Lobos digitales para ovejas mentales… Grand Theft Auto IV lo ha conseguido: se ha convertido en un hito en el mundo del videojuego y una referencia mediática con el lanzamiento de la novena entrega de la franquicia. Es el primer juego que se estrena a escala global y el primero en vender un millón de copias en las primeras 24 horas, algo que deja los lanzamientos japoneses en Shibuya y Akihabara como un mero juego de niños.
Marshall.- Como protagonista de esta entrega tenemos a Nikolai «Niko» Bellic, yugoslavo/serbio, ex-militar veterano del conflicto de los Balcanes, que emigra desde su tierra natal a la tierra de la oportunidades, alentado y engañado por su primo Roman, con una supuesta buena posición económica. Sin embargo, Niko descubre rápidamente que todo es un engaño y, ya en su destino, debe cuidar de Roman y salvarlo de violentos matones, mientras trata de descubrir la manera de hacerse con dinero y contactos que les permitan salir de la difícil circunstancia en que se encuentran. La trama se desarrolla en Liberty City, la misma del GTA III, modelada completamente en 3D a partir de imágenes digitalizadas de Nueva York y Nueva Jersey.
Esta saga se define no sólo por los personajes protagonistas, sino también por las ciudades en las que se desarrolla la acción. La recreación de la ciudad no se ha limitado a reproducir una serie de edificios, calles y lugares emblemáticos a alta definición con un buen juego de luces, sino que encontramos habitantes que, a primera vista, hacen su vida cotidiana de la manera más real posible. Podremos usar una gran variedad de vehículos: todo tipo de automóviles terrestres, lanchas, helicópteros etc. Cada uno de ellos tiene un control particular, que además ha sido mejorado y da una sensación de velocidad y facilidad de conducción que otros juegos de coches bien querrían para si mismos. Otro aspecto que cobra vital relevancia es el teléfono móvil, con el que podemos recibir llamadas y mensajes de los diferentes personajes, crear contactos en la agenda, tomar fotografías… vamos, cómo un móvil real. Además nos servirá para desbloquear los modos multijugador, que alargan la vida por encima de las 30 horas estimadas, haciéndolo virtualmente sin fin. Se diría que con esta secuela la saga ha tocado techo en lo referente a calidad gráfica, aspecto que en otras partes era lo menos agraciado.
Por contra nos encontramos con el mismo tipo de juego de siempre, un poco más complejo si cabe. Con todo ese realismo, nos encontramos con situaciones de irrealismo que resultan paradójicas y demasiado frecuentes en los juegos actuales. Las reacciones de los personajes y nuestro protagonista no son tan reales, las leyes de la física son quebrantadas constante-mente, se nos venden películas interactivas en vez de juegos y la percepción visual del título cambia según la plataforma elegida (en XBOX 360 se ve más nítido debido a su mayor resolución con respecto a PS3)… Son puntos que ennegrecen un título y que pasan, supuestamente desapercibidos para la gran mayoría. Puntos en contra que son eclipsados por cifras de ventas, campañas de publicidad y hordas de jugadores fanáticos. ¡Cuidado, el lobo digital viene!.