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Texto de María Herrero González
Fotografías (c) cortesía del Ayuntamiento de Villaherreros, excepto foto de Avutarda (c) de Nicolás Rebanal
Un pueblo de Castilla. Una calle vacía. Una pared en blanco.
Espera, ¿una pared en blanco? Villaherreros es un municipio de la provincia de Palencia, ubicado en la comarca de Tierra de Campos, que ha convertido sus calles en una gran galería de arte urbano (aunque en este caso no podía ser más rural). Así que cada vez son menos las paredes vacías que se pueden encontrar paseando por sus calles.
En el año 2016 comenzó un proyecto dirigido entre la Asociación Juvenil Sin Fronteras y el Ayuntamiento de Villaherreros con el objetivo de llenar de colores los muros del municipio. Algunos más representativos, como la fachada de un local de ocio o el frontón municipal, y otros que ahora forman parte de un lugar de descanso o de un atractivo más de esta localidad terracampina. Desde ese momento, varios artistas urbanos de diferentes puntos de España han pasado por Villaherreros para plasmar sus formas y colores en una galería de arte al aire libre.
Un itinerario entre colores
Para disfrutar de ellos, podemos comenzar un paseo, un paseo como el que da una vecina para ir hacia la ermita de Nuestra Señora de Vallarna una tarde de verano; u otra persona toma para acudir a la llamada del panadero.
Nos situamos en la Panera de la Hermandad, un local utilizado para la realización de diferentes eventos festivos. El artista sevillano Zësar Bahamonte fue la primera persona que se acercó a pintar a Villaherreros; a disfrutar de un lienzo en blanco y de la hospitalidad de los vecinos. Su resultado: Charanga, un mural en tonos azules que evoca a estos grupos de música que tanto alegran las fiestas de verano en los pueblos.
Murales de la Plazuela de la Botica y «Avutarda» de Joaquín Vila
Continuando con la visita y tras pasar por la iglesia de San Román, templo gótico del siglo XIV con portada románica del siglo XII, se llega a uno de los murales más significativos de Villaherreros, La avutarda, porque recibe siempre a vecindario y visitantes junto a la plaza Mayor del pueblo. Esta obra fue pintada por Joaquín Vila en junio del 2017, cuando el artista madrileño pasó unos días conociendo el pueblo y sus gentes para terminar dejando a este ave plasmado junto a las bodegas de San Pedro, el patrimonio más importante y especial para los villaherrerenses. Joaquín Vila volvió un año después para estampar un segundo trabajo en este municipio, esta vez en la plazuela de la Botica. Se trata de un mural que recoge elementos de la cultura tradicional de la zona: los animales domésticos, las aves y, también, el arte del ganchillo.
«Los girasoles» de Escapart Studio
En este paseo por Villaherreros encontraremos mucha flora, además de fauna. Si avanzamos desde la plazuela de la Botica por la calle Central, nos sorprenderán Los girasoles de Escapart Studio, que llegaron desde Bilbao. Estas plantas están en el lateral de una casa particular, pero son tan imponentes que ya se han convertido en una decoración fundamental de esta parte del pueblo. Para admirar más arte relacionado con la naturaleza, caminaremos hasta la Laguna Pintada, un sitio de descanso que cuenta con un aviario. Aquí, entre otros, viven tres pavos reales y los colores característicos de sus plumas inspiraron un mural elaborado por la Asociación Juvenil Sin Fronteras en el verano de 2018.
A la vuelta de la Laguna Pintada encontramos el parque del Hermanamiento, un lugar que representa la unión de Villaherreros con otros ocho pueblos de su comunidad autónoma –uno por provincia– bajo la asociación Comunidad Viva Castilla y León que, entre otras cosas, organiza encuentros entre los nueve municipios para conocerse y aprender sobre sus tradiciones y características especiales. Aquí encontramos La transformación de Decoma, un artista salmantino que pasó por Villaherreros en septiembre de 2019. Este mural formará parte de un conjunto de obras artísticas relacionada con la metamorfosis de las mariposas que se están pintando en todos los pueblos hermanados.
«La transformación» de Decoma en la Plaza del Hermanamiento
La participación de la Asociación Juvenil
Volviendo a la plaza y a punto de terminar nuestro paseo, nos encontramos con Villaherreros te vigila. Esta, sin duda, se ha convertido en una de las obras más fotografiadas de este pequeño municipio, debido a los colores y formas que recuerdan al madrileño barrio de Malasaña y que lo hacen instagrameable, y, también, a su ubicación entre unas paredes de adobe. Fueron aquí las chicas de la Asociación Juvenil Sin Fronteras, las que se lanzaron a pintarlo el verano del pasado año.
«Villaherreros te vigila», de las chicas de la Asociación Juvenil Sin Fronteras
La Asociación Juvenil lidera muchas de las iniciativas que se llevan a cabo en Villaherreros. Varias de ellas relacionadas con el medio ambiente, la cultura tradicional o las festividades de la localidad –San Pedro, el 29 de junio y San Román, el 18 de noviembre, entre otras– además de la elaboración de pequeñas intervenciones artísticas. La última de ellas se encuentra en la calle de La Fuente. «Crecimos mientras el trigo bailaba con los vencejos» es una frase del joven palentino Diego Mozo (Triticum in aere en redes sociales). La escribió hace un tiempo y la Asociación, junto a los niños y niñas del municipio, la plasmaron en una pared al más puro estilo Acción Poética durante la celebración de la Semana Cultural en agosto.
Frase de Diego Mozo (Triticum in aere) representada por niñas y niños de Villaherreros
Porque las palabras que representan la tierra castellana son igual de atractivas que los colores o las formas, que los dibujos o las grandes representaciones artísticas. Así, Miguel Delibes también está presente en la galería de arte en la que se ha convertido Villaherreros. Una pequeña nave ubicada al inicio del camino a las bodegas de San Pedro, antes mencionadas, se ha convertido este verano en una panorámica del campo castellano gracias a los artistas palentinos de El Chorro Arts. Ellos han plasmado los colores amarillos y ocres del campo en verano y su gran cielo azul unido a una frase escrita por el escritor vallisoletano: «Si el cielo de Castilla es alto, es porque lo habrán levantado los campesinos de tanto mirarlo».
Así, aquí, termina el paseo a pie por esta gran exposición entre las calles de un pueblo castellano. Si queréis un poco de vino en las bodegas tendréis que caminar casi un kilómetro y no dudamos que seréis bien recibidos. Pero ahí encontraréis otro tipo de arte. Las obras de pintura se han sumado al resto de cualidades que tiene Villaherreros, un lugar importante para los vecinos y vecinas que ahora quiere convertirse en un atractivo especial en Tierra de Campos gracias a todas las creaciones artísticas que se exhiben en sus calles.
Ya nos vamos…
Nos montamos en el coche para coger la autovía y volver a casa pero… un momento: una cerilla, un anzuelo, un martillo… ¡más murales! Los enormes objetos útiles-inútiles que se pueden ver desde la A-231 fueron pintados por Ampparito en 2016. El artista madrileño que «obliga a mirar dos veces» representó tres curiosos elementos para recibir, despedir y acompañar a todo el que viaje por esta autovía autonómica y pase por Villaherreros.
Murales de Ampparito Carretera A-231
Este pueblo es un lugar para volver. Quién sabe, quizá en la próxima visita se alargue el paseo y podamos seguir disfrutando del mejor arte rural.
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