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Entrevista de Reyes Muñoz de la Sierra
Más información: https://verdcel.com/
Comunicación: Roberto Carballo Comunicación
Petricor: https://youtube.com/playlist?list=PLsAj5GNGw5dfF0WWvo4CaYGz0wFr7Wx4M&si=qPv24_K6Fw2uYtVT
Un disco. O dos discos. Un libro con una novela gráfica, pero también con textos de escritores y escritoras. Un aroma metido en un frasquito. O un número infinito de aromas que explotan en cada cabeza cuando se dice «petricor». Un espectáculo de un cantautor, con danza y audiovisuales. Un videoclip que también es un corto de animación, y es la banda sonora de películas que nacieron como videoclips. Una historia de un abuelo paterno, que surge tras contar la historia materna, y que encuentra la excusa de la paternidad del artista para ser explorada. Esto es Petricor.
Alfons Olmo es la piedra que cae en un charco provocando círculos concéntricos. Los círculos son VerdCel, una «compañía musical» que se sirve de la música para hacer culturas. Alfons estuvo en el estudio ExVITA y tras tocar unos temas, hablamos. O escuché. En esta entrevista las preguntas fueron un pretexto para que continuara hablando.
¿Qué es lo que estás presentando? Porque hay un disco, pero también un libro y también hay una propuesta de concierto que no es un concierto, un aroma…
Venimos a presentar el concierto, porque en el concierto evidentemente, es donde todo cobra vida, ¿no? Reúne nuestras características, por decirlo así, por el hecho de que haya la parte musical y haya más elementos. Pero también presentamos este libro-CD que es Petricor. En los conciertos también incluimos en el repertorio, la reedición de un trabajo que hicimos hace quince años, porque Petricor es la parte paterna y Sàmara, o ReSàmara, que es esta reedición, es la materna. Todo forma parte de un árbol vital que interpretamos en directo. De hecho, donde acaba uno de los trabajos empieza el otro. Están ligados, de alguna forma. Eso es lo que venimos a presentar, ¿no? Yo creo que es un buen revulsivo que estemos presentando este trabajo que acabamos de editar.
Sàmara tiene quince años y Petricor…
Petricor es de ahora. Te lo explico. Sàmara era un disco que en la época, que en el 2008, la gente necesitaba. La gente decía: «esto es música, tiene que estar en una estantería de discos». Por tanto, hicimos un libro-CD con su cómic, su poesía, sus textos de colaboraciones, pero estaba todo constreñido en un CD. Ahora, lo que hemos hecho ha sido redibujar todo el trabajo. Mi hermano es el que hace la parte gráfica. Lo hemos redimensionado, ¿no? Y aparte de eso, hemos hecho un EP. Entonces, recuperamos Sàmara, reeditamos ese trabajo y editamos un nuevo trabajo.
El nuevo EP tiene cinco canciones que circulan alrededor de la temática de Sàmara, que viene a ser la parte materna, relacionada con Alcoi. Ahora presentamos Petricor, que es un trabajo que refleja la parte paterna, que está conformada por el CD y por un libro, también. Y los dos trabajos aparecen juntos en el directo: las doce canciones de Petricor y las cinco de ReSàmara.
Lo de Sàmara quizás fue un ciclo vital inesperado, pero con Petricor sí que hay un proyecto, o un plan para que sea una propuesta artística poliédrica, ¿no?
Sí. Lo concebimos como espectáculo, en el sentido poliédrico, interdisciplinar… Está la parte musical, pero también hay otros elementos escénicos, gestuales y narrativos, hay danza contemporánea, hay proyecciones, dramaturgia, o sea, escenografía… Todo está dirigido al mismo proyecto, ¿no?
Todas las partes juegan sobre el escenario para contarnos una historia.
Sí, yo creo que sí. Es esa la inquietud. Para contar una historia hay que hacer esta investigación de los orígenes. De alguna manera la intención era poner en orden esta parte paterna. Yo soy padre desde hace poco y entonces también esto me ha removido y he hecho esta investigación para buscar en los orígenes propios. Pero también en los colectivos.
