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Texto de Covadonga Carrasco
Más sobre el libro: https://www.planetadelibros.com/libro-castillos-de-carton/88612
Recuerdo como si fuese ayer cuando tocaron al timbre y era el señor del Círculo de Lectores (porque sí, una tiene una edad ya, como para haber formado parte de ese “selecto” grupo, aunque eso es otra historia). El caso es que ese día trajo varios libros, pero el único que recuerdo y que había pedido quizá con menos interés, era Castillos de cartón.
Almudena Grandes no significaba nada para mí como autora. Me parecían entretenidos sus libros y me producía curiosidad la manera en la que describía las cosas. Había leído Las edades de Lulú” y Los aires difíciles hasta ese momento, pero fue con Castillos de cartón cuando me explotó la cabeza con ella.
El libro era pequeñito y pensé: «Voy a empezar por este, a ver qué tal». Me senté en el sofá pensando que no duraría demasiado tiempo entre mis manos. Me equivoqué. Fui incapaz de dejar de leerlo hasta que lo terminé, ni una sola pausa. No me ha pasado nunca más.
Explico todo esto porque en Castillos de cartón sucede algo extraño, algo que te atrapa. La temática universal, el amor, se convierte en necesidad de compartir, esa necesidad del otro para acompañarnos en la vida, de la traición, del abandono…Pero, sobre todo, de la entrega y de la felicidad. Sin ñoñerías, sin romanticismos y lo mejor, te libera de todos los prejuicios posibles en cuanto a los sentimientos. Y ojo, es que este libro, en el fondo, no va de amor, no es tan obvio.
Tampoco habla de un trío, porque no lo es. Habla de tres protagonistas, de su ansía por vivir, y de lo duro que es cuando lo que te hacía feliz se te ha quedado corto. María José (Jose), Jaime y Marcos se encargan de que entiendas a la perfección qué es lo que les eriza la piel, lo que les hace sufrir, incluso su manera de comportarse en determinados momentos. Porque los tres son personas normales, no son héroes, ni seres de luz, son nor-ma-les. Supongo que por eso se te clava lo que les pasa. Porque a ti también te hubiese podido pasar, te ha pasado o afortunada o desafortunadamente, te pasará.
Es complicado hablar de un libro del que no puedes decir mucho más, porque os podéis comer un spoiler, pero Castillos de cartón es mágico.
«No me dejes solo, Jose. No me dejes solo».
Probablemente esta frase sea la que defina el conjunto del libro. Castillos de cartón es de esas historias que duelen, que te sirven, que se convierten en algo tuyo, aunque no tengan nada que ver contigo o lo tengan que ver todo. Si hay algo complicado en un libro, es describir algo que no se ve, algo que solo se siente y para lo que la mayoría de las veces no tenemos palabras, porque no sabemos cómo definir lo que nos pasa. Que la felicidad plena se puede alcanzar, aunque no sea eterna y que se logra cuando uno tiene la capacidad de sentirse libre, porque la culpa la mata y sentirse solo o abandonado, también.
Pero lo mejor, que leer a Almudena Grandes, siempre, siempre te enseña algo, aunque su propósito no sea, ni de lejos, ese…
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