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Entrevista de Reyes Muñoz
Fe de erratas: en la revista impresa el copyright de las fotografías corresponde a Venga, Bea.
Jordan Boyd junto a orca e Indigo Days en Off de ExVITA ELÉCTRICAS: https://www.wegow.com/es/conciertos/indigo-days-orca-jordan-boyd
- Entrevista con Jordan Boyd: https://experpento.com/jordan-boyd/
- Pódcast de Jordan Boyd: https://youtu.be/KqC7Wmf_Xuo?si=D8DE3Be-QhZJy452
- Adelanto ExVITA: https://youtube.com/shorts/6LBrAKb2R7M
- ExVITA en Youtube: https://youtu.be/m7bUxNa91OA
- ExVITA en ExPERPENTO: https://experpento.com/jordan-boyd-en-exvita/
De origen británico y afroamericano y nacida en Palma de Mallorca, Jordan Boyd fue gimnasta profesional —«Cantando siento nervios buenos y con la gimnasia eran nervios malos»—, fue finalista en un programa de talentos infantiles, no tuvo nunca una pandilla y sufrió bullying en la niñez. Se ganó la vida cantando en hoteles —«Canciones inventadas, nuevas, lo que me apeteciera, podía probar giros, falsetes… todo lo que quisiera porque no se iba a enterar nadie»—, y tiene veinticuatro años.
Su segundo nombre es Victoria. No habla mal de su antiguo equipo, pero habla muy bien de su equipo actual: Pau Mateu, Marta Herase, Laia Alcolea, Jomo Cru y De Teresa, Víctor Pereira… Enganchada como un piercing es una suerte de exorcismo –«Hay siete canciones y las siete hablan de siete miedos»—, intenso y emocionante. La intención es curar el trauma con disfrute y baile; con pop, house y electrónica y con un «quejio» que te atraviesa.
Os invitamos a entrar en el universo de Jordan Boyd. Es de los que sanan heridas.
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Estoy alucinada. No tenía ni idea de cómo ibas a hacerlo en acústico, y estoy emocionadísima. ¿Te asustaba el acústico?
No, en absoluto. En verano cantaba en los hoteles para ganarme la vida. Aunque no me escuchaba absolutamente nadie, tenía la libertad de poder probar mil millones de cosas en las canciones. Cantaba canciones inventadas, nuevas, lo que me apeteciera, podía probar giros, falsetes… todo lo que quisiera porque no se iba a enterar nadie. Yo creo que tanto, tanto, tanto rodar… Para venir aquí solo hemos ensayado tres días… Laia me decía: «guau, me encanta» y es que ella tampoco se lo esperaba, porque es muy difícil de imaginar si escuchas la canción en papapapa, y luego pasarla al slow, con un instrumento piano. Yo sabía que quedaría bien, aunque no sabía que me iba a gustar tanto… Ahora es como que quiero hacer los conciertos en acústico…. o algunos, por favor.
Jo, pues me encanta. El eléctrico también debe ser increíble.
Me estoy planteando cantar «Victoria falls» en acústico… o incluso hacer algún concierto en acústico pequeñito. Sí que es verdad que siento que mi sonido es ahora mismo el del EP: con más sonidos locos, de bailar, de saltar… Siento que esos son mis dos lados.
¿Y cómo planteas los shows?
Primero, que no llevo este abrigo (risas) y me puedo mover. El show, de momento, lo haré sin banda. Creo que iré con Laia, ella me está montando todo el show, está versionando los temas del EP. Es un show para bailar, para moverse y está enlazando todos los temas para dar unidad. Pero las del EP y las del show, van a ser canciones bastante diferentes entre sí. Si más adelante puedo, porque de momento soy artista emergente y no me da la vida, pues seguiré añadiendo gente. Me encantaría tener algún día un show con una batería eléctrica y Laia.
Eres de Mallorca.
Sí, soy de Mallorca, pero vivo en Madrid desde hace 4 años.
Están saliendo un montón de artistas mallorquinas. ¿No te ha picado nunca la curiosidad de saber cómo sonarías tú en mallorquín? Es súper dulce.
Sí, es muy bonito el mallorquín. Pero lo que dices, ahora la gente lo está haciendo mucho y creo que me encantaría hacerlo, pero no por seguir la moda, sino que yo sienta, que yo diga: «fua, esta canción es mallorquín…». Hay un montón de artistas que están cantando en catalán y me encanta, me encanta escucharlas. Creo que es algo súper bonito y es como guau, pero yo siento que todavía no es el momento para mí. Es súper bonito y especial, pero todavía no he encontrado el momento exacto.