Al final, estamos hablando de un pasado colectivo y de una historia común en las tierras valencianas. Esto significa ir hacia las capas fértiles de la tierra donde hay estas culturas que se han ido depositando; y además, hacer el viaje que hizo mi abuelo en dirección inversa ¿no? Él vino de Granada, de la montaña. Llegó a Alcoi buscando un paisaje similar al suyo. Llegó allí porque había montaña, pero también porque había industria, que en aquel tiempo era prosperidad, aunque destrozara la naturaleza. Mi padre vino con él, evidentemente, con seis años. Este camino lo deshacemos y vamos hacia el mundo andalusí. También hay vestigios andalusíes en las tierras valencianas, igual que en Andalucía. Luego hacemos el viaje hacia Andalucía, estéticamente, poéticamente, musicalmente. No dejamos de hacer música de autor, canción de autor, pero con esta inquietud, evocando todo eso, esos mundos.
Ahí está «El riu», ¿no? La has interpretado aquí y decías que es un texto antiguo.
Sí. Para «El riu» lo que hemos hecho es coger un texto del siglo XI y llevarlo a la actualidad, musicándolo, pero también creando textos y hablando de Carlos Cano, por ejemplo, el cantautor andaluz. De alguna manera hacemos este recorrido para completar la constelación.
Esos viajes poéticos están incluso en la idea que une el proyecto. «Petricor», la palabra, puede jugar con otros conceptos, o eso creo, si nos vamos al catalán…
Claro, «petricor» es una palabra bonita de por sí, en todas las lenguas. O sea, los dos científicos que asignaron, que acuñaron esta palabra, unieron «petri» que es piedra e «icor», que es el líquido que corre por las deidades griegas. Era como una manera poética de decir una cosa que realmente tenía una explicación química y física, pero al final es muy poético. Cuando hueles esto, a mí al menos, me lleva a la naturaleza, a los orígenes… En catalán, «cor» tiene el significado de corazón, ¿no? Además la canción es algo que va al corazón, pero el olor es una cosa que penetra en segundos y te lleva a otros paisajes; a la infancia, por ejemplo.
En los tres primeros títulos de las canciones de Petricor, juego con esto, también. O sea, hago como una introducción, hablo de «a contracor», que es ir a contracorriente, o en contra de tu voluntad, por decirlo así. «Cor de pedra», que sería «corazón de piedra», y si no recuerdo mal, hay una tercera que también va en esta línea. Juego a la palabra, ¿no? Intento introducir el contenido de todo el concepto del disco en una palabra.
«O sea, ir a los orígenes, no es ser original, ¿no?».
Hay una mezcolanza de lo muy antiguo con la vanguardia. Lo realmente artístico es que los mensajes son actuales, pero para cantarlos, hurgáis en la esencia misma de la canción. La canción es esencialmente universal. ¿Se entiende?
Sí, lo que quieres decir es que no inventamos nada, o sea, hablar de la vanguardia significa que son sonidos de hace treinta y cuarenta años, que ahora están en el imaginario colectivo, en la cultura, que ahora se está se está gestando y se está disfrutando. E introducimos pinceladas, solo son pinceladas, de sintetizadores, de sonido más electrónico, de otro tipo de sonoridades que complementan. Para nosotros ha sido un trabajo muy interesante crear un híbrido desde la canción de autor. Ni hacemos música tradicional, ni tampoco música urbana, pero intentamos gestar este diálogo desde la creación, porque al final no inventamos nada. O sea, ir a los orígenes, no es ser original, ¿no? Al final está todo inventado y lo has dicho bien: la canción es esencialmente universal.
Es un poco loco lo que te voy a decir. Te escucho y la cabeza se me va a El mal querer, de Rosalía. Ahí se hizo un trabajo de investigación y actualización hacia la universalización… ReSàmara y Petricor no tienen nada que ver con El mal querer, pero no sé si hay un trabajo con los mismos mimbres.
En nuestro caso sí que hemos hecho una inversión de la música tradicional y en la sonoridad tradicional a la hora de componer. Es decir, había como una especie de centrifugado entre la creación y la preproducción, y hasta que no estaba este paso claro, no avanzábamos. Otras veces hemos ido haciendo, hemos avanzado: vas creando sin parar. Ahora hemos intentado que esto no pasara. A la hora de producirlo, al dar el paso estaba mucho más claro todo. Nos ha costado más y hay una implicación por parte del productor.
Entiendo que se trató de poner muchas capas y que el productor iba quitando para desnudar los temas.
