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Entrevista de Reyes Muñoz
No graban vídeos musicales. Apenas cuelgan contenidos en sus perfiles de redes. Pero acumulan escuchas en Spotify —superan las doscientas mil— y en los poquísimos conciertos que han dado, ha colgado el cartel de sold out. Y cuando los buscas en google —hay que poner «Línea 6 grupo de música»— se dice que son la banda revelación del 2024. Están preparando un disco, muy a fuego lento del que no nos dicen ni nombre, aunque nos dan pistas.
Lo que sí que hay detrás de sus canciones es muchísimo trabajo. Se curran las letras y las melodías al milímetro y consideran que un músico tiene que «ser aplicado»: tocar, ensayar y fijar las ideas, revisar las letras, darles vueltas para que no chirríen y sobre todo, tratar con respeto a la música. Antón nos dice: «Yo tengo una pasión por esto, por la música, por cantar y tocar… No por el hecho de que sea cantar o tocar un instrumento, sino por el hecho de transmitir a la gente esa pasión que yo siento, que la puedan de alguna manera vivir viéndome a mí en el escenario y digan: ‘Lo ha logrado, joder, es feliz por hacer lo que le gusta’». Esa puede ser la clave. Y que Antón y Guiti son muy majos.
Los entrevistamos justo antes de su concierto n Moby Dick y después de su sesión en ExVita. Nos contaron esto.
Línea 6 en ExVita:
No sé cómo lo habéis hecho, de verdad. Con un único concierto y una única canción… conseguisteis cosas increíbles.
Guiti: Bueno, en realidad, en aquel primer concierto, estaban amigos y familia. Fue en el local de ensayos: te alquilaban la zona grande del escenario grande. Tampoco fue muy allá, pero no estuvo mal para ser la primera vez, estábamos muy nerviosos.
Antón: Era la primera vez que estábamos tocando juntos. Teníamos una canción y lo demás eran canciones nuestras, tenemos una carrera independiente como artistas. Entonces tocamos algunas nuestras y algún cover. Pero fue perfecto, nos lo pasamos muy bien. Y vinieron porque somos muy pesados.
Muy pesados, pero chicos, cincuenta mil escuchas en Spotify con la primera canción no se consiguen siendo pesados.
Guiti: Fue suerte, también. Sacamos la canción, y normalmente, cuando lo publicas en Spotify con tiempo, con antelación, te deja hacer un pitch, que es como vender la canción a los editores de playlist Spotify. Y no sé si fue que funcionó bien o no, que se recomendó mucho, pero en la semana siguiente de salir, que fue un sábado, estábamos en el estudio grabando una canción de Antón y vimos que había treinta y cinco personas escuchando a la vez.
De normal, en los perfiles de artista, en los perfiles nuestros individuales, vemos una, dos… como mucho tres o cuatro escuchas a la hora. Ese día hubo treinta y cinco durante horas, y horas, y horas… y subió la canción de setecientas a más de dos mil en un día. Ahí, pues la gente recomendó la canción en Spotify, la gente la empezó a escuchar, se la empezó a guardar y nada… Tuvimos mucha suerte para que nuestra primera canción enganchase tan bien. Nos motivó para hacer más canciones.
¿Y cómo lo vivisteis? No sé si cuando sucede eso con una canción, puede dar agobio para la segunda. Habéis tocado en ExVita «Espejos». ¿Tiene que ver con esto, con el agobio de la visibilidad en redes?
Antón: Con el agobio como tal, tiene que ver «Una señal». Es una que también hemos tocado aquí, y la posterior a «Una señal» que es «Dónde estás».
Guiti: «Espejos» no es personal, no es una experiencia de primera persona, sino contada en primera persona. Es algo que le ha pasado a alguna persona cercana.
Antón: Solo la hacemos personal porque es una canción muy sentida.
