Entrevista de Reyes Muñoz
Fotografía (c) cortesía de Joan Sordé
Joan Sordé presentaba en febrero su disco FAR. Grabado en Ibiza, con Joan Barbé en la producción, ha contado con la participación de numerosos músicos en su elaboración: Carlos Cros, Pol 3.14 (que grabó un tema que no ha salido, como veremos en la entrevista), Marta Canellas, Halldor Mar… y Helena Miquel, de Delafé, que participa en «Soledad», el tema de FAR que más repercusión ha tenido hasta la fecha.
«Soledad», precisamente, fue uno de los temas que el músico barcelonés tocó en acústico en nuestro ExVITA. La actuación fue la excusa para traerlo a nuestra redacción y realizarle una entrevista, interesantísima, porque nos habla de la industria musical en la faceta de músico, en la que actualmente está inmerso con su propio disco, y en la de responsable de una distribuidora independiente.
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FAR es un disco muy diverso, en cuanto a estilos, ritmos, idas y venidas. Aunque es verdad que todas las canciones fluyen, están unidas…
Me gusta mucho la música y me gustan muchos estilos. Lo que he aprendido en mi carrera es que al final, de lo que se trata, es de tener la mente abierta. La coherencia es un logro de Joan Barbé. Se nota que hay muchos estilos pero no suena a dispendio.
Busco que cada canción tenga su aire y a él le pido que busque la forma de unir todo eso. Uno de los motivos por los que conté con él en FAR es que él ya hacía esto en otros proyectos. En Projecte Mut, una banda que lo petó mucho en Cataluña, él hacía canciones con muchos estilos y a la vez, los discos eran muy coherentes: la batería sonaba de una forma, la guitarra de otra manera. Quería que mi disco fuera así y pensé que si había un productor al que se le iba a dar bien esto, era él. Y colaboró en mi disco.
«Es que si vas a hacer un single, hay que hacer su videoclip, hay que hacer el lanzamiento, hay que…, hay que… No lo puedes hacer con todas».
«Disfrútame» y «Me gustas tú» salieron a la vez. Una es con muchas capas, muy a lo Brian Eno, y la otra tiene unas bases muy tropicales. No sé si lanzándolas juntas pretendías hacer calar ese mensaje de la diversidad.
Cuando llega el momento de lanzar el cuarto single, pensé: «El single debe ser la primera canción que lanzo en catalán». Para mí, si había un single en catalán era «Brilla a la vida». La segunda había sido «Soledad», con Helena Miquel y la tercera fue «No quiero excusas» con Carlos Cros. Llega la cuarta y digo: «Igual molaría lanzar una con la idea de cara B». Piensa que yo soy de la época en la que aún se compraban vinilos y los singles siempre tenían una cara B. Para mí, el single era «Me gustas tú» y su cara B sería «Disfrútame», que sin ese empujón iba a quedar enterrada en el disco.
Y lo que decías,también la idea era explicar a la gente: «pues yo hago esto y también hago esto otro», pero con la visión esa de «voy a lanzar las dos porque todo lo que no sale como single, tiene mucha menos repercusión». Es que si vas a hacer un single, hay que hacer su videoclip, hay que hacer el lanzamiento, hay que…, hay que… No lo puedes hacer con todas.
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Hablabas de la primera canción que lanzabas en catalán… ¿Cuál es tu proceso para componer en una lengua o en otra?
En Cataluña somos bilingües y eso es una suerte. A la hora de componer, yo siempre me baso en la primera palabra que me sale y a partir de ahí estiro. Y no depende de nada. Por ejemplo, si tengo una relación con una persona con la que normalmente hablo en castellano, será más fácil que la canción fluya en castellano, y al revés. Sí que es verdad que a veces, en Cataluña, sacar temas en catalán puede ayudar a que suene en las radios, por lo de la cuota mínima, pero aún así es muy difícil, porque hay muchísimos músicos que quieren sonar y el territorio es reducido. Te lo puedes plantear también con el castellano: a priori tiene más alcance, tiene más público. Pero no lo sabes. Así que como te decía, yo escribo lo que siento en cada momento, y ni lo pienso.
«… llevaba bastante tiempo sin hacer nada propio, como para no lanzar un disco».
¿Y la primera idea fue la de lanzar el disco a la antigua?
Este par de canciones, «Disfrútame» y «Me gustas tú», quería que salieran juntas, porque vengo de esa generación. Escuchabas una canción y comprabas el single. Después, escuchabas otras canciones y ya te comprabas el disco, o no. Y esa era la idea de FAR. En el futuro, no tengo ni idea de lo que voy a hacer, si grabaré discos o lanzaré canciones sueltas. Pero para mí, grabar un disco, parte de la idea de concepto.
