Dear Leo y el síndrome de Stendhal


Entrevista de Reyes Muñoz
Fotografía (c) Lalula Photography cortesía de Nuria Martín

Dear Leo es el proyecto musical de Nuria Martín. Es una de las voces más interesantes del circuito independiente madrileño, ese en el que todo es trascendente porque se hace cuándo y cómo se puede. Ha hecho bandas sonoras para cine y para teatro, tiene discos desde 2017. Su primer EP fue Living in salt y sonó tras el paso de la artista tras La voz. En 2020 lanzó Delfín, su primer LP, que contenía canciones como «Your door» o «Marte». Ahora prepara un tercer disco del que forman parte «Nana de una noche eterna» y «Tan lejos Madrid».

En ExVITA solemos guiarnos por eso de «qué poco sabemos y qué bien no salen las cosas» para no caer en la parálisis. Con esta filosofía basada en la improvisación, atraer a una artista como Nuria Martín era cuando menos, arriesgado. Ella fundamenta su música en la preparación, la reflexión y la investigación. Vino de la mano de Diego Yturriaga, insigne experpento. Pero sí, admitimos que gracias a que ella sabía cómo hacerlo, grabamos una maravilla. Ella solita, con su voz y la guitarra de Diego Portugal, generó momentos tan mágicos que ni aplaudíamos… sufrimos algo parecido al síndrome de Stendhal. Aquí os dejamos la entrevista y el acústico.

En la revista hacemos un horóxcopo que en realidad es una agenda cultural. Hemos descubierto que como horóxcopo lo lee todo el mundo. Supongo que el nombre de la banda no tiene nada que ver con los horóscopos.

¡Qué buena idea! No, nada que ver con el zodiaco (risas). Se refiere a una personita muy especial en mi vida a la que hice un homenaje cuando empecé a crear este proyecto musical hace unos años. Pero hay mucha gente que cree que me llamo Leo. Ya sabes, amigos de mis amigos. Me dicen muchas veces: «Mi amiga tal creía que te llamas Leo». Y colaboro mucho con un colega músico que se llama Lio, Lio Campbell… Cuando tocamos juntos es un «lío», en plan… «¿Pero quién es Dear Leo?».

«Si fuera un tío, me iría mejor, ¿no?»

Me gusta mucho que hayas venido. Han venido mujeres aquí, pero con su proyecto personal…  pues creo que solo Ainoa Buitrago. También Rosillano e Indigo Days, que son bandas lideradas por mujeres… ¿Tú notas lo que denunciaba Delaporte con Titanas? ¿La industria musical está vetada para la mitad de la humanidad?

No, no creo que esté vetada. Y si lo está, no creo que sea de una forma consciente. También creo que pasa en todos los sectores y empresas del mundo y quizás en la música, esto está más acusado o es más visible. Las chicas somos muy monas, cantamos muy bien y en muchos aspectos, se nos toma menos en serio. También te digo que todo depende con quién hables. Yo me he encontrado situaciones en las que me han ninguneado y es imposible plantearse eso. «Oye, ¿y si yo llego a ser un tío haciendo música, con un proyecto que se llama Dear Leo?, ¿me hubiesen ninguneado así o me habrían dicho esto?». Es imposible no pensarlo. Cuando hablas con otras mujeres que hacen música, ves que piensan lo mismo.

Y te pongo un ejemplo. Es una cosa que ocurrió hace mucho tiempo y que para mí era una súper oportunidad. Me reuní con unos de una discográfica de las gordas y les enseñé temas… Me preparé para esa reunión, incluso tenía un speech ensayado. El tipo, que lleva muchísimos años trabajando en la música, en esa discográfica, me lo dijo abiertamente: el perfil de cantautora está cubierto y lo que buscamos son hombres porque tienen más fans, tienen más público… venden más. Pues es que no estás en igualdad de condiciones. Si fuera un tío, me iría mejor, ¿no?

Es difícil plantearse todo esto, porque no hay una respuesta. Pero sí, hay una diferencia que poco a poco se va rompiendo…

«Últimamente me estoy forzando a salir de mi zona de confort, a subir un poco más, a lucir un poco más…»

Me parece que tu música es muy acorde a quien eres. A tu voz. Dear Leo, además, tiene una estética muy marcada y muy cuidada.

La verdad es que hago canciones totalmente para mi voz, porque es lo que me sale. Es súper cómodo para mí. Mis canciones me salen facilmente. Hoy he venido un poco acatarrada y creo que lo he salvado. Quizás si tuviera que cantar canciones más complejas, canciones que a nivel vocal no fueran tan mías, me hubiese costado más.

Últimamente me estoy forzando a salir de mi zona de confort, a subir un poco más, a lucir un poco más… antes solo hacía cosas chiquititas y ahora fuerzo a hacer mucha dinámica, a ir de aquí para allí. Pero sí, mis canciones me vienen al dedillo…

Sobre lo de la zona de confort… te he visto en una entrevista en la que decías que has hecho una banda sonora a una obra de teatro… No sé este tipo de historias son una manera de retarte, de ponerte a prueba.

