Dirigida por Alberto Rodríguez, ésta parece ser la película de consagración de Juan José Ballesta, para todos aquellos que no confiaban demasiado en su carrera. Con ella ha logrado la Concha de Plata al Mejor Actor en el Festival de San Sebastián. Ahora llega a todas las pantallas, donde podremos comprobar si el premio ha sido merecido.
La película está ambientada en un barrio del sur de España. Un barrio obrero y marginal en el que vive Tano (Juan José Ballesta), quien se encuentra cumpliendo condena en un reformatorio, del que sale durante cuarenta y ocho horas para ir a la boda de su hermano Santacana (Vicente Romero)
Durante este permiso, Tano se reencuentra con Richi (Jesús Carroza), su mejor amigo, con quien está dispuesto a hacer todo aquello que no puede hacer en el centro: emborracharse, drogarse, robar… Sin embargo, después de estos primeros momentos de euforia y de intentar recuperar el tiempo perdido, Tano se da cuenta que el barrio no es el mismo que el que dejó cuando ingresó en el correccional hace apenas unos meses, ni el barrio, ni la gente. Esas 48 horas suponen un paso de la adolescencia a la madurez, del atrevimiento inconsciente a la reflexión.
