Entrevista de Mercedes Vuelta
Foto de Emanuele Ciccomartino
Cine, teatro, televisión… a nada se resiste este fenómeno de masas llamado Fernando Tejero. Cordobés de nacimiento pero actor de sangre, ha estudiado arte dramático en el Centro Andaluz de Teatro y en la escuela de Cristina Rota en Madrid. El esfuerzo y la lucha son las características principales de su triunfo, lo que le ha «obligado» a «colgar» los cuchillos de pescadero.
Sí, bueno. Estoy como las cabinas, me echas monedas y hablo solo…
¿Qué es más dura, la vida de portero, la de pescadero o la de actor?
Yo creo que cada una tiene lo suyo. Evidentemente me quedo con la vida de actor, ¿no?. He sido pescadero y no volvería en la vida. Es muy, muy duro. Portero sólo he sido en la tele y en el cine, y en dos porterías distintas, y claro, aunque lo vives en tu propia piel sabes que es para una temporadita y te lo tomas como lo que es… como algo que se va a acabar. Y la vida del actor también es muy dura. Tiene sus compensaciones y yo siempre digo que estoy haciendo lo que más me gusta, que estoy muy contento. Pero también tiene su lado oscuro: el de la hipocresía, el de la palmadita en la espalda… eso a mí no me gusta.
Vienes de una familia de toreros y no te gustan los toros… haces películas de fútbol y no te gusta este deporte… ¿cómo se llevan todas estas contradicciones?
Lo de torero me costó… me costó porque mi padre lo fue y quería meter a toda la familia en ello. Me costó convencerle de que yo lo que quería era ser actor y que a mí, no sólo no me gustan los toros, es que me gustan mucho los animales… y es que no me gusta ni la fiesta. Lo del fútbol es una cosa que tiene que ver con la magia del cine. Yo en la vida me hubiera imaginado hacer de futbolista, y ya van dos películas… que me coloca a mí debajo de una portería de fútbol…
Se dice que el de El penalti más largo del mundo ha sido un rodaje tortuoso: han intentado partirte la nariz, has estado en el hospital por un problema de riñón…
Pues sí… por tantas veces como me tenía que tirar al suelo, en alguna toma empecé a notar que me dolía todo el cuerpo. Fui al baño y oriné sangre. Me asusté mucho y me llevaron al hospital. Allí me tuvieron que operar del riñón. En cuanto a lo de la nariz, se supone que yo tenía que parar un balón con la cara en no sé cuantas tomas. Yo le dije al director que yo no podía hacer eso, que me iban a destrozar la nariz y todo. Al final buscaron un balón de gomaespuma y con ése sí que me dejé dar en la cara.
¿Es verdad que tienes una placa de cine en la que dice «Aquí vive un actor aunque no trabaje» o algo similar?
Sí, bueno, cuando yo no trabajaba como actor, me coloqué un cartel en el que decía exactamente «Soy un actor aunque no trabaje». Era para levantarme el ánimo cuando me levantaba temprano. Lo primero que me encontraba por la mañana era ese mensaje, y yo pensaba que así me subía la moral.
Cuéntanos cómo fue tu primera vez en el cine, ¿fue como te esperabas?
Pues no. Fue muy duro porque me cambiaron el papel que iba hacer quince días antes de empezar a rodar, porque les dio por decir que mi personaje lo tenía que hacer un actor gordo… ya ves tú. Era una película que se llamó Noche de Reyes, y yo nunca entendí el personaje que me habían plantado. Pero es lo de siempre. Si insistes e insistes, al final salen las cosas.
En la presentación de la película has comentado que ojalá el cine español tuviera la mitad de seguidores que el fútbol… esto es culpa ¿de los espectadores o de los que manejan la industria del celuloide hispano?
Yo creo que todos tienen una parte de culpa. El cine español necesita promoción. Yo no tengo ninguna duda de que hay una falta de promoción grandísima. Y otra cosa que necesitamos es que se apueste por gente nueva, que ofrezca cosas distintas y que no sean siempre los mismos los que salen en todas las películas. Yo creo que los que tienen que enterarse de todo esto, no quieren enterarse. El público debería interesarse por el cine español, que es con el que debería sentirse más identificado.
Te has hecho célebre con personajes cómicos… ¿te da miedo que te encasillen?
Siempre, cuando ven que uno funciona bien en un registro, se piensan que no sabe hacer otra cosa. Pero mira, ahora me han dado la gran oportunidad de hacer un drama, que ya he terminado y que se llamará Volando voy. Pero una cosa, yo estoy encantado de hacer comedia, que para mí es mucho más difícil. Sólo falta que ahora, con la otra película digan que no he dado la talla y me toque comedia para toda la vida. Pero yo creo que no, que puedo servir tanto para drama como para comedia.
Y hablando de encasillamientos y esas cosas… con el «cipote» y el «un poquito de por favor»… ¿no empiezas a sentirte un poco Steve Urkel? Porque hasta en El Espantatiburones, donde doblaste a uno de los personajes, te tocó decir alguna frase célebre.
La verdad es que sí, que son cosas que uno no puede controlar y uno acaba cansándose de decir siempre lo mismo. Pero en España somos así, y yo estoy muy orgulloso de que una frase mía la diga todo el mundo. Pero ya no soy yo sólo, son muchas las frases de Aquí no hay quien viva las que se han puesto de moda. Otros actores me han comentado que también están un poco hartos. Pero ya no se puede hacer nada.
EN TREX PALABRAS
¿Te consideras un buen partido? Esta mal que lo diga yo, pero sí. ¿Por qué no?
¿A quien sacarías una tarjeta roja? A Bush, sin duda.
¿A quien darías la Copa de Europa? A mis amigos, que se lo merecen todo.
¿Te han metido muchos goles? Sí. Muchos.
¿Has metido muchos goles? Sí, yo también los he metido, pero a mí me han metido más.
¿Quién o qué te deja fuera de juego? Las injusticias, la barbarie, la hipocresía, la mediocridad.
¿Cuál sería la mayor victoria? Pues, aunque suene a lo de siempre, que haya de una vez paz en elmundo.