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Otro dato sobre ti. Eres gimnasta y aunque muchas mujeres nos sintamos identificadas con lo que dices en esa canción, no es una metáfora.
Sí. Hice gimnasia como diecisiete años, más o menos, o quince… Era mi salvavidas. No tenía muchos amigos en el colegio, en mi casa siempre había problemas y aunque en la gimnasia había a veces problemas, me daba igual. Los problemas eran, sobre todo, en las competiciones. Eran nervios malos. Siempre digo que cantando siento nervios buenos y con la gimnasia nervios malos. No lo sabía gestionar, me gustaba tanto, tanto… quería hacerlo tan bien, tan bien, tan bien, que cuando fallaba era «no me lo puedo creer». Es algo tan sacrificado y tienes tan poco tiempo para demostrar todo el trabajo que has hecho, que cuando fallas es horrible.
¿Fuiste profesional?
Sí, bueno, llegué hasta categoría federada, que las que hacen gimnasia lo entenderán. No fui una gimnasta ultra mega destacada, ni gané un campeonato de España, pero para mí lo gané todo yendo a gimnasia. Mi sueño frustrado es no haber ido a unas olimpiadas, pero vaya, que es el de todas las chicas que hacemos gimnasia y muy pocas lo pueden conseguir.
¿Hablamos de la canción? Creo que es un himno entre las gimnastas…
Yo quería ayudar, aunque fuera un poquito, a visibilizar la gimnasia rítmica. Creo que es un deporte que está bastante poco expuesto, se habla muy poco de él, casi no está televisado. No hay equipo paralímpico de gimnasia, en plan, ¿qué es esto? Esto es horrible. Sé que hay un montón de gimnastas que podrían formar parte de ese equipo y no lo hay. No tienen un sueldo. Una gimnasta que se dedica toda su vida, ocho horas al día, a hacer ese deporte, no hace nada más, ¿cómo no puede tener un sueldo? Siempre se ha comparado, desde que era pequeña, con el fútbol. Te decían «yo juego al fútbol», «pues yo soy gimnasta», «es que es muy fácil»… Pues para mí no es fácil ninguna de las dos cosas, valoro un montón el fútbol y valoro muchísimo mi deporte que es la gimnasia. Para mí están al mismo nivel, tiene menos expectación, pero también es porque no se ha dado a conocer.
Pues eso, con la canción «Gimnasta» quería visibilizar mi deporte. Soy un artista muy pequeñita, pero quiero hacer cosas grandes. Y quiero que a la vez que yo crezca, crezca la gimnasia conmigo, aunque sea de una forma indirecta. Yo sé que en cuanto a mí me vaya bien, voy a hacer todo lo posible para aportar mucho, mucho, a la gimnasia. Quiero que vaya ligada a mi proyecto.
Al principio de todo me puse en contacto con absolutamente todo el mundo de la gimnasia. Me puse en contacto tanto con Carolina Rodríguez como con el Club Ritmo, que son dos de mis mayores referentes desde que tengo cuatro años. Carolina es una gimnasta que tiene una historia increíble y es una persona increíble. La he visto competir en dos juegos olímpicos. Carolina Rodríguez siempre ha sido mi referente y cuando me contestó para ser parte de mi videoclip y de la canción, y que le encantaba, yo cumplí un sueño, la verdad.
Tengo entendido que todo lo que se hace con un espejo es especialmente duro para la autoestima. Es muy exigente.
Es que la gimnasia rítmica son muchas cosas. Gimnasia rítmica no es solo gimnasia, es baile, es ballet, flexibilidad, resistencia. Son muchos deportes en uno y aparte, tienes que saber enseñar tus sentimientos. Yo era una gimnasta muy mala en elasticidad, pero sabía expresar todo lo que yo estaba sintiendo cuando pisaba un tapiz. Solo hacía ballet delante del espejo, pero lo otro no. Tú no sabes realmente cómo lo estás expresando. Te tienes que fiar de lo que te dice tu entrenadora que para mí es una de las figuras más importantes en la gimnasia. Para mí la entrenadora es quien decide cómo y dónde llegas. Tú estás confiando todas tus cualidades a esa persona.
¿Sientes que hay paralelismos entre la música y la gimnasia?
