TEXTO DE SANDRA SANCHEZ
Woodstock, celebrado en 1969, congregó a más de medio millón de personas a las que habría que sumar las 250.000 que no pudieron llegar jamás. Sólo se registraron tres muertes y ninguna violenta. Tocaron entre otros Janis Joplin, Santana, Grateful Dead, Joe Cocker -en la que algunos consideran su mejor actuación- Jefferson Airplane, Joan Baez, Jimi Hendrix…
Se cumplen 40 años del festival musical más increíble de todos los tiempos. Ang Lee rinde su particular homenaje a la generación que fue capaz de crear una de las contraculturas más relevantes del siglo xx. El argumento -lleno de humor y de nostalgia- se basa en las memorias de Elliot Tibe un joven al que el azar le convirtió en pieza indispensable de Woodstock. La estructura de la película rinde pleitesía a la del documental, montado por Scorssese y ganador de un Oscar. Así, nos encontramos con las míticas ventanitas y con escenas en las que intervienen los protagonistas calcadas de las originales. He leído críticas que ningunean este film dentro de la trayectoria de Lee. No estoy de acuerdo: muy pocas películas consiguen que salgas de la sala con tan buen sabor de boca.