así, en un viaje de pocos días, la ruta podría comenzar en la parte antigua, conocida como Niederdorf, donde están las principales iglesias y catedrales con entrada gratuita en su mayoría.
Aquí encontramos el reloj con la esfera más grande de Europa en la Iglesia de Sant Peters. Un edificio, que al igual que el resto, destaca por su blancura y sus interiores austeros. En cambio, otras iglesias encantan con la calidad de sus vidrieras, como Fraümuster, con unas magníficas vidrieras realizadas por Marc Chagall, ¡increíbles!
Una vez fuera comienza el desafío: el ascenso a las torres de la catedral más famosa de Zúrich: Grossmünter. A simple vista puede recordar a Notre Dame de París pero la arquitectura interior es totalmente distinta. La subida de las pequeñas y empinadas escaleras es difícil pero la vista vale la pena. Poder contemplar la ciudad desde las alturas compensa el precio de la entrada. Algo que sorprende también porque, si bien Zúrich es ciudad cara, no lo es el ticket de acceso a esta maravilla, algo menos de tres euros.
La verdad es que si el tiempo acompaña, los colores que ofrece la ciudad son impresionantes, el campanario de la catedral adquiere una tonalidad distinta según los rayos del sol.
Para reponer fuerzas lo mejor es comer algo paseando por las calles y contemplar más edificios a cuál más sorprendente ya que cada uno tiene vida propia y está decorado con algún motivo en concreto. Y también descubrir más iglesias, más pequeñas quizás pero similares en su interior, y es que todas se caracterizan por su simplicidad y la armonía de su estructura.
Algo más que catedrales
Pero Zúrich no sólo son catedrales e iglesias, el Museo de Arte Moderno, Kunsthaus, alberga una gran cantidad de obras de artistas nacionales como Picasso, Miró o Dalí.
Y para los amantes de la ópera, Zúrich también tiene un sitio: el Opera House. Si el bolsillo acompaña, ¿por qué no ver una representación un sábado por la noche? Eso sí, imprescindible reservar por Internet si queremos conseguir una buena butaca.
Los amantes del buen chocolate tienen, a escasos kilómetros de la ciudad… ¡la fábrica de chocolate de Lindt! Lástima que el horario de la fábrica es algo limitado pero sólo con el aroma que se respira en todo el pueblo, ¡ya vale la pena! ¡Es como transportarse al mundo de Willy Wonka! El aire alimenta!
Después de comprar y degustar chocolate, lo mejor es quemar calorías paseando por los jardines del puerto deportivo y por los muelles y continuar admirando la ciudad otra vez desde las alturas. Para ello basta con dirigirse hasta Lidenhof. Esta colina es uno de los núcleos primitivos de la actual Zúrich.Desde aquí se puede divisar por completo el casco viejo.
Finalmente, podemos acabar de nuevo nuestro recorrido paseando por la Bahnhofstrasse, la calle considerada como una de las más bonitas y elegantes del mundo para ir de compras y pasear. Y si tenemos sed de cultura, podemos hacer un alto en el camino y acercamos al Museo Nacional de Suiza, construido en lo que anteriormente fue un castillo. Una vez más, los edificios ya alberguen sitios santos o culturales, nos recuerdan que estamos en una ciudad mágica, de cuento, en la ciudad de Hansel y Grettel.
Más información en:
http://www.zuerich.com/es/
…
Ir a la versión «papel» de ExPERPENTO marzo de 2011