Escrito por Johari GAUTIER CARMONA
No hay nada peor que el aburrimiento. Es una realidad que la película Noche Loca evoca a través de la historia de una pareja aburrida, cansada por la rutina y sometida a la ley de unos niños traviesos que no dudan en despertarles a las cinco de la mañana, con brincos y disparates en la cama.
De no actuar a tiempo, la vida de un matrimonio puede llegar a ser la perfecta imagen de la apatía y la resignación. Una prueba de ello es la dificultad que tiene la pareja para planificar unas salidas muy a menudo sin sorpresas y la tendencia a organizar encuentros ridículos entre amistades para comentar lecturas tan malas como el libro de una chica que tiene su primera menstruación en el desierto.
Con todo esto, el aburrimiento es inevitable y, queriendo romper el círculo vicioso en el que han caído inconscientemente, los casados organizan una salida a cenar en el centro de Manhattan que les llevará a los más inesperados sucesos. La persecución de unos matones es uno de ellos pero también se incluye carreras con taxis, enfrentamientos con policías corruptos, negociaciones con agentes secretos, prostitución y bailes eróticos. Una película entretenida que, además, tiene una moraleja: «Nunca te hagas pasar por otro en un restaurante»