Sidonie: el fluido rosa chicle


Entrevista de Vicente Martín

Una máquina del tiempo, Sindulfo García y un brebaje que permite a los tripulantes no rejuvenecer cuando retroceden en el tiempo. De ahí viene el título del último disco de Sidonie, El fluido García, un guiño a Enrique Gaspar y Rimbau y su novela El Anacronópete. Si no fuera porque detrás de cada tema hay mucha experiencia y pocas ganas de rejuvencer y muchas de evolucionar, les hubiéramos presentado como aquella promesa del indie que hace ya más de una década comenzó a experimentar con la sicodelia.

En el LowCost este verano la liasteis con aquello de «somos el Fluido García»… ¿Cómo reaccionó el respetable y cómo os quedasteis vosotros ante esas reacciones?
Era un momento muy especial. Justo estábamos terminando el disco, estábamos excitados, habíamos conseguido sacar fuera lo que teníamos en la cabeza y en aquel concierto en concreto y para sorpresa de todos, incluso de Axel y mía, Marc dice aquello de «somos el Fluido García». Y pensamos, «hostia, es un nombre curioso» e incluso le dimos un poquito de cancha a la historia, en plan, pues no es mal nombre… Pero nos quedamos con Sidonie, no vamos a cambiarlo de golpe. Pero la verdad que aquello fue muy divertido, con la reacción de todo el mundo… «¿¿¿pero os cambiáis el nombre??? ¡¡¡Qué decís!!!». Muy divertido, la verdad.

¿Qué es El fluido García? ¿Cuál sería su etimología musical?
Fluido García sale de la música de los sesenta, de lo sicodélico, de grupos como los Beatles o los Rolling Stones, de todas las influencias que en su día nos unieron para hacer música… Nosotros empezamos con ese rollo y poco a poco porque evolucionábamos, nos fuimos desprendiendo de lo sicodélico. En este disco queríamos retomar todo aquello, ese sonido, esa historia…

En esa evolución se produce un cisma entre los fans de siempre y los que se enganchan cuando comenzáis a cantar en castellano…¿Creéis que El fluido García puede conciliar ambas partes?
Pues lo que sí que es verdad es que en los conciertos estamos viendo a gente, o nos saludan personas, que hacía tiempo que no veíamos. Había gente a la que le gustábamos mucho y que no entendió la decisión de cantar en castellano. Ahora, algunos, parece que han escuchado El fluido García, y por algún motivo les ha recordado a los primeros discos de Sidonie. Sí que lo estamos notando, vemos a gente que nos había dejado.

Hablabas de influencias antes y todos nos acordamos de vuestro especial homenaje en Fascinado a Syd Barrett, responsable de la componente más lisérgica de Pink Floyd. ¿Está en el disco?
Sí, sin duda. Syd Barrett es uno de nuestros pilares. Creo que para los tres fue un gran impacto escuchar por primera vez  The Piper at the Gates of Dawn. Todo nos resulta familiar, todos los sonidos, todas las melodías, la música… Syd Barrett es una gran referencia para nosotros, con Pink Floyd y en solitario.

Desde el genial Fascinado hasta El incendio os habéis encontrado cada vez más cómodos en el pop, en el sentido más clásico de la palabra, tanto en lo que se refiere a la música como a las letras ¿qué supone El fluido García con respecto a anteriores trabajos?
Nosotros tenemos como fórmula no repetirnos, tratar de avanzar y buscar cosas nuevas. El fluido García, a diferencia de otros discos, es el más radical en cuanto a cambio. Habíamos entrado en el pop y estábamos obsesionados con componer la canción perfecta, con estrofas, estribillos… Con El fluido García hemos ido justamente a lo contrario: desordenar las estructuras y ver hasta dónde nos puede llevar una canción, estirarla, hacerla elástica, y eso es lo divertido de este disco. También ha sido divertido grabarlo, salir del corsé del pop, y ver qué somos capaces de hacer, hasta dónde podemos llegar.

