Entrevista de Covadonga Carrasco
Fotografías de Alberto Van Stokkum
Nueva formación y nuevo sonido, eso es lo que encontramos cuando escuchamos Close. Ambas cosas tienen bastante que ver, y todo para bien. Haciendo oídos sordos a los prejuicios y las críticas sin sentido que han tenido que escuchar durante todo este tiempo, Bimba, Diego, Manu y Pablo, se sienten orgullosos de su último trabajo que, al fin y al cabo, es con lo que tienen que convencer.
Habéis pasado de ser tres a ser cuatro ¿Mejor pares que impares?
Bimba. Ni mejor ni peor, es distinto. Con David lo disfrutamos a tope, sólo que sus circunstancias personales no le permitieron seguir adelante con nosotros. Pero nos ha encantado trabajar con él y en un futuro, por qué no, podríamos volver a hacer algo.
El sonido de Close es algo más duro que el de Demo, vuestro primer trabajo. ¿Renovarse o morir?
Diego. Ha salido un disco espontáneo que refleja el momento en el que nos encontramos, a lo mejor lo siguiente que hagamos va en otra dirección. Desde luego lo que no hay es una idea predeterminada de lo que queremos hacer. Se trata de meternos en el estudio y dejar la máxima libertad. Sí es cierto que suena más duro que el anterior.
Bimba. No sé si suena más duro o sencillamente suena distinto. Creo que es enriquecedor poder mostrarte cómo eres, de todas las formas posibles.
Con The Cabriolets nunca se sabe qué es lo que se va a escuchar. Parte del público agradece los cambios, pero otra es bastante «puñetera» con estas cosas y tal vez abandone el barco…
Manu. No hacemos las cosas en función de lo que pueda opinar la gente, nos da igual. La mejor manera de gustarle a la gente, si hubiera una, que no la hay, es hacer lo que tú quieres y creértelo.
Diego. Hay grupos o solistas que han hecho discos muy diferentes entre sí, pero que tienen un punto de conexión en el pensamiento o en el discurso que utilizan, que ni siquiera es premeditado, pero que les une. Eso es un poco lo que nos pasa a nosotros, el grupo está abierto, puede pasar cualquier cosa.
Vuestra mejor promoción desde el principio han sido los directos, ¿es una forma tal vez de testear al público a la hora de hacer cosas nuevas?
Bimba. También nosotros nos hemos preocupado mucho de poder estar en la carretera. Es muy importante, no sólo para que el público te vea, sino desde el punto de crecimiento del artista. Es fundamental acudir a festivales nacionales, regionales… a cualquier sitio.
Diego. Bueno, tampoco tenemos un público muy definido aún… sinceramente. Tenemos un poco despistado al personal. Pero es lo que hay.
Pablo. Lo que queremos es tocar, más que testear, hacerlo en el máximo de sitios y lo más lejanos posible. Es nuestra vida.
Bimba. Es tan fantástico tener la posibilidad de tocar en pueblo y ver la reacción de un público que no es tuyo realmente, como de tocar en una capital como Barcelona o Madrid. El contraste es flipante. No todo el mundo tiene el privilegio de saborear eso.
El día que no sintáis esa necesidad de hacer cambios ¿mataréis a The Cabriolets?
Bimba. Bueno… creo que no hay necesidad de cometer ningún tipo de crimen… Si tiene que morir, morirá por muerte natural. Se puede transformar también…
Diego. Un proyecto tiene vida mientras tienes algo que contar, cuando ya no pasa eso, no tiene sentido continuar. Igual la química se acaba.
Manu. Yo no veo ese momento.
Bimba. Pero también hay otras fórmulas, por ejemplo Beck, o gente que ha utilizado diferentes nombres pero ha usado formaciones casi iguales. ¿Por qué no va a hacer The Cabriolets, un grupo bajo el mismo paraguas, diferentes proyectos?
