Texto de Sandra Sánchez Basagaña
Entrevistas facilitadas por Enrique Larriba Pastora (CFE) Ilustraciones (cc) de Mar Sáez
Las imágenes elegidas para ilustrar este reportaje son de Mar Sáez y forman parte del Banco de Imágenes del Ministerio de Educación, con licencia (cc). Por orden de aparición son «Poesía de Juan Ramón Jiménez: Mar», «Poesía de Vicente Aleixandre: Juventud» y «Pablo Neruda: Veinte poemas de amor y una canción desesperada»
CFE, Compañía de Formación Empresarial, ponía en marcha a principios de este año la segunda edición de su concurso de Microrrelatos. En tan solo tres meses, se recibieron casi 200 textos, de los cuales el jurado debía seleccionar quince. Entre ellos, solo tres conseguirían uno de los tres jugosos primeros premios.
El concurso de Microrrelatos de CFE es original tanto por la temática de los cuentos admitidos como por los premios otorgados. Los participantes debían aprovechar sus 150 palabras para fomentar valores como la sostenibilidad en la empresa, la concienciación en energías renovables, la educación en materia medioambiental, o el turismo y las ciudades sostenibles.
Las temáticas de los microrrelatos
El motivo de que los participantes se acogieran a estas temáticas hunde sus raíces en los cursos y máster que ofrece CFE, tanto presenciales como on-line. No cursa programas meramente curriculares, sino que los sitúa en el mundo actual, en el cual se tiende a una praxis empresarial basada en el ahorro energético, la conciencia en los valores de sostenibilidad o la limitación en el consumo de recursos naturales. En la Compañía de Formación Empresarial, por tanto, el objetivo es lanzar al mercado laboral profesionales formados e implicados en la sostenibilidad. En su afán por situarse en la picota de la investigación, cada año se revisan los temarios y de manera transversal a todos sus programas formativos, los profesores implementan las teorías más evolucionadas en lo que se refiere a ahorro energético y medio ambiente.
Los premios
El primer seleccionado podía elegir entre la realización de un crucero por el Mediterráneo o la formación on-line con una plaza en su Máster de Medioambiente. De elegir crucero, el ganador vería in situ el buen hacer de los estudiantes de la escuela, dado que el Máster de Empresas Turísticas se completa con prácticas a bordo de un barco. Vuelos a capitales europeas era una de las opciones a elegir por el segundo y tercer premiado. En el caso del segundo premiado, también podía optar a la realización del Curso superior on-line de Gestión de Empresas Medioambientales. El tercer premiado tenía derecho a una beca para ese mismo programa de formación.
José Luis Gotor Trillo
Autor de «Fría», microrrelato ganador
«Habiendo nacido y pasado gran parte de mi vida en Málaga, el mar forma parte de mi paisaje habitual. Tal vez por eso, siempre me he preguntado cómo habría de ser la sensación de visionarlo por vez primera, ya que obviamente es un recuerdo que no tengo. En el relato describo precisamente eso, cómo es el primer encuentro de un niño, Marco, con el mar, cómo reacciona ante su inmensidad y qué sensaciones le produce dicho momento. Todo ello acompañado de la cómplice y respetuosa presencia de su padre, que en silencio y con la única función de mudo testigo, lo observa con interés y disfruta de semejante experiencia sin ánimo alguno de influir en el futuro recuerdo de la situación por parte de su hijo».
Así habla José Luis Gotor Trillo, máximo galardonado en la segunda edición de Microrrelatos de la Compañía de Formación Empresarial.
«Como ganador del concurso –nos dice– y a la hora de elegir entre los dos posibles premios, me he decantado por disfrutar de un crucero por el Mediterráneo con mi pareja. Es una experiencia que no hemos vivido nunca y realmente nos apetece. Tendremos la posibilidad de conocer sitios que aún no hemos tenido la oportunidad de visitar tanto en Italia como en Túnez, y es una puerta que se nos abre ahora gracias a la generosidad de la Compañía de Formación Empresarial al haberme concedido el primer premio del concurso. Por ello estamos enormemente agradecidos».
José Luis nos cuenta el motivo por el cual decidió presentarse al certamen de CFE:
«Las bases llamaron mi atención en cuanto a lo que su temática se refiere, especialmente en los apartados relacionados con la educación y cuidado del medio ambiente, tareas con las que me considero seriamente concienciado. De esta manera decidí presentar un texto donde se relatara la primera toma de contacto entre un niño y el mar, con la inmensa suerte de que acabé resultando premiado».
También nos anima a leer el resto de relatos participantes:
«Leí prácticamente todos los relatos a concurso, y es por ello, porque encontré algunos textos de enorme calidad, así como por el número de participantes, casi doscientos, por los que apenas confiaba en resultar elegido. Ha sido muy interesante leer no solo los textos, sino también los comentarios de la organización y concursantes, y observar el posterior proceso de selección de finalistas y fallo final».
José Luis vivió en Edimburgo durante cuatro años, trabajando como profesor de español como lengua extranjera, profesión a la que se dedica actualmente. Tiene 35 años y puede presumir de una larga trayectoria literaria. Ha ganado o ha resultado finalista en numerosos certámenes. Por ejemplo, fue ganador del Primer Premio Relato VI Concurso Ars-Creatio Torrevieja «Una imagen en mil palabras», 2012 y una selección de sus poemas fue incluida en 2007 en el libro Zona Sur. Antología de jóvenes poetas malagueños.