No, no es a posteriori, no vas quitando, sino que has macerado las cosas lo suficiente, a nivel de letras, de estructuras de canciones, de armonías y luego, pues bueno, el paso siguiente es darle vestido musical para averiguar hacia dónde vamos. Los caminos son inescrutables, o sea, buff, puedes hacer cualquier cosa con una canción ¿no?, pero la idea era buscar ese hilo del cual tirar. Ahí es cuando ya está más clara la canción, en esos pasos previos. Yo creo que acaba pasando más fácilmente. Yo lo que he intentado hacer en las letras, en la música, en la sonoridad es sintetizar.
El idioma de VerdCel es el valenciano, o el catalán. ¿Tiene que ver con la maternidad y la paternidad de la que me hablabas antes?
Yo siempre lo he hecho así. Si hay trozos en árabe es porque es un texto traducido del árabe. Esto sucede en «El riu» concretamente. También hay otros textos que evocando este mundo andalusí, pues nos ha nacido hacerlo, ¿no?, no hacerlo en inglés, por ejemplo; hacerlo en árabe porque era la lengua que yo creo que estábamos intentando encontrar, estéticamente y conceptualmente.
Pero sí, el hecho de hacerlo en catalán, ha sido siempre así en mi carrera. Siempre he escrito y cantado en catalán. Lo extraño sería si lo hiciera en castellano, en mi caso. Podría hacerlo perfectamente, pero es verdad que mi manera de amar y de soñar es en catalán y es lo natural. Llevo veinte años haciéndolo, aunque en este caso, está la aportación de estos escritores que arraigan mucho el trabajo.
Esta es una manera también de trabajar en equipo, y al mismo tiempo con una misma mentalidad ¿no? Al final es hablar del Mediterráneo, es hablar de la identidad, es poner esto sobre la mesa como una manera de ser universal. Esa es la gracia, lo que decíamos de ser original… Cuando conectas con eso también conectas con lo humano, con lo humanista, con lo universal y no hay otra manera. Lo demás es un poco ficticio, es como teoría, es como el aceite sobre el agua ¿no? Realmente cuando enraízas es cuando conectas con la humanidad, yo creo.
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Me falta cultura para hacer las preguntas que tienen que ver con las melodías. Por ejemplo, si me encuentro la melodía de una jota castellana, la entiendo, pero creo que me falta cultura valenciana para saber si las melodías de Petricor la plasman, o si estás dibujando la cultura de VerdCel, que nace de Alcoi.
Sí, la parte valenciana yo creo que tiene mucho de esto, ¿no?, o sea, al final el flamenco, por ejemplo, ha academizado, ha ordenado, le ha puesto nombre a las cosas. Ya ha hecho su trayecto para que esto esté muy claro, ¿no? En el caso de la música valenciana, que tiene muchas similitudes tanto en el mundo andalusí como en el mundo flamenco, puede ser que con esta conexión a través del Ebro… Hablabas de la jota, como dice Carmen París, puede ser el palo musical más extendido de todo el mundo. En general, los palos de la cultura ibérica es fácil que se confundan porque hay conexiones.
La cultura valenciana, por supuesto, mira hacia la jota, hacia las seguidillas, las malagueñas, hay granadinas, hay muchas cosas… y esto sería para la gente que trabaja la música tradicional. En mi caso, yo vengo de la canción de autor y lo que hago es evocar todo eso, pero no lo trabajo de una manera ortodoxa. Ni ortodoxa, ni tan solo teniendo el conocimiento, por tanto yo juego con eso, pero sí que me gusta tenerlo muy presente y en este trabajo he hecho esta inmersión. Impregnándome, salen otro tipo de armonías y de estructuras y de ritmos también.
Están los conciertos de los discos, pero VerdCel tiene un programa dedicado a la educación ¿no?
VerdCel es como una compañía musical, igual que hay compañías de teatro. Yo vengo de un pueblo como es Alcoi que tiene mucha tradición teatral. La muestra de teatro se hace allí desde hace décadas y no es en vano, sino que ha tenido una vinculación con la industria, desde el teatro amateur, de allí ha salido gente como Sol Picó, hay mucha gente de la danza contemporánea, tantos actores, ¿no? Ovidi Montllor, Pep Cortés, Juli Mira, Juli Cantó… que tienen mucho recorrido teatral, ¿no? Esto me ha dado una perspectiva, puede ser eso, o en el hecho interdisciplinar, que mi circuito musical está vinculado a la cultura en general.