Vuestra imagen, los videoclips, las fotos de promo, está todo siempre muy cuidado. ¿Obsesos de la perfección o sencillamente buen gusto?
Manu. No, sencillamente es que somos guapos… ¡Es cierto eh!
Diego. La verdad es que sí nos preocupamos por eso, nos gusta el cine, y nos gusta el arte. Tenemos inquietudes y a la hora de ponernos a currar con alguien no nos vale cualquier cosa. Nos gusta juntarnos con gente que tenga sensibilidad, que al hacer las cosas nos mueva algo por dentro.
Bimba. Y a veces incluso no es tan premeditado, te encuentras con gente que de pronto te hace «click». Eso es lo que nos pasó con el chico que ha hecho el vídeo de Diamonds, Alberto Van Stokkum, insistió mucho en hacer las fotos, y al final también nos convenció para hacer el videoclip y el resultado nos ha encantado.
La pintura de la portada, la oveja. ¿Qué relación tiene con el disco?
Bimba. Pues que somos unos borregos…
Pablo. La historia se puede ver desde muchos frentes, el primero era que queríamos que fuera una pintura, algo tangible, no una foto del grupo. Así que Bimba y Diego tenían un amigo pintor, nos gustó mucho su trabajo, nos reunimos con él y elegimos este óleo. Una vez elegido, le fuimos encontrando los paralelismos. La imagen cercana de la oveja, mirando en tono desafiante tiene mucho que ver con el disco.
Bimba. Es un poco lo que hablábamos antes, es la forma en la que acaban encajando las piezas. Estamos hablando de un talentazo, Jorge Diezma, que seguro que en la próxima década va a dar mucho que hablar porque es un genio. Es joven, tiene nuestra edad, y resulta muy atractivo que use una técnica tan antigua como el óleo. Formar parte de ese desarrollo artístico la verdad es que nos hace mucha ilusión.
¿Os retroalimentáis del resto de proyectos en los que estáis involucrados lejos de The Cabriolets y viceversa?
Diego. Las dos cosas. Es necesario alimentarse de otros proyectos para mantenerse fresco, sino sería todo un poco claustrofóbico. Por la forma de ser que tenemos cada uno, existe la necesidad de salir por ahí a «culebrear» un poquito y volver con ilusión y ganas.
Bimba. El deseo siempre tiene que estar puesto también en algo exterior, si siempre estás haciendo lo mismo puedes acabar perdiendo la ilusión. Necesitas proyectarte de otra manera.
Manu. Sí, ver las cosas con un poco de perspectiva. Si te encuentras siempre en el mismo lugar la acabas perdiendo. Cuando sales, entras, lo ves de lejos, todo va bastante mejor.
Bimba. Es como una relación, hay que cuidarla mucho para que funcione y mantener la llama viva.
Manu, ¿crees que los seguidores de Havalina entienden tu incorporación a The Cabriolets?
Manu. Sí, además del proyecto de Havalina, con el que llevo ya muchos años, antes de entrar en The Cabriolets, estaba haciendo más cosas. Por eso creo que tanto yo como la gente que sigue al grupo, está acostumbrada a verme en más sitios. En general las opiniones que me han llegado han sido buenas y les ha gustado el disco de The Cabriolets, imagino que porque también tiene mucho de mí.
Pablo. Yo creo que además como hablábamos antes, los diferentes proyectos se retroalimentan. Hay seguidores de Havalina que se han interesado por The Cabriolets y viceversa a raíz de que toca Manu.
Bimba. Ahora en la puerta nos hemos encontrado con una chica que venía a ver a Najwa y que nos ha dicho que también era fan de Havalina y de The Cabriolets, eso es lo interesante, encontrar a gente que no tenga prejuicios.
Manu. Sí es cierto que puede haber un sector del público más «talibán» que diga: «cómo teniendo un grupo como Havalina, ahora se junta con estos». Sinceramente esa parte del público no me interesa.
