La gira de Soul Teller que salvará el planeta


Entrevista de Reyes Muñoz
Fotografía cortesía de Yo soy comunicación

ExVITA de Soul Teller: https://experpento.com/soul-teller-en-exvita/

Soul Teller, junto a sus compañeros Lorenzo Moya (piano) y Juaki Hidalgo (cajón flamenco), improvisó un concierto en la redacción de ExPERPENTO, en el Espacio ExVITA, que nos dejó pasmados. Hacía muchos años que los tres músicos no se veían. La sesión quedará en nuestras memorias como uno de esos momentos épicos en los que no solo te alegras de estar viva, sino que le ves el sentido a todo. Emoción, música y alma en estado puro. Lo podréis vivir en primera persona en la gira de diez conciertos que comienza el 10 de julio en Calatayud y termina en Madrid el 3 de septiembre.

Soul Teller se llama Miguel Ángel Julián y en los noventa lideró The Cool Jerks, una de las bandas pioneras en la música soul con sello español. Hace unos unos años se fue a Londres a hacer música a lo bestia, cruzando el charco si era necesario, para aprender de los más grandes. Y fue así cómo se convirtió en el único español que ha grabado con un mito, Willie Mitchell, y con su hijo Lawrence Boo Mitchell.

Ha compartido tablas con artistas como Percy Sledge, Bonnie Tyler, Dr. John, Paul Carrack o Solomon Burke. Y es muy grande. Y muy pequeño en comparación con su música, que es descomunal. Él sostiene que cuando el arte te toca, no precisa de explicación, así que os animo a leer la entrevista y sobre todo, a que no os lo perdáis en vivo. Es Soul Teller y ya es leyenda.

La gira de Soul Teller

Tras agotar entradas el sábado pasado, Soul Teller repite en Madrid Río (Mentidero) este sábado, 23 de septiembre.

Es la última oportunidad para ver a este artista español que con su soul y su rock y su verdad, ha llegado a lo más alto en los escenarios internacionales, que ha compartido con artistas como Bonnie Tyler, o Paul Carrack.
Prueba de su poderío es que es el único artista español que ha grabado en Memphis (USA) con el mítico Willie Mitchell (el productor de Aretha Franklin y Joe Cocker) y con el hijo, Boo Mirchell, que, para que os hagáis a una idea, es el descubridor de Bruno Mars.
Nosotros lo tuvimos en #ExVITA y nos superó en todos los sentidos. Hasta las cámaras se empañaron en uno de los momentos más míticos de esta pequeña revista. Así que ya estáis llenando, de nuevo, El Mentidero. Viviréis una de las experiencias musicales más brutales de vuestra vida. Nosotros estuvimos el fin de semana pasado y solo podemos gritar «who is there for you!!!!»

¿Cómo se llega a estar cerca de Willie Mitchell?

Pues una gran parte de eso es gracias a las oficinas. Uno tiene una ilusión y al final se hace realidad con mucho trabajo. Y no sé si importa cómo se desarrollaron las cosas si al final se abren las puertas. Yo le di una maqueta a mi mánager en Londres y él se la envió a Willie Mitchell. No me hice ilusiones, yo sabía que era un hueso difícil de roer y que sobre todo, le tenía que gustar la música. Pero también sabía que si le gustaba mi música, iba a decir que sí. Y eso fue lo que ocurrió. A este hombre le gustó mi material y para mí fue un gran honor. ¡Estamos hablando de Willie Mitchell! ¡El descubridor de Al Green! ¡Es un hombre que ha trabajado con Aretha Franklin, con Joe Cocker, con Rod Stewart… ¡Que llegó a trabajar con Elvis!
Yo soñé una vez que trabajaba con Willie Mitchell. ¡Y ocurrió! Llegué allí y como que nos conocíamos de toda la vida.

¿Le preguntaste si él había soñado que trabajaba contigo?

Jajajaja ¿Te imaginas?

¿Y cómo fue el trabajo con su hijo?

Nos conocimos allí padre, hijo y espíritu santo. Al principio, el que llevaba toda la historia, los estudios, era el padre. Y cuando falleció, el hijo, Lawrence Boo Mitchel, cogió el testigo. Lo pillé en el momento en el que había dado un pelotazo con Bruno Mars y el “Updown funk”. El productor de ese tema había sido Mark Ronson, pero el que realmente había estado allí grabando, en los estudios de Memphis, había sido Lawrence Boo Mitchel. Entonces, me dijo “vente para acá a grabar que está esto calentito para que lo tuyo coja nombre”. Y para allá que me fui.