Yo suelo decir… Yo solía decir a todo que sí y hay muchas cosas que son oportunidades para salir de tu zona de confort, de explorar otras cosas que bajo un proyecto propio no haría… por el hecho de ser fiel a mí misma, a mi música. Con la ocasión de la obra de teatro y la banda sonora, no me lo pensé dos veces. Además era teatro mezclado con danza contemporánea, con monólogos… ¡Hice monólogos también! ¡Hice de actriz!

Fue salir al 100 x 100 de mi zona de confort, coger canciones de otra persona y ponerles una melodía, letra… Es dificil al principio, porque dices: «no estoy en mi campo». Me dieron muchas directrices en el estudio, que tampoco estoy acostumbrada a eso, a que me digan cómo lo tengo que hacer… En definitiva, con cada cosa que haces, te lanzas a una piscina. Te metes en un proyecto, incluso por diversión, por probar y te enriquece mucho, te amplía la cabeza a nivel personal y musical.

«Estas canciones ahora beben del folclore castellano y he pasado días enteros, días y días… y días, escuchando jotas».

¿Y te alimenta? Es decir, ¿luego notas que la cosa esa que ha ampliado tu cabeza fluye en tu propio proyecto de manera espontánea?

Sí, claro. A mí me ha alimentado absolutamente todo: lo que he escuchado desde que tengo razón me ha alimentado mucho, lo que escuchaban mis padres cuando era pequeña… Es verdad que desde un punto de vista creativo a mí me gusta escuchar mucha música, empaparme de referencias… Estas canciones ahora beben del folclore castellano y he pasado días enteros, días y días… y días, escuchando jotas. Y solo para nutrirme y saber de toda la música que hay, para quedarme con la que casa conmigo, con la que cuaja con mi sonido, con la música que quiero hacer ahora.

¿Qué has hecho hoy? ¿Qué has presentado en ExVITA?

Pues la mitad de un EP. Estoy gestando lo que va a ser un EP, que si dios quiere… y digo que si dios quiere porque últimamente se me tuerce todo y tengo que retrasar las cosas… saldrá en otoño. Ya hemos estrenado tres singles, dos de ellos los hemos tocado hoy y son «Tan lejos Madrid» y «Nana de una noche eterna». Estoy experimentando con el folclore, los arreglos modernos de 2022… Estoy haciendo una fusión…Y todo empezó con «Tan lejos Madrid». Le metí unas castañuelas y pensé: «¡Me muero con las castañuelas!». Y bueno, a partir de ahí, decidí que seguiría en esa línea, porque me lo paso muy bien, estoy componiendo de formas distintas… Y estamos haciendo buenos temas.

¿Quiere decir que en el nuevo EP habrá electrónica?

Sí. Lo que hemos hecho hoy, si lo buscas en spotify, lo escucharás con mucha electrónica. Verás que es una fusión de cosas del pasado con cosas del presente.

He visto tus videoclips. Son muy bonitos. A eso me refería antes como proyecto estético, en el que intervienen muchas cosas: tu imagen, lo que subes a redes, la imagen de todos tus videoclips, incluso la carátula y la caja del disco anterior…

Concibo la música como un todo. Por ejemplo, a la hora de embarcarme en este EP, como sabía que le iba a dar mucha importancia a la estética, he fichado a un amigo diseñador y antes de sacar incluso el primer single, me he reunido con él para decirle cómo se va a ver todo esto, cómo va a lucir… Le he dicho: «Quiero romper con esta estética, quiero que tenga estas referencias…». Lo mismo que se hace con el sonido se refleja en los diseños, en los videoclips… Esto en Dear Leo es así desde siempre.

Si voy a hacer algo, tiene que tener sentido, que todo sea bonito, que esté cuidado hasta el más mínimo detalle. ¡Y te das cuenta de que la gente lo aprecia! Lo ven y dicen: «joer, qué bonita la portada, qué bonito el video, que bonitos los colores…». Como lo he hecho siempre, también me doy cuenta de que no esperaban menos. Dejas un estándar estético muy arriba, es una de las señas de identidad del proyecto y sí, le doy muchísimas vueltas.

Yo me lo paso pipa haciendo los videoclips. Mis momentos favoritos son: grabar en el estudio y grabar los videoclips. Es que ójala pudiera hacer eso todos los días.

¿Más que enseñar la música en un concierto?

Sabes, es que los conciertos, cuando eres independiente, son muy desagradecidos. La promo, estar mirando si vendes entradas, si no vendes entradas… A mí me encantaría estar en un nivel en el que hubiera gente que se encargara de hacer la promo, de vender entradas… llegar, tocar y pirarme. Pero los conciertos, cuando eres emergente dan muchísimo trabajo que se resuelve en un ratito. Por eso un día yo decidí que haría pocos conciertos, muy bien y muy cuidados. Pero esto de tener que decir que sí a todos los conciertos, de tener que marear a los músicos para ensayar para un concierto, moverlo, para que luego no saques nada… Pues yo prefiero plantearlos como una fiesta de cumpleaños. Yo no veo eso de cuantos más conciertos mejor, no lo veo así.

Dear Leo en redes:

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