Bimba. Sí, eso es lo que pasa un poco conmigo, que como yo soy sobrina de «tal» ya se da por supuesto que tengo abiertas las puertas de cualquier sitio.
¿Hasta qué punto seguís notando ese tipo de prejuicios?
Bimba. Lo sigues notando en la medida en la que tu tengas la oreja abierta y estés dispuesto a escuchar según qué cosas.
Diego. No hay que perder ni un minuto en esas cosas. Es una banda muy joven todavía, queda mucho por hacer y prima el interés por lo musical. La búsqueda de algo que aún no sabemos qué es. Si estás mirando en los foros y escuchas esas cosas te bloqueas, no va a ningún lado. Ya caerá todo por su propio peso.
Bimba. También cumplimos una función social, la de saco de boxeo para que la gente se quite el estrés.
Pablo. Eso también lo sufrieron artistas de la talla de Dalí, Picasso, Leonardo Da Vinci…
¿Es probable que la crítica en ocasiones menosprecie al público con este tipo de prejuicios?
Pablo. Los críticos también lloran…
Bimba. Y a ellos mismos, porque al fin y al cabo es no reconocer algo que sí es aceptado por la gente. De todos modos del odio al amor…
Diego. A mí es que me resulta una mediocridad. Yo puedo tener prejuicios con algo que no conozco y reconocer después que tenía una idea muy equivocada. Pero reacciones tan violentas, denotan mucha envidia o falta de criterio total.
Bimba. Pero si le ha pasado hasta a Sara Carbonero, todo el mundo le tiene envidia porque es la novia de Casillas, porque está ahí en el campo, porque están viviendo una historia de amor preciosa y todo el mundo como locos a atacarla. A mí me parece genial. Pero luego todo el mundo se quiere vestir como ella…
Pablo. ¿Crees entonces que somos un poco Sara Carbonero?
Bimba. Totalmente, dentro de poco saldremos en una hoja del Cuore, pero no en la parte mala, no en la de los «arrggs» sino en la buena…
Diego. Hay gente que no es consciente del curro que es. Tanto a nivel emocional como laboral, la cantidad de horas que le dedicas, viajar de punta a punta de España como hemos hecho entre ayer y hoy… Y hay días que piensas «Me cago en tu puta madre que tú estás en tu casa tocándote los huevos, no te has parado a ver ni media hora de concierto y mira cómo nos pones…», otras veces piensas «¿Y este imbécil?»… Pero bueno, esto es así.
Con todo el tema de las redes sociales, ¿hasta qué punto es peligroso acercarse tanto a los fans?
Diego. Depende de cómo se use. Si te implicas demasiado y te vuelves demasiado accesible hay gente que va más allá y puede resultar muy sensible o muy intenso. Pero bien usado me parece una herramienta increíble.
Pablo. Nosotros lo usamos para tener a la gente informada, que sepan más o menos qué estamos haciendo. No estamos todo el día twitteando en plan: «Ahora vamos todos en la furgoneta»… Que hay gente que lo hace y me parece bien, pero no lo usamos así.
Con la actividad musical que tiene Madrid, no sólo con los grupos de aquí, sino con los que vienen de fuera, ¿qué demonios pasa con las salas?
Diego. Es un tópico, pero es una pena… Que no haya un empuje por parte del Ayuntamiento por un lado para conceder más licencias y que haya empresarios que sin miedo a hacer una inversión gorda en la mejora del sonido de un local, no se lleven la sorpresa de que luego se lo cierren.
Bimba. ¡Alcalde dame un local!
Pablo. Es una pena ver cómo muchos grupos extranjeros que nos gustan, pasan de largo y directamente se van a Barcelona.
Bimba. O a Galicia, a cualquier sitio menos aquí. Estamos intentando mover precisamente eso, pero claro, se necesita la «lana» y el permiso.
Más información en http://www.thecabriolets.com/