¿Cómo surge la elección de «El bosque» como single?
Fue la primera canción que Marc nos presentó. Nos dijo, mirad a ver qué os parece y nos quedamos como «hostia, tenemos algo muy diferente». Nunca habíamos hecho una canción tan rápida, tan fuerte… Pensamos que esa canción era una buena presentación para lo que queríamos que fuera El fluido García, aunque en realidad es un disco muy variado. Pero pensamos que esa era una gran canción, y además fue la primera en salir. Por tanto, queríamos que esa fuera la primera que la gente escuchara.

¿Cómo os habéis tomado la censura del videoclip en Francia?
Al principio nos quedamos alucinados, nos dio hasta un poco de pena que pasara algo así en Francia. Luego hemos descubierto que los franceses nos han hecho una gran campaña de marketing, porque de repente, nos empezó a llamar todo el mundo, y se dispararon los visionados del video en Youtube… ya sabes, en cuanto se dice que algo está censurado, la gente quiere verlo para averiguar por qué… pero a parte de ese pequeño gran favor, la decisión nos dejó alucinados.

Hemos hablado de Pink Floyd, pero hay otras referencias muy evidentes… ¿Me puedes contar de dónde sale «Alma de goma»?
La música es un clarísimo homenaje a los Beatles. Hay un disco que se llama Revolver, que es una auténtica maravilla, cuyas canciones son de cuando los Beatles empezaron a hacer cosas psicodélicas. «Alma de goma» es un homenaje a ese sonido. Por otro lado, la letra está compuesta con trozos de letras de los Beatles. Es un ejercicio alucinante, porque hay que coger los trozos, traducirlos al castellano y conseguir que queden bien… hacerla fue un mundo. Yo creo que la canción es un trabajo muy curioso, muy acorde con el disco.

Tal vez las canciones más redondas y directas sean «A mil años luz», «Tormenta de verano» y «Perros», ¿Creéis que estos temas pueden tener un tirón especial en directo?
De momento son las canciones que estamos probando y la verdad es que funcionan muy bien en directo. Pero esas y el resto, porque el disco se grabó en directo y no tiene trampa. Es todo muy real. También es verdad que son muy nuevas y este es nuestro disco más complejo, hace falta más de una escucha para digerirlo. Pero sí, esas que dices son canciones que están funcionando muy bien.

«Bajo un cielo azul (de papel celofán)», es una canción que llama la atención tanto en estructura como en melodía… ¿Me hablas de ella?
Ese es el claro ejemplo de lo que te decía antes. Nos hemos quitado el corsé y hemos hecho una canción de cuatro partes, como si fuera una pieza de ópera. Que me ruboriza y me da vergüenza decirlo así, porque cualquiera que lo oiga dirá «¿¿¿pieza de ópera???». Pero es algo así, tiene una introducción, cuatro partes y despedida. Cuando se nos ocurrió, no sabíamos si seríamos capaces de hacerlo, pero estamos muy contentos con el resultado, nos parece una canción muy chula. Precisamente ahora la estamos ensayando porque queremos tocarla entera en directo. Tenemos muchas ganas de ver cómo reacciona la gente. De momento, lo que es cierto es que todo el mundo nos habla o nos pregunta por ella…

Habéis desempolvado vuestro viejo sítar en «Negroni», la megaexplosión psicodélica del disco. ¿Os sentís más a gusto entre los sonidos de un sitar o en los de un lap steel?
Pues… nos gustan mucho los dos sonidos. A mí me gusta mucho la música country y yo estaba muy contento de poder meter el lap steel en las canciones. Pero es cierto que este disco es más oriental, y sacamos el sitar, el sarangi, la tambura… este era un disco para estos instrumentos y desde siempre para nosotros, la música índia ha sido muy especial.

¿Qué supone para vosotros presentar el disco en el Teatro Circo Price?
Pues una maravilla. Hace tiempo estuvimos visitándolo y al final por tema de fechas no pudo ser. El concierto se hizo en la Riviera, quedó fantástico y sonó de maravilla. Pero ahora teníamos clarísimo que queríamos hacerlo en el Price, para ver si éramos capaces, primero, de llenarlo y luego, de tocar bien allí. Además, a este disco le queda muy bien el Circo Price, y queremos hacer una cosa muy bonita, cuidando mucho el escenario, con proyecciones… la verdad que esperamos que sea una cita muy especial.

Más información en http://www.sidonie.net

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