Quinquis de los ochenta: cine, calle y prensa


La Casa Encendida. Madrid. 08/07-29/08

Texto de Sandra SÁNCHEZ BASAÑAGA

Nos situamos a finales de los 70 y principios de los 80. Las ciudades crecen a un ritmo imposible. Surgen barrios periféricos sin servicios básicos. La heroína es una pandemia. Los recreativos son el centro de reunión de una juventud víctima de la crisis y el paro.

La edad escolar acaba a los 14 años y a los 16 comienza la penal. En este caldo de cultivo germina la figura del quinqui: un delincuente callejero cuya vida es pura tragedia: crimen, droga, cárcel, fuga y muerte.

La elite cultural de la época quiere reflejar el cambio: las transformaciones urbanísticas, sociales, políticas y económicas. Encuentra en el quinqui una figura de la que nutrirse: es ahora protagonista en la música, en el cine, en la literatura y en la prensa. El Vaquilla o El Jaro se convierten en héroes de la marginalidad y asombran al resto de la sociedad: el quinqui se ha convertido en icono.

Quinquis de los ochenta es una exposición que a través de recortes de prensa, vinilos, fotogramas y comics indaga en el surgimiento del este delincuente callejero y su conversión en mito. Navajeros de Eloy de la Iglesia o Perros callejeros de José Antonio de la Loma son sólo dos de las más de 30 películas protagonizadas por quinquis. El cine y la prensa se retroalimentan. La sociedad –en su sentido más amplio– queda obnubilada: el quinqui es estrella y estrellado. Y así como en 1979 nace como personaje, a partir de 1985 deja de interesar, aunque tanto en las hemerotecas como en la memoria colectiva siga vivo.

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