Entrevista con Miss Caffeina: «Detroit»


Entrevista de Reyes Muñoz
Fotografía de Guille Sola (c)

En la nueva ola musical, Miss Caffeina tiene la gran baza de sonar a Miss Caffeina. Suenan en Radio 3 y en Los 40, van a festivales independientes y abarrotan salas. No son indies y no son mainstream. Han destilado un sonido propio sin renegar de influencias. Se han dado cuenta de que en esa sinceridad reside eso de ‘ser auténticos’. Hablamos con Alberto Rodríguez y con Sergio Sastre y nos vamos con el regustillo de haber dado con la simiente de algo mítico.

Es dar al play y saber que sonáis vosotros. ¿Sois conscientes de una esencia o es algo que surge, sin más?

Sergio. Creo que es la melodía y la voz. La melodía es quizás lo que evoluciona más despacio dentro de un grupo, porque tiene mucho que ver con lo que has escuchado siempre. Yo he estado investigando, incluso me dio por los clásicos para ver cómo construían ellos la música y evitar que me salieran las canciones de manera automática. Pero al final la melodía es el ancla, forja la identidad de un grupo.

Alberto. También la esencia está marcada por un lenguaje. Tenemos un lenguaje muy propio y compartido. Sergio y yo nos mimetizamos en la forma de escribir, hay simbologías que están siempre en los discos: el universo, el agua…

¿Qué sonidos os han acompañado siempre y cuáles exclusivamente en Detroit?

Sergio. Cada uno tiene su acerbo. Alberto es el más pop, quizás Álvaro y yo veníamos más de una zona del rock de los setenta y los ochenta… Álvaro ahora está más interesado por el jazz, yo escucho desde música clásica hasta Beyoncé… Max Dingel, el productor, nos pasó música para que nos fijáramos en determinadas cosas, grupos de su adolescencia…

“Es como si en el proceso de hacernos adultos hubiéramos descubierto que sí, que la vida es un río de mierda, pero en lugar de dejarnos llevar por eso, nos hacemos a la idea y seguimos adelante”

De polvo y flores era más oscuro que Detroit en sonido y mucho más oscuro en letras…

Alberto. El disco anterior lo hicimos como el adolescente que escucha una canción para llorar, se deja llevar. En este disco quizás hay un reconocimiento de nuestra responsabilidad y de nuestra capacidad para encontrar una salida con más luz.

Sergio. Es como si en el proceso de hacernos adultos hubiéramos descubierto que sí, que la vida es un río de mierda, pero en lugar de dejarnos llevar por eso, nos hacemos a la idea y seguimos adelante. La vida es así para todos, será así siempre.

De polvo y flores fue, según la crítica, el disco de la consolidación. ¿En qué momento os sitúa Detroit?

Alberto. Sinceramente creo que Detroit es nuestro disco de confirmación. La sensación es que de una forma más rápida, mucha gente lo ha escuchado y ha decidido que les gusta. Pero quizás sin De polvo y flores esto no hubiera sucedido. Nos puso en un sitio, nos confirmó en la escena indie.

Sergio. Ahora estamos de festivales. Cuando empiecen los conciertos en salas ya veremos si la gente está dispuesta a pagar por vernos solo a nosotros.

«Creo que se han dado cuenta de que sus números uno no llenaban un concierto como lo hacen Vetusta Morla o Izal, y se lo estaban perdiendo».

¿Hay miedo a las radios fórmulas entre los grupos indies?

Sergio. No. Además ya nos están poniendo. No hemos hecho un disco para sonar en determinadas radios, sino el disco que nos ha dado la gana. Las radios deciden si nos ponen. Pero es una buena señal. Creo que se han dado cuenta de que sus números uno no llenaban un concierto como lo hacen Vetusta Morla o Izal, y se lo estaban perdiendo. No sé si han cambiado el foco, o lo han abierto.

Alberto. En los años 80 había programas en los que te encontrabas primero a un grupo de la movida y luego a Camilo Sesto. Eso se había perdido.

Un día viendo Cachitos de hierro y cromo pensaba en que algo así, sin archivo, no se podrá hacer dentro de 20 años…

Sergio. Quizás con los conciertos de Radio 3.

Alberto. Yo tengo una grabación en VHS de un 40 al 1 y en la misma lista están Nirvana y Kylie Minogue. Esa diversidad con la que crecimos es para mí una de las claves que explican los motivos por los cuales Detroit es como es.

Sergio. Sí. Con no sé quien hablaba, que a un campamento me lleve casetes. Uno era de Nirvana y otro era de Maríah Carey. No teníamos prejuicios, sólo escuchaba lo que la radio ponía. Hemos vivido una época en la que si no hacías cosas como electrolatino, no sonabas en la radio fórmula. Eso está cambiando.

Detroit os puso directamente en el número tres de la lista de ventas… ¿Os fijáis en estas cosas?

Sergio. Sí. Nos fijamos, las miramos y nos interesan. Tanto que hasta hicimos una porra. La discográfica era más conservadora, y decía que estarían contentos con un top 10. Nosotros, con las sensaciones en presentaciones decíamos que en el top 5. Nos hace ilusión, por supuesto.

