Juanma Bajo Ulloa


Fotografía y texto de David García
(www.david-g.com)

Después de un tiempo sin tener muchas noticias de uno de los grandes directores de este país, Juanma Bajo Ulloa regresa con la reedición en dvd de sus dos películas más premiadas y más personales, La Madre Muerta y Alas de mariposa (ganadora de 3 Premios Goya y de la Concha de Oro del Festival de San Sebastián), y con el documental Historia de un grupo de rock estrenada en numerosos festivales de España y del extranjero.

Has pasado de ser el director de moda y taquillero de Airbag, a estar apartado de la primera línea de la industria española del cine, ¿cómo ha sido el proceso?

La verdad que en mis comienzos yo estaba también fuera de la industria. Los primeros cortos y las primeras películas, los produje yo. Cuando una productora acepta producir tu cine, hay una manipulación en lo artístico muy grande. Entonces, ya vi en esa época que no iba encajar muy bien en la industria que hay aquí en España. Y me decido a abrir mi propio camino, con unas obras quizás más personales, sin tener la injerencia de nadie que me cambie el título, el guión, el protagonista… como vi que ocurría. Y claro, pidiendo dinero a amigos, hipotecando mi casa… un camino duro.
En relación al otro lado, a la industria comercial, veo que en España no hay un productor que te contrata porque eres el mejor director para esa idea, sino que hay una pseudoindustria que pretende hacer negocio incluso antes de haber rodado y que me resulta fraudulenta. Es algo que está asentado y que no va a cambiar. El público no lo sabe, se mantiene en una ignorancia pseudofeliz, y los propios cineastas son cómplices de la situación, que les permite pertenecer a esa élite que puede hacer cine de esa manera. Por supuesto, con excepciones que se escapan de esa clasificación. El caso de Airbag, fue muy particular. Funcionó, que podía no haber funcionado, y luego regresé a mi carrera de honestidad personal.

Así podemos decir que hay un retorno a los orígenes, a luchar por rodar proyectos personales con poco dinero… Porque este es el caso de Historia de un grupo de rock un documental sobre el desaparecido grupo español Distrito 14…

Como el resto de mi obra, no hay una premeditación. Me surge un encargo de un grupo de rock, que se han disuelto o mejor dicho, que han acabado su carrera después de 25 años. Van a hacer un último concierto y les gustaría que yo contara su historia. Yo no los conocía, pero hablando con ellos, descubrí que la razón para hacer esa película es que siempre se habla de los que han triunfado. 25 años haciendo rock, pero nunca consiguen un éxito multitudinario. 25 años haciendo cosas extraordinarias, con un disco en Chicago, en Cuba, en Alemania, y con más éxito casi fuera que dentro. Por eso acepto hacerlo. Es un homenaje a ese grupo, y a todos los artistas que, pese a haber tenido una gran carrera, nunca han conseguido llegar al éxito popular.

Hace poco se han reeditado en DVD La madre muerta y Alas de Mariposa… Con el paso del tiempo ¿cómo las ves? ¿Sientes que has cambiado con respecto a lo que proyectabas en esas historias?

La verdad que son películas que nunca he dejado de ver. No había año en el que no las revisara, ya que se han seguido programando y proyectando. Las tengo bastante frescas, pero es verdad que ahora las he tenido que revisar casi plano por plano. Mi sensación es que el tiempo ha pasado bien. También siento que ya no podría hacer ese cine, de esa manera, de esa forma. Ahora soy más profesional, más perfeccionista… Antes lo era, pero se pierde cierta osadía, cierta frescura. Son obras muy francas, muy honestas, estaba poniendo ahí mis tripas de una manera bastante cruda. Terapéuticamente fue muy útil hacerlas. Me choca ahora más haberlas hecho que en ese momento. Hay algo bastante doloroso puesto ahí, y en ese momento, como lo tenía cerca, no lo veía.

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