Entonces, mi manera de trabajar es esta y lo que ofrecemos no solo es el último disco, y además, cuando voy a hacer el último disco, hago el último disco, no digo, «pues voy a recuperar canciones», que sí que puedo hacerlo, pero no lo hemos hecho nunca hasta ahora, y no es una cosa negativa si se hace, pero hasta ahora, hemos ido presentando cada nuevo trabajo como una obra nueva, ¿no? Eso está en nuestro catálogo de contratación, por decirlo así, está el último concierto, pero además está el resto de cosas que han quedado en catálogo.
VerdSions sería un ejemplo. VerdSions es un disco que dedicamos a hacer versiones de canciones aparentemente inconexas que forman parte de una banda sonora, Cindy Lauper, Depeche mode, El último de la fila, Los planetas, Smashing pumpkins… versiones catalanizadas, o sea, llevadas al catalán desde el italiano, el francés, el castellano, el inglés, pero además intentando que todo suene a VerdCel. El reto era que algo aparentemente inconexo, esté unido por la vida y la música de antes de dedicarme a la música.
Luego hay trabajos que venimos haciendo desde hace tiempo: memoria histórica, la literatura, etcétera. Esto lo continuamos ofreciendo también, como una manera de mostrar cultura y de hacer viable la propuesta. Al final a la gente le cuesta arriesgar, vivimos mucho de la nostalgia y hay veces que la canción de autor tiene que abrirse camino. Yo he encontrado ese equilibrio coherente conmigo, me lo creo, está ligado a mi esencia. También hacemos presentaciones de libros, hemos desarrollado largometrajes, lo presentamos en los pueblos o en las televisiones… Tenemos no solo música y no solo conciertos. También, a la hora de publicar y de subir a un escenario la música, hay algo más.
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Hablas en plural. VerdCel no solo eres tú, no solo es Alfons Olmo.
Claro, aquí está la presencia de mi hermano Daniel Olmo que es constante desde que iniciamos los los andares de VerdCel. Él es artista plástico. Podrías decir: ¿es VerdCel un cantautor? Sí, hay detrás un cantautor. Pero VerdCel es un equipo creativo. En este caso el equipo se destina a hacer un libro-CD y ha contado con gente realizadora de vídeos, escritores, músicos, artistas plásticos, etcétera. Claro, al final no soy yo, aunque sin mí no existiría el proyecto, no habría este espíritu, habría otro. Y por otra parte, yo necesito de este equipo, ¿no? Daniel Olmo es quien ha realizado toda la parte gráfica desde los inicios: las novelas gráficas, ilustraciones, portadas, el logo, la web… todo el trabajo gráfico lo ha creado él y luego hay gente con la que encuentro complicidad. Es gente con la que no he trabajado desde el inicio. Queralt Antú hace los vídeos, por ejemplo. Últimamente voy trabajando mucho con ella. El productor entró como un guitarrista y ahora mismo está haciendo las producciones de los discos. No sé, llevamos mucho tiempo y ha dado tiempo también a crecer en estas relaciones y complicidades. VerdCel te permite recibir estos regalos.
¿Y en qué manera se implican estas personas? ¿tú tienes la idea y los demás la desarrollan o es una relación orgánica y plana, no piramidal?
Es una cosa importante el hecho de trabajar conjuntamente desde el inicio. Si tú quieres que la gente aporte y se implique, no puedes dar las cosas cerradas. Bueno, puedes, y te dará un tipo de trabajo muy ilustrativo, muy de acompañar a algo. También es una opción y también lo he hecho. Pero cuando quieres que haya implicación tienes que dejar margen, y creatividad, y libertad dentro de unos parámetros y de una orientación.
Eso es lo que hago con mi hermano, lo que aprendí a hacer con él. De alguna manera disponemos un tablero de juego común, un tendedero sobre el que vamos viendo cosas a medida que van evolucionando. Finalmente esto nos permite que haya un resultado, que dé unos frutos que son significativos por ellos mismos; tienen significado no meramente ilustrativo, sino que se enraízan con el tronco común y funcionan conjuntamente. Pero además funcionan solos también. Tú puedes coger el libro y leer solo la novela gráfica, los textos, puedes escuchar la música… Por eso digo que en el concierto es donde todo toma forma, se ven las interconexiones que hay, toda la narrativa: las fotos, los vídeos, las ilustraciones, la música…
En este caso, en el de Petricor, la propuesta incluye un aroma en un frasquito.