¿Es muy distinto el trabajo en Estados Unidos y en España?

No. Y eso es algo que quiero que se escuche alto y claro. Aquí he trabajado con el productor Kike Izaguirre.  Aquí tenemos muy buenos estudios, muy buenos técnicos,  y muy buenos músicos. No debemos pensar que somos menos que nadie. Yo he visto a gente tocando la armónica en Estados Unidos y no son peores, pero tampoco son mejores que mi amigo Juaki Hidalgo. Y no lo digo porque allí sean malos, lo digo porque Juaki Hidalgo es muy bueno. Aquello es la cuna del blues y el soul y nosotros bebemos de otras fuentes, lo tenemos más difícil y sin embargo, tenemos músicos como Juaki. Mi suerte es que, a mí, tanto Willie Mitchell como Lawrence Boo Mitchel me han dado la venia. Y si lo piensas, nosotros en esto somos como japoneses tocando la guitarra flamenca. Y seguro que hay japoneses que tocan la guitarra flamenca muy bien. ¡Pues bienvenidos!
No hay diferencias sustanciales entre el trabajo aquí y allí. Sí que puede haberlas con la lengua, sí que puede haber un choque cultural. Pero repito, no les tenemos nada que envidiar.

¿Y por qué suena tan distinto? Tu música suena a aquello. Tiene que haber un motivo.

El sonido es distinto porque si tú grabas en España soul, tienes que encontrar a alguien que haya bebido del soul y lo flipe con el soul. Y que quiera grabar con un órgano Hammond B3, con una consola analógica, en cinta… Tienes que encontrar a quien te diga: graba todo a la vez, graba con calor… y que sepa lo que estamos haciendo.
Hay mucha gente que te puede decir: sí, yo te hago la maqueta de eso e imito el sonido motown, y hacemos que suene un poco a Aretha Franklin… y ya está. ¡Y eso no es así!
Si preguntas aquí, “¿conoces a James Carr?” y te dicen: “¿cómo?” y respondes, “el de ‘The dark on the street” y te responden, “ya sé” y dices: “pues quiero ese sonido, con el trémolo ese”… Allí esta conversación no existiría. No tienes que explicar nada. Y aquí tampoco si das con gente sibarita, que sabe de todo eso. ¡Esa gente existe!

«Es indispensable que los músicos nos sintamos músicos en nuestro país, y no que tengamos que irnos fuera para que algunas cosas sucedan dentro de España»

¿Por qué te vas de España? Aquí eres uno de los que iniciaron el camino del soul y sin embargo, te fuiste a Londres.

Pues repito eso de que España no tiene nada que envidiar a nadie. España es un país maravilloso para vivir, lo ves cuando te vas. Pero en España deberían cambiar algunos parámetros estructurales, en el negocio de la música, en la mentalidad de quienes lo controlan. Es necesario que se olviden clichés, que dejen que los músicos fluyan. Es indispensable que los músicos nos sintamos músicos en nuestro país, y no que tengamos que irnos fuera para que algunas cosas sucedan dentro de España. Hablamos orgullosos de los “gasoles”, de los “nadales”… eso no ocurría hace demasiado tiempo. Pues debería ocurrir lo mismo con la música.
En Inglaterra eso es algo que tienen clarísimo. Dicen: “Rod Stewart es un artista internacional, pues este concierto se hace en Londres para que vengan aquí personas de todo el mundo”. Entienden que eso es cultura, pero también que es economía, que es turismo, que son divisas.

O sea, que te marchaste porque aquí encontraste un techo…

Sí. Hay un techo en el soul. Por ejemplo, no me querían dejar cantar en inglés, y llegué a Memphis y Willie Mitchell me preguntó por qué no podía cantar en inglés. También me dijo que de España solo conocía a Julio Iglesias, y pensé: “pues sí que vamos retrasados”. Me fui a Londres. Hay que acabar con lo de que uno aquí no pueda ser profeta en su tierra.

