Texto de R. Muñoz
Lycantho es quizás el artista que encaja mejor en el espíritu de Alternativas de este año porque de él no conocíamos nada, pese a que lleva un montón de conciertos sobre las espaldas y la impresión ha sido soberbia. Da la sensación de que con un empujón promocional, tocará las estrellas.
Músico, compositor y bailarín originario de Kinshasa (República Democrática del Congo), Lycantho ha vivido en diversos países. Destaca por su buena música, que suena muy internacional, por sus directos arrebatadores y por una dulzura y un sentido del humor envidiable. Estará con el gran Clarence Milton Bekker en Clamores el 16 de diciembre.
¿Qué supone para ti participar en Alternativas?
Para mí, participar en Alternativas es un paso más en mi carrera artística, es la satisfacción de saber que lo que hago no pasa desapercibido y poco a poco mi trabajo va dando resultado, es el sentimiento de un niño cuando se acercan las navidades y el día de los Reyes Magos. Pero sobre todo, es una motivación para seguir haciendo música, transmitir mi mensaje y enfrentarme a retos aún más grandes. y algún día, volver a Alternativas como artista consagrado.
«Aún más aprecio le tengo por lo involucrado que está en el proyecto «Playing for change». Su música es fantástica porque haga lo que haga, lo hace bien»
¿Y cómo llevas lo de que sea Clarence Milton Bekker quien te presente ante su público?
El hecho de que sea Clarence Milton Bekker que me presente a su público, además de ser un honor, me genera un sentimiento doble de ilusión y nervios. Teniendo en cuenta su talento, su experiencia y su recorrido, tengo que reconocer que impone mucho respeto y solo pienso en aportar lo mejor que tengo para que ese día sea una gran fiesta donde se comparte arte, sentimientos y buena onda… Y tengo un gran sentimiento de agradecimiento de que el acepte de compartir su público conmigo.
¿Qué piensas de su música?
Referente a su música, desde el Eurodance hasta lo que hace hoy, tengo mucha admiración porque por lo que veo, es un músico muy versátil que en su tiempo pudo adaptarse a la realidad de aquellos momentos y hoy, con su voz particular, controla muy bien la Soul music con la que puede conectar con cualquier oyente solo por lo profunda que es su música.
Aún más aprecio le tengo por lo involucrado que está en el proyecto «Playing for change». Su música es fantástica porque haga lo que haga, lo hace bien.
No es la primera vez que vas a Clamores, de hecho fuiste hace menos de un mes… ¿Lo sientes tu hogar?
Mirando hacia el pasado, la sala Clamores fue la primera sala de Madrid en la que actué en 2010, participando a un concierto con varios artistas, sin saber lo que significaba esa sala para la escena madrileña. Más tarde me di cuenta del prestigio que tenía y lo complicado que resultaba actuar ahí, ya que son muy partidarios de la buena música y cuidan al detalle su cartel de artistas. Dicho eso, tanto a mi como a cualquier artista de la escena madrileña, la sala Clamores impone mucho respeto y ahí, no vale hacerlo medio bien.
Y hoy, tengo la enorme satisfacción de decir que en vez de imponerme respeto, la sala Clamores me transmite seguridad, buenas vibraciones, olor al arte puro marcado por las huellas de todos los grandes que pasaron por ahí. Y al igual que cuido mi casa proporcionando todo lo que puedo para sentirme bien en ella, lo mismo haré en esa sala tan mítica aportando siempre lo mejor de mi arte y así tener siempre un techo bajo el que pueda vivir mi música.
Por eso, ahí me siento como en casa y es un honor para mí que la sala vuelva a contar conmigo con tan poco tiempo de por medio.
¿Cómo están influyendo las salas en el lanzamiento de tu carrera?
Que lo queramos o no, las salas tienen mucho impacto en la carrera de cualquier artista en etapa de desarrollo. A pesar de que mi primera actuación fue en Clamores, donde canté una canción en un evento de más de diez artistas, no me he podido escapar del recorrido obligatorio de cualquier artista que quiere darse a conocer. Es decir, tocar donde te dejan tocar sin más (eventos benéficos, sesiones de micro abierto, Jam Sessions…); para más tarde arriesgarme a pedir fechas en salas más pequeñitas y menos exigentes en cuanto a nivel de los artistas o género de música.
Siguió el proceso de evolución y poco a poco, gané la confianza de salas cada vez más grandes y más valoradas. Esa evolución y el hecho de que las salas acepten mi música en sus carteles, tiene un efecto rebote proporcional en mí; ayudándome a creer cada vez más en mí y en mi trabajo y proporcionándome cada vez más seguridad y confianza. Solo espero que esta evolución siga.
«Como para mí, la música es sobre todo un modo de expresión y comunicación, todas las músicas, experiencias o idiomas con los que me he podido cruzar al largo del tiempo, son las influencias que entran inconscientemente en juego a la hora de componer y crear»
Escuchamos tu música y captamos muchas influencias. ¿A qué las achacas? ¿A todo lo que escuchas o a todo lo vivido? (Naciste en Kinshasa, has vivido en Bruselas y la India y ahora estás muy establecido en Madrid).
Es cierto que mi recorrido tanto personal como artístico es bastante fuera de lo común. En todos los casos, tanto lo vivido, lo escuchado o lo aprendido son recursos que he ido adquiriendo al largo de mi camino.
Como para mí, la música es sobre todo un modo de expresión y comunicación, todas las músicas, experiencias o idiomas con los que me he podido cruzar al largo del tiempo, son las influencias que entran inconscientemente en juego a la hora de componer y crear. Cada época es clave en el desarrollo de una persona. Yo las he vivido en sitios distintos y algunos casi opuestos, eso me crea una macedonia cultural que es imposible evitar de aplicar a todo lo que hago. Por lo tanto, mi música es simplemente un reflejo de mi mismo, tanto de forma como de fondo. Y tengo tantas cosas que contar…
Se dice que uno en tus conciertos se lo pasa muy bien… ¿Los preparas milimétricamente o entran más en el ámbito de la Jam Session?
Para ser sincero, ni el uno, ni el otro. Mi formula es más bien: “yo traigo los ingredientes, cada uno cocina un plato y nos lo comemos todo juntos”. Me acompañan unos músicos muy talentosos, inspirados y creativos; no los puedo limitar a formulas establecidas. Solo proporciono las bases sobre las cuales cada uno encuentra su espacio de creatividad.
Se trata justamente de que ellos aporten lo que yo no tengo porque la idea es “compartir”. Para lograrlo, la clave es la comunicación, de ahí, todo sale natural y es más fácil transmitirlo al público. También, no dejo nunca a nuestro público al margen; siempre intento hacerlos participar para que se sientan parte del show.
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