Texto de Fernando Torres Valentí
Indie de altas miras. Conor J. O’Brien, el alma y la mente de Villagers al haberlos creado allá por 2008, se desmarca con este álbum de lo insustancial y de lo predecible, vislumbramos el esfuerzo en el estudio tras los once cortes.
El disco guarda una cohesión, sobre todo la voz de Conor, pero cada tema presenta una nota de distinción con el resto y nos aporta algo interesante. Hay una riqueza instrumental que es uno de los mayores atractivos en detrimento de la voz del cantante, que aunque es la protagonista principal de algunos temas, quizás estos sean los menos elaborados. Lo que no quiere decir en ningún caso desechable, ya que los que gusten de ello los verán igualmente sugestivos, como en “My Lighthouse”. Tenemos ganas de verlos en directo, es un poco de aire fresco en el género y siempre hay que aplaudir a quien intente sacar un disco elaborado en los tiempos de Paquirrin Dj.
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