Recuerdo que cuando era un niño y acompañaba a mi madre a hacer la compra, algunos sábados entrábamos en una tienda peculiar, tanto por su olor, como por su fisonomía. Era lo que ella llamaba el ultramarinos, y allí había de todo: latas de productos que no se encontraban en otras tiendas, bacalao, embutidos variados, toneles de madera con pescados en vinagre, botellas de vino, jamones… Y cuando tenían mucho stock plantaban una pirámide con un enorme cartel que rezaba “oferta”. Los precios aparecían en proclamas fosforitas escritas a mano, con descripciones de lo más variopintas.
Quizás me equivoque, pero creo que esas antiguas tiendas de ultramarinos han evolucionado en lo que hoy llamamos las tiendas gourmet. Han cambiado sus característicos carteles por etiquetas mecanizadas y sin faltas de ortografía y han reducido su ámbito de implantación a las grandes urbes, donde las delicatessen no corren el riesgo de caducar. Han perdido un encanto, el de lo tradicional, pero han ganado en otro: cuando uno compra allí se siente especial.
Tras el resurgimiento de este tipo de tiendas, la industria ha dado un paso más y ha conseguido implantarse en internet, ofreciendo un radio de acción casi universal. Y es aquí cuando comenzamos a hablar de nuestro último hallazgo. Se trata de una tienda gourmet que ofrece al usuario una oferta de productos insuperable. Puedes comprar una buena variedad de conservas, como el afamado caviar Nacarii, encuentras los típicos embutidos ibéricos, ginebras de medio mundo… pero van más allá, ofreciendo productos frescos. Así a través de www.elgourmetonline.com, también puedes comprar naranjas de Valencia , carnes argentinas, marisco gallego o mandarinas recien arrancadas del arbol.
En principio, comprar en internet suele general estrés. No obstante hay varios motivos por los que www.elgourmetonline.com me inspira confianza. El primero tiene que ver con el nicho de mercado en el que se mueve: no es un portal donde vayas a encontrar gangas, sino calidad. Y para la calidad, todos tenemos paladar. Entiendo que cuando alguien monta una web de estas características, uno de sus mayores terrores pasa por dejar insatisfecho a un cliente acostumbrado a usar las nuevas tecnologías, capacitado, por tanto, para clamar su descontento por los foros. Como respuesta nos encontramos la siguiente cita: “Cualquier producto que llegue en mal estado será remplazado a la mayor brevedad posible y sin coste alguno para el cliente”.
No obstante, lo que más confianza me da, viene de un texto explicativo que ni siquiera tiene esa intención. En el apartado de “gastos de envío” leo “Cada vendedor tiene sus gastos ya que no todos los pedidos salen del mismo lugar”. Por tanto, esto borra de mi mente la idea de un enorme almacén lleno de productos frescos a la espera de ser comprados y genera la imagen de pequeños comerciantes que se alían en la aventura de promover sus especialidades a través de internet. Asimismo, entiendo que ante la más mínima queja, estos minoristas podrían poner en peligro su pertenencia a esta especie de cooperativa virtual.
Otro dato interesante para confiar en la buena fe de los promotores es que en los datos de contacto nos encontramos con una dirección completa en Pozuelo de Alarcón, un teléfono de Madrid (y no un exasperarte 902) y un correo electrónico. Esto es algo que miro siempre antes de comprar por internet: que haya una forma de contacto real. Es más, si el importe es alto, suelo llamar antes para comprobar que el teléfono existe y molestarles un poco, para averiguar si su servicio de atención al cliente es bueno y responde a mis preguntas. Si es así compro, si no hay teléfono de contacto, o está escondido en la web, o si cuando escribo o llamo, no me contestan o lo hacen con evasivas, no compro.
En resumen, si tenéis un antojo, o un compromiso (personalmente me encanta que me regalen comestibles) ya sabéis donde acudir: aquí tenéis una tienda gourmet con muy buena pinta.
