Texto de Reyes Muñoz
Fotografías cortesía de Lyon Tourism and Conventions
Imagen de cabecera: Les Berges du Rhône. Autor: Muriel Chaulet
Lyon es una de las ciudades más hermosas de Europa. Declarada Patrimonio Histórico, Cultural y Artístico de la Humanidad, al suroeste del país, está más cerca de Suiza que de la capital de Francia. Tras París, es la ciudad más grande del país vecino. Sin embargo, conviene decir que su población no llega al medio millón de habitantes. Por tanto, es una ciudad asequible: la sensación es que hay mucho para ver, pero que bien gestionado el tiempo, lo podemos hacer sin agobios y en profundidad.
En este viaje iremos de la mano de Santiago Esbert. Él es un estudiante español que por segundo año consecutivo a elegido pasar allí su verano, de la mano del Institut français de España en Madrid: «La experiencia que tuve en Lyon fue rozando lo excelente. Aunque conocí a españoles y me junté con ellos, el nivel de francés con el que volví no se parecía ni de lejos al nivel con el que empecé el verano. Me lo pasé tan bien y lo aproveché tanto que repetiré plan este verano. Pensé en ir a Burdeos, también con ellos, pero después de darle más vueltas decidí repetir Lyon». Las estancias no solo nos dan la oportunidad de conocer una ciudad en su cara más turística, también sirven para profundizar en la cultura y convertirnos durante un tiempo en auténticos vecinos. Aunque con el Institut existe la posibilidad de ir a una residencia, la opción más económica es la de la familia. En el caso de Santiago fue todo un acierto: «Es un señor, ya algo mayor. Sus hijos ya se han ido casa. Encajé a la perfección. Hemos seguido en contacto durante todo el año a través de correos y de Facebook así que estamos contentos por volver a encontrarnos».
Pasaje Croix Rousse. Autor: Brice Robert
Solucionada la estancia, y en el caso de Santiago, solventada la inquietud por aprender un idioma, nos disponemos a visitar la ciudad. Lyon se enmarca entre los ríos Saona y Ródano. Una regla no escrita nos dice que las ciudades fluviales tienen un encanto especial. Los ríos han sido durante siglos un medio de transporte natural, y por tanto en sus lechos han crecido ciudades vivas. Lyon no es la excepción y guarda vestigios de sus más de dos mil años de historia. «Es obligado subir a la colina de Fourvière –nos dice Santiago–. En la lanzadera subimos en un momento pero vale la pena hacer el trayecto andando por la cantidad de callejuelas que te vas encontrando. Arriba se encuentra la Catedral de Notre Dame de Fourvière, con una arquitectura bastante curiosa. Vale la pena la vista, sobre todo al atardecer o al amanecer. Además, en la subida o la bajada puedes pasar por los anfiteatros romanos, bastante bien conservados».
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Les Berges du Rhône. Autor: Brice Robert Estancias lingüísticas con el Institut français de España en Madrid
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En múltiples guías podemos leer que en Lyon conviven en armonía el esplendor del pasado y la modernidad. «Os tenéis que perder en la madeja de calles y callejones que alberga el viejo Lyon, al pie de la colina. Siempre con gente y siempre con buen ambiente, es buen sitio para comer en los típicos Bouchons Lyonnaises o para tomar unas cervezas por la noche en todos los pubs que hay a la orilla del río. Encontramos las tiendas con más encanto de Lyon y el Museo de las Miniaturas, muy curioso desde el momento en el que nos ponemos delante de su entrada en la calle principal». Su contraste está en el centro de Lyon, que es la zona más turística. «Entre la Place Bellecour y la Place des Terreaux se concentran las tiendas más actuales y el resto de pubs y sitios en los que tomar algo por la noche. La Place Bellecour es la plaza peatonal más grande de Europa. Es solo un dato: en verano, vista una vez, la evitarás. Es quizás el lugar donde más pega el sol y no hay una sombra. En la Place des Terreaux, están el Ayuntamiento y el museo de Bellas Artes de Lyon. Tiene muchas terrazas. Puedes sentarte a comer o tomar un café, pero allí a precios de de turista». También está la Casa de la Ópera, una bellísima construcción de más de trescientos años con una enorme cúpula de cristal.
Ópera de Lyon – Place Louis Pradel. Autor: Franchelle Stofleth
Antes hablábamos de ascender por la colina de Fourvière para obtener una buena vista. Otra espectacular es la que conseguiremos perdiéndonos por el barrio de la Croix Rousse «está en la otra colina de Lyon. Obtenemos otra vista general desde un punto de vista diferente. Se ven los dos ríos, Fourvière y los edificios más importantes. El barrio es muy característico de Lyon. Hay pasadizos que recorren patios interiores de casas y en los que te metes para aparecer varias manzanas más allá».
Ya os habréis dado cuenta que los ríos y colinas marcan la diferencia. Y volvemos a la orilla del Ródano para pasar una bonita tarde. Allí, según Santiago, se junta todo tipo de gente: «Músicos con guitarras y otros instrumentos, artistas con todo tipo de pasiones. Por las noches se llena de gente joven. Allí están las discotecas más famosas de Lyon en verano que son los propios barcos atracados en el Ródano».
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Mercado de la Croix- Rousse. Autor: Brice Robert Gastronomía lionesa |
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No terminamos este reportaje sin hablar de otro de los espacios más interesantes de Lyon: «El parque de la Tête d”Or, con el enorme lago y el pequeño zoo en su interior, se sitúa a un paseíllo a pie del centro. Es un muy buen sitio para ir a pasar una tarde o incluso a comer con amigos. El lago suaviza las temperaturas, que el verano pasado fueron bastante altas. Está cuidado al milímetro y tiene zonas realmente bonitas».
Más información en http://www.es.lyon-france.com/
Lee este reportaje en la versión on-line del ExPERPENTO de verano de 2013: