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Entrevista de Reyes Muñoz
Fotografías (c) cortesía de Promosapiens
Hablamos con Janire de «Cuaderno de verano», un disco que supone un punto de inflexión en su carrera musical. Cuatro temas muy distintos pueblan una propuesta que tiene mucho de experimentación y que seguramente es un resumen de los diversos sonidos que han poblado su carrera musical. Muy joven estuvo metida en el circuito punk de Barakaldo y cuando llegó a Madrid hace seis años, comenzó a destacar en el acústico. Quizás de esa evolución musical entre sonidos muy dispares, surge este EP. Sobre ello hablamos con Janire largo y tendido.
Y por cierto, acaba de anunciar su participación en Inverfest, en el Teatro Infanta Isabel. Abrirá el concierto de Tulsa el 15 de enero.
https://open.spotify.com/album/4AntRUIWQc2jPGAvy6HasN?si=3sd8Rhv3SBKIVn4wJQvMYw
Tengo una teoría con respecto a un movimiento que hay en la música. No sé si es cosa del confinamiento, pero os veo a todos los músicos hurgando mucho en las raíces.
Pues creo que sí. Bueno, yo siempre he estado idealizado mucho lo anterior y de dónde vengo, lo familiar. Pero supongo que el confinamiento fue un momento clave para reflexionar sobre un montón de recuerdos y plasmarlos de alguna manera. Por ejemplo: «Luciérnagas», hace una alusión directa a todos mis recuerdos de la infancia. La escribí por eso. En el confinamiento me vino un olor particular, como a pueblo, y entonces me llegaron un montón de recuerdos de los veranos, de cuando era pequeña y de mi madre, que siempre me decía «cómo huele a pueblo».
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La letra y la electrónica de esa canción camuflan un sonido bastante particular, que tiene un rollo como de folk.
Mi idea cuando escribí la canción, cuando la estaba pensando antes de empezar a producirla, que no tenía ni demo ni nada, era que las estrofas hicieran referencia al recuerdo, y que tuvieran como un toque… Yo lo relacionaba con «lo español de mi pueblo». Quería llevarlo a ese terreno y los estribillos iban hacia eso. Quería marcar la diferencia con lo otro, con esos espacios más electrónicos o más poperos o más de bucle, y que se diferencia bastante de las estrofas. La propuesta diferenciaba el dónde vengo y el a dónde voy.
Pensaba que lo de volver a las raíces es tan relativo… Es que cada uno tiene las suyas. Tú me has hablado de tu pueblo. ¿Cuáles son tus raíces?
Yo soy de Barakaldo, que es una ciudad pequeñita que está al lado de Bilbao. Pero toda mi familia es migrante. Todos mis abuelos son de Extremadura, menos una abuela que es de Melilla. El resto de mi familia es extremeña. Entonces y los momentos familiares de juntarnos todos, de vacaciones, de tener tiempo para disfrutar con la familia, casi siempre se han dado en una casa de pueblo muy pequeñita. En un pueblo también muy pequeño, en el que no había nada que hacer más que tomar el sol e ir a la huerta. Entonces, cuando te decía lo del olor que me traía todos esos recuerdos infantiles venían de ese sitio. Mi imaginario extremeño es muy diferente al que ya creado siendo más adolescente que es el de Barakaldo.
«Las canciones son diferentes. Sobre todo los arreglos son los que matizan las diferencias, pero en el fondo creo que tienen como una cosa en común. Los instrumentos que están haciendo todas las canciones son los mismos».
Los tres adelantos que hemos escuchado son muy, muy distintos, entre ellos. El nexo quizá seas tú, tu voz… ¿En qué medida sabemos o podemos intuir cuál será el sentido global del disco? ¿Es un disco de unidad o con varios registros?
Las canciones son diferentes. Sobre todo los arreglos son los que matizan las diferencias, pero en el fondo creo que tienen como una cosa en común. Los instrumentos que están haciendo todas las canciones son los mismos.