«Hay que probar cosas, hay que mezclar sin miedo a no hacer un sonido puro»

Antes me hablabas de un hammond y cintas abiertas… Aquí has venido con Lorenzo Moya y un piano y nada menos que con Juaki Hidalgo y un cajón flamenco…

¿Y por qué no voy a traer un cajón flamenco? Yo creo que con el cajón flamenco le damos un punto, y además, Juaki lleva el tempo de lujo. No hay que tener complejos. Aquí pensamos: si meto un cajón, igual pierde la esencia. Estamos muy equivocados. Yo he visto allí que metían el cajón flamenco. Hay que probar cosas, hay que mezclar sin miedo a no hacer un sonido puro. Y tampoco hay que ser negro para cantar soul. Dicen: “Es que si no eres del delta, no puedes tocar la armónica” Y Juaki toca la armónica. ¡Son tonterías! La música es universal, la música es el pegamento de las mentes.
Entre todos los que estamos metidos en la música, incluidos los medios de comunicación, debemos dejar de ponernos zancadillas. “Es que esto no es soul”, “es que esto no es jazz”… Los estereotipos, las etiquetas, limitan. Esa es mi opinión.

Fíjate que yo también peco de buscar etiqueta para todo. Por ejemplo, cuando Azucena (Yo soy comunicación), me pasó el “Be bah bah”, le dije que era funk. Tu vienes con el género en el nombre, Soul Teller…

Es funk, es rock… es música. No hay que tener complejos. Los complejos son propios de la gente que no llega, que no tiene ideas… que es verdad que todos pasamos por eso alguna vez. Y precisamente, ahora, estamos en un momento en el que o el ser humano deja de ponerse zancadillas o no vamos a ninguna parte. Cuando yo he llamado al disco “Save the planet”, no me refería a salvar el planeta solamente de las catástrofes climáticas. Por eso le estoy pidiendo a todo el mundo que vea el vídeo, y lo vea hasta el final. Mi mensaje es “salvemos el planeta desde nuestra mente” y no tiene nada que ver con nada religioso, ni de yoga, ni de nada de eso. Lo que digo es “hagámonos uno y salvemos el planeta”.

«Me gustaría, por ejemplo, que los más jóvenes bebieran de las verdaderas fuentes. Si su artista favorito dice que su referencia es Otis Redding, me gustaría que escucharan a Otis Redding»

Hay una peli francesa que se llama Janis y John que va de eso. Uno quiere sacarle el dinero a otro diciéndole que John Lennon y Janis Joplin han resucitado para hacer la canción que salvará a la humanidad…

¡Eso está muy bien planteado como un titular! Pero esa no es mi misión. (Risas). No tengo como objetivo vital hacer una canción que salve el mundo. Pero sí que quiero concienciar. Me pregunto, ¿qué es lo que les dejamos a nuestros hijos?
Me gustaría, por ejemplo, que los más jóvenes bebieran de las verdaderas fuentes. Si su artista favorito dice que su referencia es Otis Redding, me gustaría que escucharan a Otis Redding. Pero me parece que pasa como en el juego ese del teléfono, en el que en una ristra de cien personas se dicen algo y cuando la última persona dice lo que ha escuchado, no tiene nada que ver con lo que dijo el primero. Pasa en la música. Escuchan a artistas actuales que dicen que su referencia es Mariah Carey o Amy Winehouse. Que escuchen a Mariah Carey y Amy Whinehouse, que vayan a la fuente del sonido. Y si descubren que las referencias de Amy Winehouse están en Aretha Franklin, que escuchen a Aretha Franklin. Me gustaría que la gente joven tratara de ir hacia atrás siempre, que intentaran abrir la mente. De esa mezcla entre lo actual y las fuentes, les saldría un cóctel maravilloso. Que hay gente muy joven que sí lo hace.

Hace unos días hablaba de esto, precisamente, con Alfredo Moreno, de Carmen 113 y con su jefe de prensa, que es David Maldonado. Me explicaban que como no hay discos, la gente joven escucha de forma aleatoria. Y están saliendo discos muy atrevidos, sin complejos…

¡A mí eso también me parece maravilloso! Pero lo que sería mejor es que lo hicieran con muchos más ingredientes y de mucha calidad. La paella se puede hacer con distintos ingredientes y algunos saben mejor. Lo que yo digo es que no se conformen, que vayan a la fuente de la que beben los artistas que escuchan . ¡Que descubran la historia que hay detrás de eso que escuchan! Que aprendan todos esos valores y que luego, en su música, metan lo que les dé la gana.

«Yo no sabía qué voz tenía, tampoco sabía lo que era tener oído… Pero sabía que quería dedicarme a la música»

¿Hasta qué punto tu voz ha influido en tu música? Es decir, ¿tu voz te llevó al soul o te gustaba una determinada música y descubriste que la voz te daba para hacerlo?