Sí, en este caso trabajé con Carisa Baldoví. Ella es experta en aceites esenciales y estuvimos investigando durante bastante tiempo porque si lo de la música es sutil y es a veces interpretable y subjetiva, pues en el tema de los olores y los aromas es… Te ponen dos o tres aromas diferentes y te huele todo igual. Y buscábamos el olor de petricor de la montaña, del que yo vengo. Yo vengo de la Mariola que es una montaña que tiene espliego, tiene tomillo, tiene salvia, tiene romero… Es una montaña que no tiene mucha vegetación, pero sí que tiene esta base aromática muy fuerte. Yo tengo este olor del petricor porque es lo que he vivido. Ella en cambio viene de las tierras de naranjos, cerca del mar. Ella tiene otro olor del petricor, ¿no? Y entonces investigamos un poco para crear esta esencia.
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Estás nominado por uno de los videoclips al mejor corto de animación en los premios Oriana. Quizás estas cosas son las que hacen de Verdcel la propuesta poliédrica de la que hablábamos.
«Mitja lluna i l’estel» es una de las canciones que forman parte de este trabajo y este es el video que empezó como punta de lanza de Petricor. Es un vídeo de animación. Yo le encargué a Queralt Antú un vídeo de animación sobre el trabajo y ella se implicó muchísimo. Ya llevamos años trabajando y en este, pues realmente echó el resto, por decirlo así. Hay tres minutos y medio de canción cada segundo igual son doce dibujos… es una barbaridad de trabajo la que tuvo que hacer. Y la verdad es que, lo curioso de esta manera de trabajar es que finalmente yo empecé con un videoclip al uso, y ella trabaja conmigo y hace su propio trabajo, pero trabajamos de esta forma interdisciplinar.
Este videoclip ha tenido un reconocimiento en los Premis Ovidi Montllor como un videoclip al uso y también ha tenido un reconocimiento en los Premios Oriana en Sant Andreu de la barca, como mejor corto de animación. El mismo elemento se transforma. El tema ha pasado a ser la banda sonora de un trabajo audiovisual. Esta visión también está, porque ella tiene significado de lo que ha hecho y ha creado un trabajo bestial, con esta parte autoría. No es una cosa perfecta de animación, es una cosa que tiene personalidad y además tiene esta parte de reflejar todo el universo, yo diría, que más que de la canción, de todo el disco, de Petricor. También estuvo premiado en un en unos galardones que se dan en California, en el Political film festival, y le dieron como el premio de poética, o poetry. Es un premio que se otorga a una serie de trabajos que tienen la línea política y al mismo tiempo, también la poética. Bueno, pues una cosa que nos hemos encontrado, ¿no?
Petricor es un disco que está teniendo mucho aplauso, que está siendo premiado. Pero es que es un libro, también. Yo no sé si en este caso te haría más ilusión que fuera reconocido el libro.
No lo sé. Más que ser premiado, lo que me gustaría es que tuviera un recorrido, que haya gente a la que le interese, que haya retorno… Los reconocimientos al final son un poco eso ¿no? Si la gente también lo disfruta… los premios, pues si coincides con alguien, que también se presenta, pues igual no es tu momento, igual lo han hecho mejor. Tiene cierta importancia, sí que la tiene, porque te arriesgas, te expones a que pase que si te presentas a las cosas es por porque intentas que se reconozca el trabajo.
El disco, sí que es verdad, que para mí es un punto de inflexión. Como la producción no me ha desviado del objetivo, estoy más que contento y ahora me gustaría que la gente simplemente lo apreciará, que lo apreciara la gente que nos ha conocido en otros momentos, que ve la evolución o la trayectoria…
«Intentamos hacer una especie de mosaico y todo eso, al final, es cuando toma forma, en ese índice que yo de alguna manera ensamblé».
Del libro no sé qué te puedo preguntar, porque estamos hablando de ilustración, de textos, de una novela gráfica, de una maqueta muy especial…
Digamos que el libro tiene una parte que es la novela gráfica, en la que mi hermano y yo contamos una historia. Esta historia es de un personaje que acude al psicólogo y que se pregunta por este abuelo que no conoce tanto, porque viene una familia meramente matriarcal y la parte paterna, pues bueno, está presente, pero también está ausente en ciertas cosas. Entonces, tiene que ir a buscarlo y cuando lo busca, encuentra contradicciones. Tiene que ver si quiere entender esas contradicciones. Eso es lo que relatamos en el en el cómic. La escena es que mi abuelo materno lucha contra el paterno, aparentemente uno rojo y el otro azul, ¿no? Pero es que en el País Valencià nombramos esto como como «del Roig al Blau». Este trayecto lo hizo el estado completo, o sea, cuarenta años de fascismo, ¿no? O sea, ojo.