«Píxel negro» es más bailable y tiene un toque un poco más electro pop. Igualmente, los instrumentos con los que he grabado toda la canción han sido súper orgánicos. Ha sido guitarra, bajo, batería. Casi todo ha sido rítmico. Ese era el patrón que quería que siguiera todo el EP. Son los instrumentos que yo controlo, los que yo sé tocar y básicamente los que presento en directo.
Partiendo de eso, luego sí que cada canción ha ido en una dirección porque ha sido el juego del estudio. Nos metimos ahí y decíamos: «pues ahora me imagino esto». Pues vamos a hacerlo. El nexo del disco a nivel musical para mí es ese: todo parte del mismo sitio. Tenemos los mismos materiales y con esto vamos a jugar y que cada canción nos lleve al terreno que nos tenga que llevar.
«Bona nit» fue la primera que saqué porque quería que hiciera un poco de presentación de lo que se venía. En principio de «Bona nit» es un poco más tranquilo y esta más vacío: representa de dónde creía que venía. Es decir, era lo que venía haciendo. Hacia el final, empieza a crecerse. Tiene mucho acompañamiento y eso quería que fuera el anuncio de hacia dónde voy.
La canción que queda, que se titula «Qué quiero yo» es la más tranquilita de las cuatro que voy a sacar y es también la que tiene un sonido un poco más acústico.
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«¡Es muy divertido trabajar con Brian! No es cerrado, no te ponemos límites. Abrió mucho el juego: probamos muchas cosas, y tiramos la mayoría, pero de repente salían cosas muy interesantes. Tampoco las habíamos pensado y de repente decía: «pues me gusta más esto»».
Pues es que hablabas de «Bona nit», que viene más vacía, por así decirlo. Yo he pensado que partía de una canción acústica pura, y luego habías puesto los ingredientes. No sé cómo ha sido el proceso. Si tú le entregabas el sonido puro como maqueta y Brian Hunt y compañía hacían lo que les daba la gana…
No, ha sido todo bastante cerrado. Compongo siempre a guitarra y voz, porque la guitarra es el instrumento principal que toco y lo que sí que voy haciendo en casa son maquetas. Son como demos. Parto de esa base y luego voy uniendo cabos con otros instrumentos. Voy haciendo arreglos que suenan mal porque no tengo un estudio, pero vamos, que se ve por dónde van. Entonces cuando las canciones llegan al estudio, ya está todo bastante cuadrado.
Sabía cómo quería que sonaran y qué aportes quería que hubiera en cada parte. Lo que llevaba al estudio era el esqueleto de la canción. No era acústico, estaba ya bastante desarrollado. También tenía muchas referencias de a qué iba a sonar.
Te ponía antes el ejemplo de «Luciérnagas» porque me parecía bastante evidente. Quería distinguir las estrofas y distinguir los estribillos y ver referencias súper dispares, no para se quedaran tal cual ahí, sino para entender las diferencias de matices que quería conseguir.
Claro, yo tocando instrumentos llegaba hasta donde llegaba. En los arreglos de guitarra y bajo iba súper bien, pero a la que me metía en teclados, pues era bastante más limitado todo. Yo tengo la suerte de que Alex Moreno, que ha sido el que ha hecho las baterías y que lleva ya un tiempo tocando conmigo, me entiende muy bien. Mis anotaciones son grabaciones con mi voz diciendo pim pam pum. Y luego es verdad que en el estudio fueron saliendo muchas cosas casi sin querer, aportes de Brian, aportes de Alex, aportes míos.
En resumen que tenía la estructura inicial muy marcada y a partir de ahí íbamos probando cosas, en plan «pues parece que esto se me queda vacío y me sugiere esto». «Bueno, pues pruébalo». ¡Es muy divertido de trabajar con Brian! No es cerrado, no te ponemos límites. Abrió mucho el juego: probamos muchas cosas, y tiramos la mayoría, pero de repente salían cosas muy interesantes. Tampoco las habíamos pensado y de repente decía: «pues me gusta más esto».