De momento, lo de lanzar canciones sueltas, como que me sabe a poco. Que lanzas una canción y en una semana, o en un mes, ya está muerta, y piensas, «¡hostia!, con la cantidad de esfuerzo que hay detrás». Mi sensación es que con un disco, tienes más bazas para jugar. Saco un tema, luego saco otro y quizás des con una canción que le interese a la gente y pasados unos meses, vuelve a sonar el primer tema que lanzaste y te animas a volverla a grabar con una colaboración o con otras bases… Hace mucho tiempo hice esto con Minova. Les dije: «os doy esto para que lo llevéis a vuestro terreno y a ver que pasa». Creo que con un disco, hay más oportunidades de que ocurran estas cosas.
Y bueno, que también llevaba bastante tiempo sin hacer nada propio, como para no lanzar un disco. Obviamente, a partir de ahora, no creo que pase tanto tiempo. Tengo que ver como va todo, si tengo conciertos, por ejemplo, para dar el siguiente paso.
Muchos grupos, pueden pasar toda la vida sin sacar un disco y cuando lo hacen es con la idea de «grandes éxitos». Así que el disco sale cuando ya han sonado las canciones…
Sí, es otra manera de verlo. Va al revés. Antes la gente descubría el disco poco a poco, en las radios o en su casa. Ahora, si lo haces como se ha hecho siempre, quemas el disco en poco más de un mes.
Las canciones en FAR están muy arregladas, y creo que tienes una propuesta acústica, como la que ha sonado aquí. Al final, supongo, que si quieres tocar, tienes que hacer esto, que será como llevar a las canciones a su origen…
Claro, todas las canciones nacen en acústico, con una guitarra o un piano. Yo hasta que no tengo una canción que se sostiene sola, desnuda, no la doy por acabada. Cualquiera de las canciones de FAR funciona en acústico. La segunda parte es la de cómo vestirlas, la parte de hacia dónde llevas todo eso, que tiene que ver también con lo que te sugieren todos los colaboradores, las personas con las que trabajas el disco.
Y siempre estás pensando en dos escenarios: el ideal y el real. El ideal es con una banda, pero claro, si me desplazo a Sevilla, a Madrid, o a Valencia, yo no puedo afrontar el hecho de ir a tocar con toda la banda. Por eso hay que tener la opción real en la cabeza, en la que estoy yo con la guitarra y poco más, aunque la óptima, la propuesta ideal, siempre sea la de la banda, que a parte de mí, mueve a tres músicos y a un cuarto músico más con las secuencias.
«Soy una persona a la que le gusta tratar bien a la gente. Y supongo que cuando llega el día de pedir un favor, si te has portado bien, no te va a decir nadie que no».
En “Soledad” participa Helena Miquel, en «No quiero excusas» está Carlos Cros… por ahí he leído que tienes una colaboración con Pol 3.14… Participa Marta Canellas… Da la sensación de que eres un personaje apreciado dentro de la escena… ¿Tú lo sientes así?
Pues… yo no lo sé, ¿qué te digo? Espero que sí, vaya. Soy una persona a la que le gusta tratar bien a la gente. Y supongo que cuando llega el día de pedir un favor, si te has portado bien, no te va a decir nadie que no.
Pero es que trabajo en La Cúpula Music que es una distribuidora digital, llevo el sello y parte editorial. Todos los colaboradores están en el sello. Así que no son colaboraciones en plan: «Voy a llamar a este tío que me gusta a ver si me dice que sí». Hay algo más. Por ejemplo, soy muy fan de Carlos Cros, que además es compañero en La Cúpula. Helena Miquel, a parte de Delafé, lanzó en la distribuidora su último disco en solitario… Marta es mi expareja… Con Pol 3.14, grabé «Alguien a quien amar». No pude incluirla en el disco por temas burocráticos con su manager. No digo que no llegue a salir, pero en la versión del disco solo salgo yo. En resumen, que a todos les pregunté: «¿te apetece?» y dijeron que sí. Estoy muy agradecido.
«Soledad» en el disco tiene un sonido muy mediterráneo…
Pues mira, «Soledad» tenía la estructura hecha. Formaba parte de la lista de canciones de mi primer disco, pero el productor quiso llevarla por un territorio que yo no acababa de ver. Así que al final se quedó ahí. Cuando la llevé al estudio, sonaba en la radio una canción de Post Malone. Yo escuchaba el ritmo y pensaba: «pues algo así le puede quedar súper bien». Tenía el bajo por encima… no sé, me gustaba. Y se lo dije a Joan. El se quedó con la estructura, el ritmo, la línea, y un día me dijo: «creo que lo he conseguido». Si el resultado suena mediterráneo o no… pues es que el disco está grabado en Ibiza y supongo que al final, se nota.
¿Tú lo percibes? ¿Notas que sonaría de otra forma si no estuviera grabado en Ibiza?
