ESTAMPA 2009


POR RUBÉN RODRÍGUEZ RISQUEZ

Si he de ser sincero, tenía cierta curiosidad por ver cómo se plantearía una feria como Estampa en un año dominado por la palabra «crisis»… Finalmente, parecía como la de año pasado y el anterior, con grandes formatos, impresión en materiales que se salen fuera del papel de grabado que van desde el metacrilato hasta el aluminio. Aunque la verdad es que hubo dos aspectos en los que me sorprendí gratamente.

En primer lugar, por la cantidad de afluencia de público, sobre todo en el ultimo día, cuando uno considera que casi todo está ya hecho. Bien es cierto que en esta edición el espacio de exposición ha sido recortado de forma considerable. Aun así, llamaba la atención ese momento en el que era difícil circular por los pasillos o bien acceder al espacio de algunas galerías.

En segundo lugar, había compradores. Puede parecer una obviedad, por-que el arte es un gran negocio y una inversión, pero la sensación en ocasiones era como si la gente fuese mas allá y buscase pequeños caprichos. Por lo que he podido saber a través de algunos artitas, sus ventas han superado todas las expectativas y los ingresos de años anteriores, aunque siempre estamos hablando de obras que no superan los trescientos euros. ¡Quién los tuviera! Una obra de Cristina Gayarre, Didier Lourenço o Montesol no llegan a esas cantidades, y los valen. Tal vez el próximo año.

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