Cien por cien: el sacrificio, el trabajo, el esfuerzo, el compañerismo… Aunque la gimnasia sea un deporte principalmente individual, si tú te apoyas con la gente de tu alrededor, siempre vas a estar más feliz. Uno de los ejemplos más grandes que tengo es el Club Ritmo, que participaron en el videoclip. Yo llegué ahí y encontré a todos los familiares implicados, a todas las niñas… eran amigas. Me encontré a todo el mundo con una sonrisa, era todo ideal. Y en el mundo de la música lo mismo, si tú te alegras por los demás te irá bien, si tú ayudas a los demás, te irá bien.
En la gimnasia hay veces que aunque no quieras sonreír, tienes que sonreír y eso pasa también en la música. A lo mejor estás súper triste, has tenido una mala competición, pero no vas a salir a la pista llorando. Y con las canciones igual, si la canción es triste, tienes suerte, pero si no lo es, tienes que sonreír sí o sí. En la gimnasia te están juzgando jueces pero también te ve el público. En el mundo de la música, te juzgan un montón de personas: managers, otros artistas, compañías… mil personas, y tu público, que al final es quien está ahí cuando sacas una canción. A mí una cosa que me impactó muchísimo de pequeña en la gimnasia… Había una niña que me gustaba mucho, de Mallorca, que se llamaba Nicole. Cuando actuaba esta niña todo el pabellón se callaba; y acababa, y todo el mundo se ponía de pie y le aplaudía. Era como ver una estrella en el tapiz. Yo siento que cuando tú ves a alguien cantar pasa lo mismo. Siento que tienen un montón de relación los dos mundos.
No sé si eres consciente de que «Gimnasta» es una canción que puede ser un himno para mucha gente, para muchas mujeres.
Sí, realmente va de cómo hay personas que se aprovechan de ti. Estiran de ti, estiran, estiran, estiran; te piden cosas, te piden, te piden, te piden, te piden… hasta que no puedes más. Y tú sientes que puedes hacer todo, dices que sí. «Me haces esto», «sí», «¿Puedes venir?», «Sí», a todo el mundo le dices que sí, sí, sí… Pensamos que podemos hacerlo todo y a veces, es lo que digo en la canción, creemos que somos infinitamente elásticas, y no, no somos infinitamente elásticas.
Y en la música y en la gimnasia hay una cara B, también, pero en la gimnasia se trabaja con niñas.
Claro, es lo que no se ve. Lo que se ve en la gimnasia es un minuto y medio. Sinceramente he tenido la suerte de no experimentar muy de cerca ningún caso de maltrato en la gimnasia, ni en la música. Laboralmente yo no había tenido mucha suerte con mis equipos y sí me han pasado cosas nefastas, hasta hace dos años, o un año y medio; que por fin conocí a una persona que me quería como persona, no como trabajo. Me dijo «yo te voy a ayudar porque te quiero, pero yo no sé cómo va a salir esto». Y ahora mismo siento que tengo el mejor equipo que he tenido en mi vida, pero hace dos años era horrible. Y en la gimnasia, pues es lo que te decía, que la figura de la entrenadora es súper importante. Y por equis cosas, o porque las compañeras les hacen bullying, o porque la entrenadora no encaja con ellas, pues tienen que buscar otro club. Mira, de esto no se habla nunca: está mal visto cambiarse de club. Yo me cambié de club y te da apuro volver a encontrarte a tu entrenadora, te da apuro encontrarte con las niñas, las niñas a veces no te saludan porque no estás en el club. Y eres una niña y piensas: «que sigo siendo la misma». Es raro, es muy raro.
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Así podemos llegar a «Victoria Falls», ¿no? Me encantan los símiles que aparecen ahí. No sé si sabes que hace unos meses se estrenó una obra que se llamaba No juegues con Carrie.
Sí, lo sé. Lo de Carrie lo puso mi representante, que se llama Pau Mateu. Él es el que me ha ayudado a componer todas las canciones del EP. Es la persona que más me ha ayudado en todo mi proyecto. Es la persona que me ha sacado palabra tras palabra, porque yo estaba un poco cohibida de contar mi historia, estaba encasillada en hablar de historias de amor y de desamor, de bla bla bla bla bla bla. Siempre daba importancia a la persona que estaba a mi lado, en vez de importancia a mi persona, a lo que yo había pasado.