Guiti: Choca mucho más también en primera persona. Habla muy directamente sobre el tema ese y sobre ese tipo de inseguridades, de estos tiempos de autoimagen, autoestima y todo lo demás. Entonces, no es algo que nos haya pasado a nosotros concretamente, así de fuerte, pero sí que es contado desde una primera persona sobre una tercera persona.
«¿Dónde estás?» fue la primera que escuché y me encantó. Me vino a la cabeza «Fuentes de Ortiz» de Ed Máverick. Pero vaya.
Antón: He tocado «Fuentes de Ortiz» algunas veces en los conciertos, en los de antes de Línea 6. Pero poco más sé de Ed Máverick, la verdad.
«El amor está en el aire», quizás, porque vuestras canciones son falsamente sencillas, como las de Ed Máverick. Son dos voces que se corean, son dos guitarras y una puede pensar que es fácil. Pero ahí, hay una carga de trabajo, de concentración importante.
Guiti: Sí que es verdad, que a la hora de componer, nos sale natural. Uno una estrofa, el otro, otra, y en el estribillo nos turnamos: una frase uno, una frase el otro… Equilibramos muy bien las partes. Pero para los conciertos hemos tenido a un director musical que sí que nos ha hecho mucho hincapié en buscar las voces. Antes cantábamos el estribillo los dos al unísono, suena bien, pero sí es verdad que puede machacar mucho a la gente, era monótono. El director musical, Rubén, ha cogido nuestro repertorio y le ha dado muchísima versatilidad. Nos ha metido mucha caña y nos ha enseñado también a buscar voces y a darle un giro completo para que sea más rico en tonos, en voces y en todo.
Le dais mucha importancia a las letras, incluso las ponéis en Spotify. ¿Cómo os las repartís?
Antón: En general somos los dos. Hay veces que llega uno de los dos a casa, por su cuenta, se pone con la guitarra y dice por el grupo por whatsapp: «mira lo que he hecho, te lo enseño». Y a lo mejor te quedas con la letra que ha compuesto, la cambias, lo que sea… En general las solemos componer así.
Guiti: Las nuevas las estamos componiendo así. «Mil y una noches» se hizo online, en videollamada, porque yo estaba fuera y él también estaba en Galicia… Siempre hemos querido hacer las letras los dos, y además queremos que esto se sienta, porque luego no se transmite igual en directo. Queríamos también complementarnos. Decimos: «la idea de la canción es transmitir esto», nos decimos cómo queremos hacerlo, definimos la estructura: en la primera estrofa decimos esto, la segunda decimos esto, el estribillo que tiene que repetirse decimos la idea que queremos transmitir. Y nos centramos en eso, pero es muy fifty-fifty.
Por ejemplo, con «Derrotado» Antón compuso el riff inicial y las primeras frases y me la pasó a mí por audio y yo la terminé y me puse a producir. Y dos o tres semanas más tarde, ya quedamos a terminar de componer esa canción.
También quedamos para decir si hay algo que queramos transmitir, si hay algo que tenemos dentro, sobre lo que queremos desahogarnos, tanto como si es él conmigo o yo con él, o algo externo, si tenemos algún agobio… Y quizás sale algún tema. Pero las letras salen de eso, de que como colegas, quedamos a tomar cervezas, nos decimos las cosas y escribimos sobre esto.
Pero que además de todo eso me llama muchísimo la atención lo bien medidas que están. No me he dedicado a ver las métricas, pero a ojo, creo que hay alguna estructura de soneto, vaya.
Guiti: Es que soy muy pesado con eso. Paso mucho tiempo analizado las canciones pop actuales. A mí me gusta mucho la estrofa, un estribillo, un estribillo, puente, estribillo, que es lo que ahora está de moda. Bueno, ahora están cambiando. Ahora encuentras mucho estribillo-estrofa… Ahí sí que yo soy muy pesado con la cadencia sea esta, con que tiene que entrar así la palabra.
Que no hay una acentuación rara de las palabras para hacerlas entrar a capón en la melodía.
Guti: Eso, eso (risas).
