Texto de Vicente Martín
El Sr. Antony Hegarty es uno de esos artistas oscuros, que cantan con visceralidad en contenido, como esos poetas del desamor contemporáneo, pero que en la forma resulta relajado, tranquilo y muy melancólico.
Eso no es óbice para poner los pelos de punta con algunos de sus registros vocales en los que parece que el propio artista se quiebra por dentro. Ahora junto a los arreglos orquestales, con cierto toque cabaretero de los Johnsons, nos presenta su tercer trabajo que sigue la línea personal que les caracteriza desde el aclamado I’m a bird now.
Este trabajo del binomio Antony-Johnsons es uno de los más esperados de finales de 2008 y principios de 2009. Su adelanto en forma de EP ANOTHER WORLD, puso la miel en los labios de sus seguidores y los impacientó aún más.
Con la misma estética de sus anteriores trabajos, la portada en intenso blanco y negro, es una foto del bailarín Kazuo Ohno realizada en Tokyo 1977 que resume la pasión y la crudeza de los sentimientos descarnados, pero bajo el caparazón de la melancolía.
La base musical sigue siendo el piano y la voz, caben destacar arreglos orquestales más delicados y cuidados, sin embargo el esqueleto sonoro es el piano y el corazón es la voz del propio Antony. Esta oscura belleza sonora, llega a su apogeo en Daylight And The Sun, una larga pieza eje central de la obra, Everglade, que cierra el trabajo es otro de los puntos álgidos del trabajo, una pieza en la que el lirismo de Antony brilla como nunca. Al hablar de sonidos oscuros, tienen cabida los sonidos soul, como ejemplo Aeon en la que el propio Antony ha declarado que la influencia del sonido de los 60 del sello STAX es muy patente en él. El lado más terrenal del disco está representado por los cortes Epilepsy is Dancing y Kiss My Name, cortes más rítmicos y accesibles del trabajo. Antony tiene el estatus de artista de culto, exclusivo y snobista, en la onda de Rufus Wainwright.