El proceso de Enganchada con un piercing ha sido duro. Yo no estaba nada bien, lloraba un día sí y un día no, hoy estoy genial, hoy estoy fatal. La persona que lo pagaba era la que estaba a mi lado. Estábamos en el estudio y la primera canción del EP que se escribimos fue «Victoria Falls». Habla sobre el bullying, sobre que yo no he tenido una familia súper estructurada… Me dijo: «Esto es perfecto porque realmente tú has sido así. A ti te decían, te decían, te decían, te decían y luego venía el monstruo. Y eras tú la mala». También pulso la frase de «se mira el espejo y parece Naomi». Me dijo «es que eres tan guapa».
Es una canción que llega hondo y no sé si lo pasarás mal luego, cantando la canción en conciertos. El videoclip es… uf.
Creo que ha sido el vídeo que más me ha costado grabar en mi vida. Teníamos que parar todo el rato, porque al final es algo que he vivido de verdad, entonces sí, era como uf. Yo he pasado por lo que estábamos grabando muchos años de mi vida, pero tampoco queríamos hacer lo mismo, no queríamos que nadie se sintiera mal con ese video. Solamente quería expresar cómo me siento. Y sobre todo quería decirle a las personas que han pasado por eso mismo, que no están solas. Me encantaría que si alguien quiere desahogarse, que me escriba. No puedo hacer nada, pero puedo decirle que no está sola.
He pasado muchos años de mi vida así. De gente tirándome los libros al váter, escondiéndome la maleta, riéndose de mí por mi color de piel, riéndose de mí por mis padres, tener que estar encerrada en la habitación… Pensaba que todo eso no era normal, que nadie hacía nada, que los profesores no hacían absolutamente nada nada.
Tengo lagunas de todas las cosas malas que me han pasado, me he olvidado. Pero necesitaba sacar esa canción. Necesitaba hacer algo así, que no fuera, entre comillas, tan obvio, sin que se viera nada del otro mundo, pero que sepan «ey, lo siento». Para mí es una canción de disculpa para la gente a la que alguna vez yo he podido tratar mal, o no súper bien. Es un «Perdón. A lo mejor no te he tratado súper bien porque estaba pasando por esto. Disculpa». Yo lo veo también un poco así.
«¡Ya quisiera yo hacer electrónica!»
Me flipa todo lo que has conseguido en la música, en plan, convertir en viral una canción, convertir en virales actuaciones grabadas con el móvil, eso es súper difícil… ¿En qué momento te sientes tú?
Siento que estoy en el momento en el que tengo que estar. No miro mucho ni para atrás ni para adelante, intento vivir el ahora y trabajar poquito a poco. Creo que estoy rodeada de las personas adecuadas, que es lo más importante para mí, ahora mismo. Yo quiero que mi equipo sea mi familia. Pues ahora siento que mi equipo es mi familia y me ha costado muchos muchos años encontrar eso, así que yo estoy feliz. Yo quiero crecer, y quiero que mi equipo crezca conmigo.
Me has dicho antes que tú no eras mucho de electrónica y que lo has descubierto con Pau Mateu. Me parece interesante eso. Me gustaría que me hablaras de tus referentes.
Sí, bueno, mi referentes están en la música que escuchaba cuando era pequeña. Yo no pensaba que iba a hacer algo así. Mis mayores referentes ahora son Ellie Goulding, Charli XCX, que me parece que está haciendo un trabajo totalmente increíble y PinkPantheress… Pero bueno, yo escucho lo que me ponen en la playlist, porque claro, para mí esto es un mundo nuevo. Yo en mi vida había escuchado música electrónica. Mi manager, que es un crack, sabe mucho de música electrónica, yo no tenía ni idea, y le digo: «por favor, méteme muchas canciones». Me las escucho y le marco las que me gustan. Así trabajamos, todavía soy novatilla en este mundo, pero estoy escuchando cosas que me encantan, es que me encantan.
¿Y te sientes a gusto?
Sí, me encanta. También aclarar que yo hago pop con un poco de electrónica. ¡Ya quisiera yo hacer electrónica! Pero paso a paso, algún día haremos un remix ahí para rave, pero este momento es pop. No me quiero meter tampoco en un sitio del que no soy, porque los que hacen música electrónica de verdad, van a decir, ¡pero chica! Hago pop pero con pinceladas de música electrónica.
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La primera que has cantado, «Colina». Mientras grabábamos me has contado su historia. Quiero que la cuentes para ponerla en la entrevista. Es bonita.