«Besos por Madrid» tiene más producción, pero creo que estáis abonados al acústico, ¿no?
Guiti: Sabemos que si las canciones son buenas en acústico, funcionan bien con banda. Es verdad que ahora hemos descubierto lo que es tocar con banda. Siempre componemos en acústico, para guitarra y voz, esa es la esencia, sí. Pero luego, a la hora de tocarlo en directo, ganamos también muchísimo con toda la banda: tenemos mucha dinámica en directo. También, al principio, no conocíamos otra cosa y era, pues nosotros dos y un cajón. Ahora sabemos que con la banda hay que ensayar mucho más; ya no somos tres, no somos él y yo y nuestro colega Joaquín, que también toca muy natural y enseguida nos coge el ritmo… Cuesta más ponernos de acuerdo en una banda, pero también, es que ganas muchísimo de cara al público, de sonido, de todo.
«No buscamos músicos espectaculares. Nosotros no consideramos que seamos los mejores cantando, o los mejores tocando. Pero sí que buscamos que tengan ganas, que sepan tocar bien, que sean aplicados y sobre todo buscamos naturalidad».
Y va de lujo tener pensados los dos formatos, la verdad. Con la banda, qué tal. ¿Siempre vais los mismos músicos?
Guiti: Muy bien, la verdad. Siempre son los mismos. Hemos tocado dos veces como Línea 6, pero antes ya habíamos tocado con ellos, antes de Línea 6, con nuestros temas individuales. Nos gusta también elegir a la gente que sea buena tocando, pero no buscamos músicos espectaculares. Nosotros no consideramos que seamos los mejores cantando, o los mejores tocando. Pero sí que buscamos que tengan ganas, que sepan tocar bien, que sean aplicados y sobre todo buscamos naturalidad.
No tenemos experiencia, pero sí que creemos que no hay cosa peor que los malos rollos, que los egos, o lo que sea, en una banda. Nosotros somos la cara de Línea 6 pero en el escenario somos seis, tal cual, y tienen incluso más importancia ellos, que están haciendo sonar todo, por mucho que nosotros hayamos compuesto una canción. Nos gusta tratarlos bien y que sean parte del proyecto. Las opiniones de cara al directo están más que bienvenidas. Entonces con los de la banda genial, la verdad.
¿Grabáis los temas en clave de disco?
Guiti: Sí. Desde enero del año pasado que sacamos la de «Una señal» que es la segunda que hemos tocado aquí, dijimos, «vale, esta es la línea que queremos seguir de composición y vamos a empezar a encerrarnos a componer». De ahí salió «¿Dónde estás?», «Espejos» y salieron un par más. Tenemos una colaboración, que sacamos en junio con un artista que se llama Puuche, que es algo más moderno, más urbano, mezclado con pop y desde ahí también todo lo que hemos ido componiendo va destinado al álbum. Las siguientes canciones: «Espejos», otra que se llama «Hace tiempo», otra que se llama «Imagínate lograrlo», «Cicatrices»… y todas estas van al álbum. No digo más… no digo más.
¿Ya las habéis grabado?
Guiti: Están todas. Terminadas de producir, la mitad y de la otra mitad, tenemos la base de guitarra y voz y para empezar a producir. Que no tenemos mucho tiempo entre ensayos, eventos y entrevistas… estamos ahora mismo saturados. Pero bueno, después nos ponemos las pilas.
Es muy guay como lo estáis gestionado. ¿El disco tiene nombre?
Guiti: El disco tiene nombre pero por ahora no lo podemos decir. Nos gusta jugar al «busca-pruebas» con eso. Es una frase que sale en una de nuestras canciones, que es como muy emblemática, en plan, si consigues esto, uf.
¿El nombre del grupo tiene que ver con la Línea gris del metro?