En la primera escucha, «Bona nit» me pareció una canción muy personal, de despedida de alguien. Luego, en la segunda escucha entendí que quizás era más general, que era el final de un ciclo. Lo fácil es pensar en el COVID, claro… No sé si lo quieres explicar o que cada uno se monte su película…
Escribí «Bona nit» después de una ruptura amorosa de bastante tiempo. Y me pasa lo que a ti. En un primer momento quizá yo también pensaba que era una despedida personal, pero me di cuenta de que era más una despedida de un momento vital. Me di cuenta de que estaba preparada para entrar en otro momento. Entonces era despedirme de un ciclo que había tenido sus cosas buenas y sus cosas malas pero que me había llevado hasta ese punto. Y a partir de ahí, pues ya me sentía preparada para abrir la puerta a lo que viniera.
“Píxel negros” está en la Playlixt del número 100 de ExPERPENTO. Es la que nos llevó hasta ti. ¿Cómo te la has imaginado tú? Cuando yo la he escuchado, siempre me ha venido a la cabeza un bar muy lleno y gente bailando.
Más que imaginarme una localización, me imaginaba la excitación del momento. La canción entera es una declaración de amor. Entonces a mi me lleva a ese momento de excitación, de declararte… Necesitaba escucharla y que al menos, mi cuerpo se mueva. Me lleva a esa exaltación de cuando estás declarando un sentimiento y sientes como que te tiras a un vacío que no sabes muy bien dónde acaba. Entonces, estoy contenta, estoy excitada y estoy confusa. Tengo miedo. Es como ese barullo.
El final es de emoticono de corazones en los ojitos.
Sí, sí, sí.
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Fíjate que he estado pensando en cómo serán los comentarios de tus canciones en “Cachitos de hierro y cromo” dentro de 40 años. Porque son canciones que hablan mucho de este momento particular, tanto desde un punto de vista sonoro como argumental.
No tengo ni idea, la verdad. Creo que en realidad son canciones que temáticamente son bastante universales. Entonces creo que habrá gente que pensará: «¡Eh! Yo también me he sentido así. Me llega esa canción, empatizo con ella». Y habrá gente que pensará que qué tontería, ¿no? Aunque partan de un punto personal, son sentimientos muy universales y no pueden sonar muy raras.
El disco se llama Cuaderno de verano. No es tu primer disco, ¿no?
Bueno, grabé un disco hace cuatro o cinco años, pero más que un disco era una maqueta bien grabada. Aquello partió de querer registrar algo de lo que venía haciendo en directo. Por ese entonces, casi todos eran conciertos acústicos y creo que sí que hay bastante diferencia con esto que está saliendo ahora, que ya ha sido un EP grabado a propósito, con arreglos pensados y con una dirección hacia la que quiero ir musicalmente.
¿Y qué esperas que pase a partir de ahora?
Pues de este EP espero que me ayude a darme a conocer. Me gustaría hacer una pequeña gira y tener feedback suficiente para poder lanzarme a grabar un disco largo.
¿Y el disco largo existe? Quiero decir en tu cabeza. Ahora no se sabe, vaya, por eso te pregunto. A veces van saliendo singles durante años y al final se recopilan en un disco.
Sí, sí. Las canciones las tengo y el concepto del disco también lo tengo. Pero es que todo depende de cuando me meta realmente a grabarlo, porque si se dilata mucho en el tiempo, es probable que yo siga escribiendo yel concepto que tengo ahora en la cabeza, cambie y llegue a otro terreno que ahora no sé cual es. Pero supongo que todo depende de lo que tardemos.
¿Cómo van a ser los directos? ¿Es un concierto acústico con bases grabadas?, ¿con banda?
Pues hace unas semanas presentamos aquí en Madrid e hicimos el concierto con la banda completa. Intentamos ser muy fieles al EP, es decir, que se acercara mucho a nivel sonoro. Y este es el formato con el que me gustaría tocar siempre, pero también es verdad que cuesta. Está esa propuesta sobre la mesa y estoy segura de que en algún momento cuajará. Desde finales de enero, febrero, marzo y que todavía no hemos anunciado fechas, vamos a presentar el EP en un formato más reducido, con arreglos y efectos de guitarra, con acompañamiento del bajo… Igual grabamos alguna base, pero será lo mínimo. Tendrán un sonido bastante diferente al del disco. O sea, la idea no es hacerlo en acústico, es hacerlo con arreglos eléctricos.