Texto de Vicente Martín
Después de que en verano trascendiera que Matt Bellamy había desechado varias versiones del disco, La expectación despertada subió como la espuma.
El asunto trajo de cabeza a Mark «Spike» Stent (Depeche Mode, Smashing Pumpkins, Garbage) responsable de la masterización de un trabajo controlado hasta la tiranía por Bellamy. Concebido y grabado en sus estudios anda cojo: las autocracias nunca llevan al progreso.
Acabar el disco con una sinfonía de 15 minutos no ha sido una gran idea y elegir de primer single «Uprising» tampoco. «Resistance» me recuerda demasiado a Queen: tras un comienzo espectacular desemboca en una típica progresión de distorsión tipo MUSE: promete y acaba por decepcionar.
Mucho han apostado por «Undisclosed Desires». Bellamy se jacta de no haber tocado ni un piano ni una guitarra… su instrumento habrá sido un Mac Pro. Otra vez el espíritu de Queen sobrevuela en «United States Of Eurasia / Collateral Damage», y su giro hacia oriente lo es también a «Kashmir» de Led Zeppelin. Los temas son los de siempre, violencia en «Uprising», conspiraciones políticas en «MK Ultra», y reflexiones sociales en «United States Of…». Y nos centramos en «Exogenesis», ni Dom Howard ni Chris Wolstenholme lo tenían claro.
La sinfonía, apoyada en 40 músicos de la Escala de Milán, es agradable pero las comparaciones con Luis Cobos son inevitables y para los seguidores de un grupo rock, es un final duro. A pesar de todo en general el trabajo es notable, en la estela de sus anteriores trabajos.
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