Alberto. Es como el que abre un bar, que quiere tenerlo lleno.

¿De qué habla «Ácido»?

Alberto. «Ácido» es la canción más positiva que hemos hecho nunca. Entre los 20 y los 30 años todo parece muy importante. Y según vas creciendo te das cuenta de que la mayoría de cosas, son irrelevantes. Es reivindicativa. No es el si quieres puedes, sino que si quieres, tienes que empezar por intentar atraer la energía positiva.

«Mira cómo vuelo». He estado a punto de pasarle el enlace a una persona muy concreta…

Sergio. Esta es la última que escribí y lo hice con una quemazón política importante. No habla de política, habla en general de la gente que te quema, de salir de ahí, de evitar a esas personas. En lugar de decir «cómo te odio…» es un intento por avanzar, seguir adelante, sin rencor. Elijo lo que quiero, y no quiero que tú estés en mi vida.

La estética

Dais mucha importancia a la estética… tanto en los artes como a nivel personal. Con cada disco parecéis distintos…

Alberto. Nos movemos con cada época. Si el disco es más luminoso, también tiene que parecerlo. A mí me gustan mucho los artistas que con su imagen marcan épocas. El más icónico es Bowie. Como público, sitúas cada canción en una estética.

Sergio. Hacemos música, pero también espectáculo. Y en el espectáculo siempre hay una imagen. Incluso el que dice, no quiero tener una imagen, tiene la no imagen como imagen. Para nosotros es importante. Alberto es el frontman y en el que más se nota. Álvaro lleva años poseído por el espíritu de los Dire Straits, el que anda más perdido es Toni, y yo en esta gira también voy a cambiar el atuendo.

Tenéis un montón de bolos. Primero en festivales. Y vuestro directo es uno de los mejor considerados de la escena…

Sergio. Casi todo es experiencia, la parte del directo la teníamos muy estudiada. A raíz de conocer a Max, dimos un salto importante. No hacíamos las cosas por hacerlas, sino por un motivo. Pero el buen directo que se supone que tenemos, tiene más que ver con la experiencia, con los aciertos y con las muchas equivocaciones

Habláis de Max Dingel y se nota que no ha sido un postureo. Quiero decir, que tenéis realmente al productor de Muse y trabajáis con él fuerte…

Sergio. Él ha trabajado muy fuerte con nosotros. Le hemos dado muchos quebraderos de cabeza. Antes de grabar el disco hablamos por teléfono y yo le conté la película. Cuando llegamos al estudio, lo que el había planteado no tenía nada que ver con lo que yo le había contado… o sí, pero solo en su cabeza. Tiene un peso importantísimo, no solo como gran técnico con una gran experiencia, sino como alguien que sabe que en un grupo hay distintas personas y sensibilidades. Nos da charlas a lo Guardiola, nos asesora… Al final sacó lo mejor de nosotros.

«Es que no ha sido todo horrible. Nos han pasado muchas cosas muy buenas. Si que es verdad que cuando pasa algo raro decimos “esto es muy Miss Caffeina”, pero tampoco nos podemos quejar».

La música está llena de historias de músicos que tras sufrir mucho, consiguieron llegar, no gestionaron el éxito y desaparecieron. Vosotros ahora estáis en proceso de llegar, después de haber sufrido mucho…

Alberto. Es que no ha sido todo horrible. Nos han pasado muchas cosas muy buenas. Sí que es verdad que cuando pasa algo raro decimos “esto es muy Miss Caffeina”, pero tampoco nos podemos quejar. Siempre hemos conectado muy bien con el público. La diferencia entre ahora y antes es que ahora llegamos a más gente. Hay un incremento del público con el que conectamos. La clave estuvo en determinar muy claramente cual era el roll de cada uno en la banda. Mientras respetemos eso, no cambiarán nuestras relaciones.

Sergio. A mi lo que me mataría sería la falta de aspiración artística. Nos conocemos hace mucho. No creo que nos influyan ni los éxitos ni los fracasos.

Recordáis algún concierto con más gente arriba que abajo.

Sergio. Pamplona. Solo había dos chicas con una pancarta de Miss Caffeina. Y en Guadalajara, que tocábamos mientras se jugaba un Madrid-Barça. Había dos personas y se fueron.

¿Qué es lo más bonito que os ha pasado?

Alberto. Es que son muchas cosas. Lo de grabar un disco es muy bonito. Es un proceso artístico de convivencia y aprendizaje. Lo de hacer los conciertos es muy bonito. La conexión de nosotros en el escenario es tan potente que ni siquiera hablamos de ellos después del concierto. Que la gente cante tus canciones, es flipante… Hay muchas cosas bonitas en todo lo que nos ha pasado.

Miss Caffeina: Detroit

Más información en: http://www.misscaffeina.es/


En ExPERPENTO abril/mayo 2016: https://issuu.com/experpento/docs/experpento_abril_mayo2016_ok_lr/12

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