Es una canción de amor. Yo tengo una persona que siempre, siempre, desde que tengo doce años, ha estado en mi vida. Es mi mejor amiga y se llama Alina. Crecí con ella y a su lado estaba su familia. Es como una familia de ensueño. Desde que fui el primer día a su casa, me acogieron como si fuera su hija adoptiva. Ha sido un apoyo incondicional. Sentía que le había dedicado canciones a gente que no se las merecía tanto como mi mejor amiga. Ella es la que había estado a mi lado a pesar de todo, a pesar de mis marrones, de tener épocas de irme con otras amigas… Necesitaba decirle lo mucho que la quiero y lo agradecida que estoy de que estuviera a mi lado.
¿Le pides perdón?
No es tanto de pedir perdón, sino de perdonar a todos los que me han hecho tantas cosas malas, porque puedo, porque tengo a mi mejor amiga y a su familia. Cuento que no pude despedirme de mi perro, no pude despedirme de mi perro y falleció. No pude verlo por última vez porque una persona no me permitió verlo. Pues perdono a esa persona, que quería al perro tanto como yo y se despidió de él. Ha pasado el tiempo y yo lo perdono todo y ya está.
Nunca he tenido una familia perfecta, pero a día de hoy puedo decir… En la canción original digo: «con papá las cosas van un poco mejor» y hoy lo he cambiado y he dicho: «con papá las cosas en casa, van mucho mejor», porque siento que es una persona que ha hecho un esfuerzo inmenso para estar en mi vida, en ayudarme en todo. Todo el mundo habla de padres ausentes y tal… pero cuando se hacen las cosas bien pues yo quiero decirlo. Me siento súper feliz de cómo está todo ahora. Y esa canción es el reflejo de cómo me siento ahora. Gracias a Alina y a su familia; estoy genial.
«Si no me hubieran pasado estas cosas, ahora no sería la mujer que soy ¿no?».
¿Por qué el disco se llama Enganchada como un piercing?
Son cosas de mi vida que me han hecho estar enganchada, a mal. «Lindeza» que es la única canción que se puede entender en positivo, habla de que estás enganchada a una persona a la que has conocido en verano en plan horrible, también. Entonces realmente son siete canciones de siete cosas, que a mí me han hecho estar mal, muy mal, en plan enganchada de dios, dios, dios, dios… Enganchada es un sinónimo de obsesionada mal. Te puedes enganchar a cosas buenas, pero ese disco lo haré más adelante.
Este EP está pensado para que la gente que se ha sentido atrapada, sepa que al final no pasa nada. Yo ahora estoy genial y he pasado todas esas cosas malísimas. Por ejemplo, estar enganchada a que no has conseguido nada en la gimnasia, estar enganchada a no haber tenido nunca amigos… Eso es algo que me ha perseguido durante toda la vida. He estado obsesionada con que no tenía un grupo de amigos y es que tenía a una persona a mi lado, que llevaba toda la vida a mi lado, y no lo veía. Ahora sí lo veo y en cuanto no he buscado, tengo un grupo de amigos, o sea que estoy de verdad súper feliz y valorando a la gente que está.
El disco se llama Enganchada como un piercing, porque un piercing es una herida que nos hacemos y decoramos con una joya. Y es una herida que nunca se cura. Yo estoy enganchada a los piercings. Cuando era pequeña y me pasaban cosas malas decía: «mamá hoy podemos ir a hacerme un piercing» y ella me decía: «claro». Cuando me pasaban cosas malas, me sentía con más valentía de que me hicieran agujeros en la oreja, por ejemplo. Lo de la oreja me lo hice el día de mi dieciocho cumpleaños. Me esperaba una fiesta sorpresa y mi madre me preparó una fiesta sorpresa, pero nadie se presentó y le dije: «bueno, no pasa nada». Me hice ocho piercings en la oreja y la chica de los piercings me los regaló por mi 18 cumpleaños. Entonces es como algo muy, muy, muy importante para mí.
Jo, me parece una historia muy triste.
¿Por qué? Realmente no es triste porque si fuera triste creo que no me haría esto para recordarlo. En ese momento sí que fue triste, pero si no me hubieran pasado estas cosas, ahora no sería la mujer que soy ¿no?
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Me gustaría saber con qué sueñas en la música.