Antón: Sí, sí. Sí. Esto fue porque se hizo un festival de artistas emergentes y se hacían quedadas antes del festival, para que los artistas nos conociéramos entre nosotros y demás. Y en ese momento íbamos por separado. En estas quedadas descubrimos que yo le daba clase de guitarra a su primo, sus tíos conocen a mis padres, empezamos a llevarnos bien. Y coincidió que vivíamos literalmente, a cinco minutos, el uno del otro. A la vuelta de la quedada, nos vinimos en la Línea 6. Y de ahí el nombre.
«Un verano de amor» me ha dado súper buen rollo. Yo no sé si era anterior a Línea 6, es decir, de uno de los dos, porque es muy distinta al resto.
Antón: Pues esa es de los dos. Se acercaba el verano y la gente suele hacer canciones de verano y tal. Y literalmente, la hicimos de coña. Con cervezas. Empezamos a componer…
Guiti: Esto fue después de ir al estudio a terminar una canción, habíamos quedado para tomar unas cervezas con unos amigos, este empezó a hacer el tonto con un ukelele, sacó cuatro acordes… entonces cuando bajaron las cervezas, salió el estribillo. Tenemos la nota de voz. Llegué a casa a las cuatro de la mañana y no se me ocurrió mejor cosa que grabar la estructura entera de la canción. Tenía la voz reventada, así que al día siguiente, salió la primera estrofa como súper grave.
Es un puntazo la foto que tenéis puesta en la portada del Spotify.
Guiti: Sí, es muy divertida. A mí me encantan ese tipo de imágenes.
En qué medida las imágenes que aportáis son a propósito. Que se nota que están estudiadas, pero a lo gamberrete.
Guiti: Para esa, para «Verano del amor» vinieron unos amigos, Rober y Paula, a hacernos fotos. Y para las últimas sí que estamos dedicando más tiempo en cuidar la imagen. Para «Verano del amor» teníamos la intención de hacer un vídeo que fuese en plan «me he despertado con vistas al mar, aquí en la playa de San Juan», y que la imagen sea del pantano de San Juan. La idea de que sea un verano de amor, pero en Madrid, nos gusta. Nos gusta jugar con ese tipo de cosas. En nuestras canciones hay una dualidad. Por un lado, está lo íntimo, por ejemplo de «Espejos», «Una señal» o «¿Dónde estás?, y luego también que nos gusta vacilar, pasarlo bien y ese es el lado gamberro que tú has notado.
Pero no tenéis videoclips. ¿No?
Guiti: Por ahora, nada. Tampoco tenemos tantos seguidores como para plantearnos un videoclip. Que podríamos hacerlo, porque tenemos gente que es muy buena que se dedica a esto, pero es que sabemos que si lo sacamos, no va a tener tanta repercusión. De momento no vemos que sea tan necesario como hacer una buena campaña de redes, y hacer buena música, y que la gente nos vea en directo… Luego ya, pues se puede hacer un videoclip. Incluso podemos hacer videoclips de todas las canciones… pero hacerlo bien.
¿Queréis que os pregunte algo y no os estoy haciendo la pregunta?
Antón: Una pregunta que me encantaría responder y que nadie la hace es que si de verdad nos queremos dedicar a esto.
¿Os queréis dedicar a esto? ¿Con lo complicado que es?
Guiti: La respuesta es sí. Para nosotros no existe el no.
¿Profesionalmente os dedicáis a la música?
Guiti: Yo sí. Yo compongo, produzco para otra gente… Sí que vivo de la música.
Antón: Yo, mitad y mitad. Cuando salgo del curro, voy con él a ensayar, a grabar…
Antón, sobre tu pregunta soñada… Quieres dedicarte a la música y quiero que me digas por qué.
Antón: Yo tengo una pasión por esto, por la música, por cantar y tocar… No por el hecho de que sea cantar o tocar un instrumento, sino por el hecho de transmitir a la gente esa pasión que yo siento, que la puedan de alguna manera vivir viéndome a mí en el escenario y digan: «Lo ha logrado, joder, es feliz de hacer lo que le gusta».
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