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Corre frenético Marco hasta la orilla. Todo el mar, limpio e inmenso se presenta ante él. Nunca olvidará esta primera vez. Su padre, al cabo, lo alcanza, y se detiene junto a él, que aún no se atreve a mojarse los pies. Sabe que su hijo está memorizando esta imagen, así que no la enturbia con comentarios grandilocuentes y aguarda a que sea Marco quien decida los ritmos. Finalmente reanuda su paso, muy despacio, hasta que una pequeña ola rompe y acaricia, besa y por último enamora al niño. Éste vuelve a quedar inmóvil durante unos segundos, tras los cuales, regresa pensativo junto a su padre.
— ¿Y bien? Marco alza la vista, le mira a los ojos y responde.
— Fría… Su padre lo observa con interés, comprendiendo que intenta extraer una lectura positiva de la experiencia. Hasta que la encuentra. – …es normal, – añade resuelto- acabamos de conocernos.
FALLO DEL JURADO
«En nuestra opinión, el relato viaja de principio a fin a través de una historia bien llevada que mezcla, con agilidad, la narración y el diálogo. Nos abre un escenario inmenso que la ingenuidad y la naturalidad de un niño nos aproxima. Nos convierte el momento de ‘esa primera vez’ en un acto menor y cotidiano con mucho acierto. La visión del niño ante el descomunal universo del mar visto por primera vez y el desparpajo de sus opiniones y reflexiones visto por un narrador paciente y observador, nos crea una escena de impacto que soluciona con buen criterio en un final pícaro y divertido».
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Lola Sanabria:
Autora de «Sin nubes en el cielo», reconocido con el segundo premio.
Lola Sanabria nació en Córdoba pero vive en Madrid donde trabaja en Centros Ocupacionales y de Menores. Tiene 61 años y la literatura parece ser una de sus vocaciones. Ha ganado numerosos premios, como el de relatos policíacos de la Semana Negra de Gijón. Ha sido finalista de otros certámenes como el Hucha de Oro y el de la última convocatoria de NH Mario Vargas Llosa.
«El agua es uno de los bienes más preciados, sin embargo no somos conscientes de que puede acabarse. No lo valoramos y de hecho derrochamos agua en grandes cantidades. Ni se nos pasa por la imaginación, al abrir el grifo y dejarla correr, un continente como África donde la escasez de agua es la constante en la vida de muchas personas. Mi relato quería mostrar, en un futuro, el valor del agua como fuente de vida».
Así nos responde cuando le preguntamos por su relato «Sin nubes en el cielo».
Ha podido celebrar su cumpleaños con un viaje, ya que esa fue su elección tras saber que su relato fue galardonado con el segundo premio del Concurso de Microrrelatos de CFE.
Aleja lloró durante toda la noche. Eso era bueno para el recolector que filtró un vaso de agua de excelente calidad. Y malo para ella que amaneció con la piel reseca. Mamá Luba la llamó para darle la unción hidratante, pero los pies de Aleja volaron hasta el invernadero.
La flor aún seguía viva. Aguanta, aguanta, aguanta, suplicó en un susurro mientras pasaba la yema de su dedo índice ensalivado por los pétalos. La flor se irguió un poco y su color se reavivó tímidamente. Aleja oyó la transmisión de la orden. Ahora vuelvo, prometió. La esperaba Posi con su vaso de agua destilada. Bebió unos sorbos, guardó un buche en la boca y regresó junto a su flor. La regó con un espurreo de lluvia fina. Ya verás, pronto se arreglará todo.
Papá Don trabaja para conseguir más agua, mientras tanto, seguiré llorando para ti cada noche.
FALLO DEL JURADO
«Sin nubes en el cielo nos parece otro micro de gran genialidad que nos invade por su poesía y su romanticismo en el sentido más novelesco de esta palabra. Transmite, en el fondo, una situación delirante y agónica por la falta de agua, pero todo el drama se insinúa por detrás de un personaje que trabaja la esperanza y lucha por la supervivencia con unos grados de generosidad desmedidos. Transmite ternura pero también el pragmatismo de solucionar problemas sin llanto o al menos llorando para conseguir un fin necesario».
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Ana Sarrías Oteiza, galardonada con el tercer premio con «Tóner»
A ver, te explico cómo va lo de la fotocopiadora. El tóner viejo se pone en este contenedor. La empresa de reciclaje pasa cada dos meses, se lo lleva y nos deja otro vacío. Ahora coges un tóner nuevo. Lo más delicado es irle quitando este precinto para no pringarte. Eso, así…. no, no, espera, ¡más despacio!
Se instaló una nube de polvo negro entre los dos. Los ojos verdes de Valeria, a punto de llorar, eran como dos imanes plantados en su cara cubierta de hollín. No pudo evitar atraerla hacia sí y darle un beso tóxico.
FALLO DEL JURADO
«En Tóner, la autora, en menos de cien palabras, nos presenta una historia llena de color ‘negro’ e impregna a todos de una ‘nube de polvo’ que no puede ocultar ni el deseo ni la pasión que existe por unos ojos verdes que aparecen de la nada para, inevitablemente, lanzarse sobre ellos. Es un micro cercano, con un juego accidental en el que a muchos nos gustaría estar para vivir con impulso tóxico un día diferente en la oficina».
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