Cuando grabé el disco y se lo pasé a conocidos, les preguntaba qué les sugería. Y ellos sí me decían lo mismo que tú: Mediterraneo, sabor a sal… Alguno afinó más y me dijo, que sonaba a José Padilla, otro, que si a los recopilatorios de El café del mar… que, aunque nunca se lo dije al productor, a mí me gustan mucho. No le dije, quiero que suene a esto… pero quizás mis influencias sí que incorporan esos sonidos. También reconozco que si escucho el disco no pienso en prados verdes o en un paisaje noruego, ni en Madrid, ni en… El disco te lleva a un ambiente muy cálido.
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«Soledad» es el hit del disco, ¿no?
«Soledad» es una canción en la que colabora Helena y creo que su aportación es muy importante. En esa y en la que participa Carlos Cros, la huella del colaborador es muy importante. A Carlos siempre le digo que es el Rod Steward del barrio de Gracia y le da un toque muy roquero a «No quiero excusas». Helena tiene una voz muy dulce que le va muy bien a «Soledad», por la melodía y por lo que dice la canción. De momento «Soledad» es la canción de FAR que mejor ha funcionado. No voy a decir que sea mi favorita porque las doce canciones son mías, pero objetivamente, las entradas dicen lo que dicen.
«Soledad» estaba en el cajón. ¿Y las otras? ¿Qué tiempo tienen?
Pues tienen mucho tiempo. «Alguien a quien amar», por ejemplo, es una canción que empecé con mi primer grupo. Tenía once canciones y Joan decía que estaba bien, que era suficiente, pero yo decía que quería un disco par. Entonces me animó a buscar en el cajón, en las canciones antiguas. Lo hice, busqué por ahí y se las envié. Se fijó en «Alguien a quien amar», que se grabó en su día pero que nunca llegó a salir. Yo estaba empeñado en que esa canción ya había tenido su momento, y el insistía en que si nadie la había escuchado, esa canción no existía. Me dijo que él tenía una idea de por dónde llevarla.
«En La cúpula he descubierto el dinero, el tiempo invertido en un disco y luego, ves la repercusión del disco y piensas, «hostia»».
No sabía lo de La cúpula. ¿Trabajar con artistas desde el otro lado te ha influido de alguna manera? ¿Empapa?
Me empapa, sí. Lo pienso muchas veces: me empapa en negativo más que en positivo. A raíz de ver la implicación que se tiene en los proyectos desde ese otro lado, porque nosotros lanzamos muy poquitas producciones y vives relaciones muy personales con los artistas, pues te desanimas. En La cúpula he descubierto el dinero, el tiempo invertido en un disco y luego, ves la repercusión del disco y piensas, «hostia». Antes acudía a la música de otra manera: componía una canción, pensaba que iba a funcionar… me ilusionaba. Ahora tengo en la cabeza la visión de negocio: en qué radios puede sonar, en que sitios va a funcionar…
Con FAR yo me he forzado a romper con todo esto, porque es que si lo pienso, no grabo el disco. No grabaría nada nunca más… Me gusta involucrarme con los artistas, aguantar sus manías y todo eso… pero si quiero hacer algo propio, me tiene que apetecer, sin pensar en si vas a tocar en Madrid o en Valencia, si vas a sonar en no sé dónde… No espero que suceda nada y quizás un día esté preparando una agenda de conciertos o creando una comunidad en torno a mi propio trabajo.
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Es que es mucho más fácil defender lo ajeno que lo propio…
Yo creo que sí. Por ejemplo, no me cuesta nada vender la moto con Carlos Cros, es un genio, a veces me pregunto cómo es posible que no lo conozca todo el mundo. Y él es quien al final defiende su proyecto, yo estoy por ahí detrás. Y un día no te apetece estar por ahí detrás, sino estar delante, tocar con gente, aunque sea un dispendio económico y la implicación personal sea brutal…
«…el futuro lo veo paso a paso. Como un camino».
¿Cómo ves el futuro?
Pues lo veo como un camino en el que debo ir paso a paso. Me gustaría ir con FAR a muchos sitios. Me gustaría venir a Madrid, por ejemplo, con la banda, pero claro… Me puedo encontrar con que van cuatro a verme. En Barcelona lo tengo más fácil. Con que vayan a verme amigos, familia y seguidores a los que hace veinte años que les doy la brasa… pues ya está.
Para mí Madrid es un mundo nuevo. Lo bueno, hoy en día, es que la música está en todos los lados. No es como antes, que tu área de influencia estaba donde picabas piedra. Ahora, puedes picar piedra en Madrid, en Girona… Y parece que lo importante es que no sé quien meta tu canción en una playlist y tu canción despegue y se escuche más en Madrid que en Manresa, por ejemplo. Por eso, el futuro lo veo paso a paso. Como un camino.
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