Es una pregunta muy bonita que nunca me habían hecho. A mí me gustaba la música. Yo no sabía nada de música, pero quería ser saxofonista. Yo no sabía qué voz tenía, tampoco sabía lo que era tener oído… Pero sabía que quería dedicarme a la música.
Sin ánimo de alardear, luego descubrí que tenía unos dones. Y pensé: “qué bien, así puedo ir más rápido. Si puedo cantar, no tengo que pegarme la paliza de aprender a tocar el saxo. La voz está incorporada y me ahorro el dinero de comprar un saxofón”.
Más allá de eso, lo más importante es la ilusión. Todos tenemos un tiempo aquí.

El soul tiene un par de «problemas» desde mi punto de vista. Uno es que vas a conciertos y es algo muy emocionante, algo tan emocionante que casi no se puede enlatar. Compras el disco y no traspasa…

Eso puede ser por la falta de presupuesto. Yo sí que creo que se pueden hacer discos muy buenos, pero claro, el calor del directo es distinto.

Otro es que, a veces, vas a los conciertos y escuchas voces increíbles, pero que no llegan, no emocionan… Son un gorgorito, como si el buen hacer matara la emoción. Nunca he sabido por qué pasa eso. Eso no pasa contigo.

Yo sí que sé por qué pasa eso y te lo voy a explicar. Y no voy a criticar a nadie. Lo que faltan son buenas canciones. Mañana puedo decir: “hago un disco de diez canciones”. Lo hago y no es un buen disco. Si tienes el privilegio de hacer un disco, tú tienes que poner ahí lo mejor de lo mejor. Y además, tienes que creer en ello, en que es lo mejor de lo mejor. Soul no solo es cantar bien. No es un género, ni es Memphis, ni es el Motown. Soul no es que te sepas todas las fechas importantes. Willie Mitchel decía “less is more”, “menos es más”. Tienes que sentirlo. Soul no es ser un negro que canta como James Brown.
Es fácil. Te dicen: “hay un artista nuevo que es fenomenal”. El mensaje te llega por otro lado: “las pinturas de este artista son únicas”. Y te convencen. Vas a la exposición y encuentras un cuadro. Hay un punto y un huevo frito muy bien pintado. Y piensas: “no me emociona”. El arte no se explica. El arte te llega. Lo mismo ocurre con el soul. El soul, como dice la palabra, te toca el alma, en todos los sentidos.

Antes hablábamos de la cosa medioambiental, yo soy de las personas que piensan que todo lo que pasa tiene su fundamento ahí. La pandemia es algo medioambiental… por ejemplo. Y a mí, en confinamiento, la música me ha salvado. ¿Qué es para ti la música?

La música para mí, te lo decía antes, es la unidad. Es uno de los granitos que hacen la arena de la playa, que se pega que no veas. La música funciona hasta con los perros. Si están dos perros peleándose, pones música y se paran como diciendo: “qué es eso”. La música calma al león que llevamos dentro. Estás en un concierto de los Rolling Stones y cuando empieza, todo el mundo dice “ahhhh”, como una sola persona. Para mí lo más bonito de un concierto es cuando empieza el show.
La música es el pegamento. Siempre he pensado que somos uno. No que todos seamos iguales, que también, lo que digo es que creo que todos que somos uno. La música es una de las pocas cosas que nos hacen uno. Por eso es tan importante que dejemos de ponernos zancadillas. Creo que si criticas algo, esa crítica vuelve hacia ti como un boomerang. Una cabeza sin críticas es una cabeza que se ilumina. Y cuando uno se ilumina, el de al lado también se enciende. Y el de al lado también. Hasta que se enciende todo, y actúa como una unidad.
Lo que yo vivo, tú lo vives. Tus miserias son mis miserias. Lo hemos visto ahora y ¡de qué manera! Todos hemos vivido lo mismo y al final, lo que nos ha salvado cuando estábamos tirados en casa, muertos del asco, ha sido la cultura, las películas, los libros y la música. ¿No lo necesitábamos entonces? Y no, no se cuida.
Soul Teller es eso. Cuando yo hice la canción con dieciséis años, no sabía qué quería decir, qué era eso de “el que cuenta historias del alma”. Ahora, unos cuantos años después, entiendo mejor lo que quería decir entonces.

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