Mi abuelo paterno se casa por lo civil y finalmente pues bueno, como muchos, supongo que levantaría el brazo, por supervivencia ¿no?, pero tenía otras ideas. Nos planteamos estas contradicciones. Hacemos el recorrido. Él vino a Madrid a luchar contra los fascistas y tuvo que volver a Granada, a Huéscar caminando. Y el otro abuelo fabricaba armamento para el bando republicano y acabó en un campo de concentración y perdió la vida como consecuencia de ello. En teoría, los dos partieron del mismo punto y según quien te cuente la historia de la familia, te contará unas cosas u otras. El relato de esta novela gráfica habla de eso.
Luego, los textos de los dieciocho escritores y escritoras, de más o menos prestigio dentro de la literatura catalana, son gente a la que le hemos encomendado una temática porque les encajaba, veíamos que era su mundo, su universo; y creíamos que nos podían ofrecer una visión especializada de algo: sobre nuestros vestigios arquitectónicos, o sobre la tradición cultural valenciana en la música, si tiene reminiscencias flamencas o no las tiene… A Antonio Manuel que es un especialista andalucista le pedimos un texto sobre la hermandad entre valencianos y andaluces. Juan Miguel Morales, fotógrafo, especialista y periodista, le pedimos un texto sobre la música andaluza.
Intentamos hacer una especie de mosaico y todo eso, al final, es cuando toma forma, en ese índice que yo de alguna manera ensamblé. Todo se iba macerando conjuntamente y al final todo tiene sentido y en el relato, puedes escuchar una canción en un momento, porque hay un momento para escuchar esa canción del disco. También los textos están relacionados con las canciones. Todo está integrado, pero puedes deleitarte con una de las partes: leyendo un texto de narrativa de Isabel Canet, que te está explicando cómo ella de pequeña venía a Huelva y su padre cuidaba una masía. Todo eso está ensamblado de alguna manera.
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La conversación ha ido sobre Petricor pero también quería que me hablaras de Sota les cunetes. Dime cómo vives la involución, las cosas que están pasando en la Comunidad Valenciana.
Vivimos un tiempo en el que no hay que perder la memoria. Se puede volver a repetir todo de otra manera, porque evolucionamos. Pero son pequeños círculos que van haciendo uno grande, como en aquella película de Julio Medem, Los amantes del círculo polar. Avanzamos, pero realmente hay cosas que parece que se encabezonan en repetirse, ¿no? Y en este caso, la memoria histórica tiene que jugar este papel. Si no se limpió todo como se debería haber hecho, a nivel de reconocer las cosas que pasaron, de poner las cosas en su sitio y que no hubiera una transición, sino una transacción de poderes, ahora todo esto lo tenemos en sitios: han heredado de los cuarenta años de franquismo y están en sitios de poder. Evidentemente, no están por el esfuerzo. Es muy frágil el estado español en este sentido.
Sota les cunetes es un espectáculo que hacemos hace muchos años ya, en el que intentamos recuperar nuestra tradición pero también la del estado. No olvidemos que una de las primeras maneras de cantar fue en catalán o en euskera o en otras lenguas, precisamente para reivindicar, para denunciar lo que se estaba viviendo. Las lenguas periféricas de este país centrípeto, rompieron ese corsé y hay una tradición muy grande y hay muchísima canción, de la Nova Cançó hecha, en la que se escribían canciones desde el epicentro de ese dolor y de esa travesía por el desierto. Entonces, eso sí que es es bueno recordarlo en momentos, como dices, en los que bueno esa latencia que ha estado ahí, en la Comunidad Valenciana, en el País Valencià, resurge. También en el resto del Estado. Hay un paquete de tendencias, de cosas que apuntan hacia simplificar la realidad. El populismo encuentra soluciones fáciles para subir rápidamente al poder y hacer añicos la democracia.
Por eso es muy importante recordarlo. No olvidemos que son tendencias, inclinaciones, no son determinaciones. Es fundamental recordarlo, porque la historia, si no ponemos remedio, tiende a ser cíclica.
La entrevista completa: https://experpento.com/verdcel-petricor/
El reel: https://youtube.com/shorts/lGpX7IlHeT8
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