Sinceramente, soy muy ambiciosa y mi sueño es llenar un estadio. Eso es como lo más material. Cuando yo escucho a mi cantante favorita siento que la canción la he escrito yo, siento que es mía, que es mi historia, que me la ha escrito para mí, que está viendo mi futuro, que ve mi situación, que me mira por una mirilla. Yo quiero que alguien sienta que escribo canciones para esa persona. Por ejemplo, hice «Victoria Falls» así, y no una balada, porque yo quiero que las personas que hayan pasado por eso, salten con la canción, la chillen aunque sea con una lagrimita, que no estén tristes. Quiero que mi música sea capaz de alegrarle el día a alguien. Eso es lo que quiero. Mi sueño es que mis canciones sean el sitio seguro de alguien.
Obviamente quiero hacer conciertos, que venga mucha gente, que canten mis canciones, pero sinceramente, ahora mismo me gustaría que alguien, aunque solo fuera una persona, me dijera: «e’stoy mal, me pongo tus canciones y estoy mejor». Eso es lo que más me llenaría ahora como artista.
Lo de llenar un estadio lo veo, ojo. Y lo otro te lo puedo decir yo misma. Dime qué planes tienes a corto plazo.
Pues yo espero y deseo estar tocando en un montón de festivales. De momento no hay nada agendado pero llegará. Y nada, seguir sacando canciones, seguir intentando conectar con personas, que es lo que más me importa y poco más. Trabajar, trabajar, trabajar, trabajar, porque la suerte se busca, no se cae del cielo. Trabajar mucho, ser feliz y enseñar mi música.
¿Vives de la música?
Sí, ahora sí. Ahora mismo compongo para otros artistas, que me encanta. Creo que es muchísimo más chill que componer para mí. Después de abrirme en canal, como he hecho con Enganchada como un piercing, no lo puedo cerrar. Entonces, cuando escribo para mí es como «vale, tengo tantas emociones dentro de mí, que no sé qué quiero escribir». Cuando escribo para otros, me hace crecer muchísimo. Me meto en sus vidas, en sus historias, en lo que quieren, en lo que quieren contar y en lo que no. También pienso en cómo es ese artista, porque hay algunos que quieren una historia inventada, y otros que te cuentan su vida y se abren a ti, en el estudio, para que escribas una canción. Eso me encanta.
También ayudó a llevar algunas redes sociales de algunas cuentas. Trabajo mucho con una pastelería de Palma de Mallorca, que hace dulces sin gluten y adoro a la dueña. Es una mujer trabajadora, que ha luchado por su pastelería y está exquisito.
Hemos hablado de «Victoria Falls», de «Gimnasta», de «Colina? ¿no? Un poco de «Lindeza»… ¿Me hablas de las canciones del disco de las que no hemos hablado?
Hay siete canciones y las siete hablan de siete miedos, la primera se llama «Buenas noches», porque odio irme a dormir, creo que es el peor momento del día irse a dormir porque te vienen ahí todos los pensamientos malos. Las siguientes son «Lindeza» y «Gimnasta» y después de esas va «Piercing» que es el focus track.
El lema de esa canción es que tú puedes ser quien quieras todos los días. Yo antes tenía un problema, que es que me intentaba adaptar a las personas con las que iba, intentaba ser de una manera para gustarle a todo el mundo, hasta que un día me desperté por la mañana y dije «dios mío, qué estoy haciendo». Me ayudó muchísimo conocer a Pau, que me hizo ver que no le tengo que gustar a todo el mundo y que puedo ser quien quiera. Esa canción es como un mensaje de «tú puedes ser quien quieras ser» y todo el rato es «hoy quién quiero ser». Lo pone en mi camiseta: «hoy quién quiero ser». Soy una persona a la que le encantan los colores, las pelucas, cada día me encanta llevar el pelo de un color diferente… El plan es como ser una persona diferente cada día que salgo por la puerta. Eso me encanta. Me encantaría que todo el mundo fuera quien quisiera, sin adaptarse a nada ni a nadie.
Y qué me quieres contar que no te he preguntado.
He dicho tantas veces que estaba súper contenta con el equipo porque creo que ahora, recién, es cuando estoy más contenta que en toda mi vida. Mi equipo no es muy grande, pero es perfecto, como diría Marta Herase, que es mi estilista. Tiene una marca de ropa que es totalmente increíble, es como cuando tú conoces a una persona y dices «Dios somos iguales», pues eso me pasó con ella. Estoy súper agradecida.
Jordan Boyd en redes:
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